Jashiro
La enfermería no parece tan mal. Hay camas cómodas ninfas y náyades atendiendo cualquier capricho que un dios desee, lo único malo era el fuerte olor a limpiador de pisos. No sabía si olía bien o simplemente estaba intoxicado y obviamente Shennong hablando de viejas historias de su época que me recordaba a los viejos de las familias que solo saben hablar y hablar. Lo cierto es que agradezco de su compañía, así podía mantenerme distraído hasta que el consejo decidiera quienes irían a la misión.
- Jashiro, estas pensando en el consejo cierto?
- Me atrapaste. No entiendo aun porque tantos protocolos y discriminación. Es que si fuera docente cambiaria muchas cosas.
- Pero no lo eres – dijo altanero - De igual forma que yo, solo somos dioses que están contribuyendo al progreso de Schola Caelesti, ya deberías saberlo solo pueden ser doce profesores- sus manos se pusieron a juguetear con un algodón desmenuzándolo y volviéndolo a unir- ellos decidirán cuales estudiantes deberán ir.
- ¿Estudiantes?... pensé que las misiones solo las hacían los profesores.
- Originalmente sí. Sin embargo, el ministerio de divinidades decidió que las misiones serian mejor atendidas por semidioses y dioses en formación gracias a pequeños altercados de culturas.
Se me vino a la mente tantos recuerdos de guerras causadas por dioses testarudos, la primera guerra mundial producto de Ares o el incidente de la tajada de sandía en Panamá o inclusive la guerra de Troya. Casi todas las guerras que han vivido los humanos han sido causadas por los dioses directa o indirectamente asique tiene cierto sentido, pero… ¿mandar a estudiantes inexpertos a una misión de rescate? Si es peligroso para un dios ahora para ellos. No quisiera estar en sus zapatos.
- ¿Y dime cuantos estudiantes están permitidos en ir?
- La verdad lo desconozco, normalmente envían salones enteros de los cuales solo regresan uno o dos.
Tras sus palabras se me hizo un nudo en la garganta tan grande que tuve que recostarme a la cama. Pensar en el hecho de que simples jóvenes se adentren solos a los peligros de la misión… Por lo menos los oráculos no han dicho ninguna predicción unísona. Sin darme cuenta entro un tipo con bata blanca con una barba bien cortada y un peinado digno de un modelo de revista quitando el hecho de que tenía una pequeña serpiente en su cuello.
- Bien amigo, veo que estas mejor asique te daré de alta. ¿Solo trata de no volver a dormir en los jardines y toma tus medicinas no queremos un dios moribundo o sí?
- Claro que no Asclepios. Y gracias por cuidarme no sé qué hubiera hecho sin tus artes curativas.
- ¿No es el único dios curativo sabes? -Shennong me mira indignado- hay muchos dioses y semidioses que podrían curarte inclusive ángeles.
- Ya no te esponjes granjerito, es mas que te parece si ahora vamos a ver si ya termino la reunión.
Fue difícil pararme de la cama, no porque fuera súper cómoda y mágica. No porque no supiese que estaba curado por eso trataba de estirarse lo mas posible haciendo crujir los resortes cada vez mas, hasta que un estrepitoso sonido se escucho y apenas gire a mirar a la cama ya estaba toda destruida como si la hubieran rasgado desde el medio no pude contener una mirada de culpa dirigida hacia Asclepios el cual solo alzo la mano con una expresión de cansancio como diciendo: tranquilo tío, pasa muy seguido.
Al salir de la enfermería sentí un frio que recorría por mi espalda como cuando Loki me puso un iceberg en la espalda hace un siglo. Shennong seguía jugando con el algodón y mirando nervioso el fondo del pasillo del cual solo había una oscuridad enorme algo paradójico ya que a Thanatos no le agradaba la oscuridad lo cual ahora que me pongo a pensar resulta muy gracioso. Thanatos dios de los muertos portador de la sombra de la muerte y mensajero de hades a los mortales le teme a la oscuridad. Irónico.
De repente volví a sentir aquel escalofrió junto a una enorme presión viniendo de aquella oscuridad era como si algo grande se acercara, me costaba seguir aquella presencia solo sabia que estaba hay y tenia mucha rabia y sed de venganza. De repente una pata pequeña y peluda salió del pasillo y como un rayo salió un gato negro seguido de Thanatos con una mirada de ira y claro no podía faltar que su traje soltaba espectros diestra y siniestra a todos lados. Dio unos cuantos pasos y cuando se detuvo hizo sonar su voz como si tuviera un micrófono. Truco muy usado por los dioses para parecer imponentes.
- Jashiro- Dame una maldita razón para no enviarte directo a las fosas del hades y dejarte a merced de cualquier dios y ver si ellos se apiadan de tu patética existencia.
- Sea lo que sea que haya echo, no lo hice – dije lo más rápido que pude con mis manos en alto.
- Dejaste escapar a un estudiante. Hijo de Loki con cinco objetos sagrados de los cuales dos tenían a dos de los peores criminales para cualquier dios existente.
- No debe ser tan malo – digo curioso.
Como que las palabras le enfurecieron mucho porque no vi cuando se movió a mi espalda poniendo de forma precisa su oz en mi cuello. ¿Una oz de hierro maldito en mi cuello y un director cabreado en mi espalda que mas podía pedir?
- El estudiante se llevo a la llave de el volcán Etna la cual encierra a tifón y la lanza de Odín claro sin contar el ojo de Osiris, el vellocino de oro y la piedra filosofal.
- Vamos amigo como iba a saberlo, solo me dijeron que tenia que atraparlo.
- El consejo decidió que como tu lo dejaste escapar, tu deberás encontrarlo, los estudiantes se escogerán mañana.
Aunque ya conocía a el director me resultaba aterrador el verlo cabreado. Una vez vi como hacía que todo un pueblo muriese solo porque un niño le dijo pajarraco. Me resultaba muy escalofriante cuando desaparecía. Algunas ocasiones solo desaparecía y otras hacia que sintieras un frio mientras veías que su cuerpo mismo se convertía en una sombra difuminándose con el ambiente hasta no verse ni sentir su presencia y claro como tengo suerte hoy me toco la segunda.
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Guerra Por El Septimo Reino
Fantasikatherine es una chica normal, o eso es lo que ella cree, pues el destino la llevara a una increible aventura junto a otros chicos. Ven y unete a ella en Schola Caelesti.