Mis ojos se abrieron, hacía calor. Saqué la pierna de debajo de las sábanas y la dejé colgando del borde de la cama, aclarando mis ojos cansados. Parpadeando lentamente, finalmente se enfocaron, dándome la oportunidad de ver el sol brillando a través de las puertas dobles abiertas en el dormitorio. El brazo de Piper estaba perezosamente cubierto debajo de mis senos. Incluso su respiración me hizo cosquillas en el hombro y mientras miraba hacia abajo no creo haberla visto tan relajada, incluso cuando me he quedado en su casa. Siempre he sido yo levantándome antes que ella, corriendo para agarrar mis cosas para asegurarme de que estoy en casa para cuando mis padres lo especifiquen. Este fue un buen cambio de ritmo.
El lado de su cara se estrelló contra la almohada con su cuerpo presionado contra el costado del mío. Mechones de cabello dorado cubrían su rostro, lo cual era absolutamente adorable, y sus labios estaban ligeramente separados. Nuevamente, no puedo entender cómo tuve tanta suerte de tener a esta mujer en mi vida.
Un bostezo se rompió en mi pecho y me di la vuelta a tiempo para no tener mi aliento matutino sobre ella, al mismo tiempo, sintiendo mi polla rozar las sábanas.
Mierda.
¿Aliento matutino y erección matutina?
En general, me cepillaba los dientes cuando está despierta, pero no esta mañana. En este momento estoy atrapada entre el increíble cuerpo de Piper y con ganas de cuidarme en el baño. Moviéndome hacia un lado, alcancé debajo de las sábanas, levantando delicadamente su mano para moverla debajo de ella, pero apretó sus dedos contra mis costillas y me acercó más. Frotando su frente contra la parte superior de mi brazo, colocó un suave beso permitiendo que sus labios permanecieran en mi piel. La piel de gallina hizo que su presencia se conociera como un escalofrío recorriendo mi columna vertebral.
Mirando por encima de mi hombro, me estaba mirando con un ojo abierto.
"¿A dónde vas?" Susurró ella.
"Baño". Respondí, asegurándome de volver la cabeza cuando respondí. Ella se rió entre dientes, lanzando su pierna sobre la mía y apretando contra mi hueso de la cadera. Mis ojos se abrieron al darme cuenta de que todavía estaba desnuda. El líquido cubrió el área y gemí, cayendo sobre ella.
"¿Ahora realmente tienes que irte o estás tratando de cepillarte los dientes?"
"Tengo que irme". Pero no lo hago. Y ella lo sabe.
"Entonces no tendrás problemas para pagar el peaje primero".
Ella quiere un beso. Sí, ya he entendido sus juegos.
"Mírame". Su seductora voz llego a un zumbido bajo. De mala gana, me di la vuelta para mirarla, bajé la cabeza y le di un beso rápido y apretado. Intenté levantarme pero ella me inmovilizó, deslizando su cuerpo sobre el mío. Piper sacudió la cabeza en ángulo, tirando su cabello hacia un lado, simplemente goteando de sexo. Mi eje estaba apoyado contra su trasero e inconscientemente me sacudí, lanzando mis manos hacia sus muslos. "El hecho de que no estés tratando de salir de esto me lleva a creer que me estás mintiendo".
Piper se sumergió, deslizando su mano por mi pecho y apretando sus dedos alrededor de mi corazón. Me bromeó con la nariz, me la rozó en la mejilla, cayó hasta el cuello y golpeó un punto que me hizo reír e instintivamente alejarme de ella. Ella gimió, enrollando mi cabello en su mano libre, empujándome hacia ella. Los dientes se hundieron en mi cuello y gemí, empujando mis caderas y clavando mis uñas en sus muslos.
"¿Me estás mintiendo, Alex?" Piper pregunto. No respondí, preocupada de que ella pudiera detener lo que comenzó. "¿Alex?", Cantó ella. Pero aún así me quedé callada disfrutando de la carga eléctrica de su molienda encima de mí. Inclinando su cabeza hacia atrás, Piper se cernía sobre mí y dejó que sus ojos se cerraran por un momento mientras yo amasaba sus piernas trabajando hasta su espalda baja. A la mierda el aliento mañanero. Soltando mis manos de su espalda, las traje a descansar detrás de su cuello y estrellé nuestros labios. Al instante su lengua se deslizó en mi boca, empujando mi cabeza en la almohada. Mis dedos arañaron la nuca de ella mientras Piper continuaba rodando sus caderas sobre mí mientras rodaba su lengua contra la mía.
