capitulo VII

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Katherine 

De por si soy mala en los deportes, pero ahora lo seria frente de unos dioses... el campo de educación física me resultaba curioso. El piso de madera con una pilastra de roca blanca gigante con un botón rojo, a los lados de la cancha unas gradas, las cuales tenían al frente soportes llenos de armas. A mi parecer algo extraño porque todos ellos llevaban sus propias armas desde que salimos del salón. 

Kay llevaba una espada larga de un metal rojizo opaco, con un raro mango negro el cual parecía estar muy frío pero el filo y la hoja de aquella arma tenia pequeñas grietas donde un tenue brillo rojizo como si tuviese fuego dentro y que se asomaba de vez en cuando. 

Por otra parte, Cristopher llevaba un arco de madera negra como si se hubiera quemado en una fogata junto a un hilo de un color plateado el cual parecía brillar en medio de tanta oscuridad y en su espalda un carcaj vació pero  apenas y si podía ver el fondo. El profesor T como le decían los estudiantes mientras salían de el campo dándole una alegre palmada a su mano miraba cuidadosamente la pilastra mientras rascaba su barba con una mano. 

- Bien chicos ya ustedes saben como trabajamos asique, Kay quiero que corras tres vueltas en la tierra de los gigantes de hielo y quiero que lo incendies todo en cuanto a ti Cristian. 

- Cristopher, cuantas veces se lo tengo que decir profesor T. 

- Ya… no me regañes que no eres mi padre, bueno viendo que destruiste los focos que puse ayer tendré que pedirte que trates de destruir la constelación de Pegaso. 

- Eso es imposible - miraba su arco con nerviosismo- apenas y puedo absorber la luz de unos focos y me pide que apague una constelación.  

El profesor hizo como que no escuchase la queja y se sentó en una silla que tenia tallada unos tipos bebiendo el mar, cuando me gire a los chicos ya estaban en la pilastra principal, Kay apretó el botón y se abrió un portal del cual emanaba tanto frio que congelo parcialmente el piso sin pensárselo dos veces entro de golpe gritando como loco. 

Cuando Cristopher apretó el botón de la nada el suelo se abrió de un crujido mostrando un infinito mar de estrellas, solo voltio a verme y forzó una sonrisa tirándose directo al vacío del espacio y de un gran crujir el suelo volvió a cerrarse. 

- ¿Y dime niña que arma sabes usar? 

No me percate cuando el profesor estaba detrás de mí con dos lanzas de metal blanco con pequeños diseños de dragones dorados y una mirada de loco. 

- La verdad, creo que no se usar ningún arma. 

- Bien aprenderás la lanza después la espada y así hasta que encontremos tu arma compatible. 

La verdad no tenia muchas ganas de nada, pero bueno toca, al parecer él es otro dios de que no se pero juro que no tengo ganas de averiguarlo. Agarrar la lanza no era el problema. El problema era más bien alzarla es demasiado pesada, apenas y podía alzarla sobre mi cabeza para dejarla caer de nuevo al piso. 

En cambio, el la movía con tanta facilidad que parecía que fuera parte de el, su cola de caballo se rompió y pude ver una melena rizada totalmente roja, cual rosas mostrando toda su hombría. se hubiera visto hermoso si no fuera por el hecho de que andaba gritando MUERTEEEE con los ojos en blanco y baba saliendo de su boca. 

- Profesor, me preguntaba cuanto tiempo mas será que este con esta cosa que apenas y puedo alzarla. 

- Tal vez sea porque estas usando tu parte humana, olvídate de eso solo tienes que concentrarte imagina que la lanza es energía y que la mueves a tu voluntad 

- Fácil decirlo… 

Por mas que trataba no podía era inútil podía verlo en mi cabeza, pero pasaba absolutamente nada, y la cara del profesor no ayudaba solo me miraba con ese ceño fruncido y no solo eso sino que a su lado un mini esqueleto el cual le decía cosas que estaban en un idioma incomprensibles para mi y como si se hubiera cansado de mi solo dijo. 

- Bien niña, tengo que retirarme, pero mi hija se encargara de terminar de entrenarte. 

- ¿Hija? -espero no sea igual que su padre. 












Guerra Por El Septimo ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora