Boda [Sir Pentious X Reader]

×.11 viaje

El tiempo pasa rápido aquí, el sonar de las manecillas del reloj es lento pero avisando un gran destino feroz cuando ya no se escuchen mantente a salvo de la tiranía de los demonios y podrás volver sana y salva al cielo.

― tengo entendido que hay un ángel, yo la traje aquí, para probar algo nuevo ― Charlie apretó entre sus dedos el teléfono que mantenía la llamada hacia su padre.

― Pero papá qué pasará después de ello, ella... ― cerró su hablar en cuanto escuchó un chasquido de la otra línea, significando que haga silencio para prestar atención a sus siguientes palabras.

― Ella volverá a donde pertenece, si es que aún sigue intacta contra ellos. Un sólo movimiento y su pasaje de vuelta no existirá ― Charlie abrió la boca para intercambiar más palabras, pero la volvió a cerrar en cuanto escuchó el pitido del contrario.

― ni siquiera digo adiós ― suspiro ante el oprimido corazón por la falta de cariño. Alzó la mirada al cielo, una sonrisa tomo su rostro dándole ánimos

"Los pesimistas no logran nada, yo haré que ____ vaya al cielo es una promesa"

con eso en mente, dio vuelta para entrar al hotel.

.

Sir Pentious dejo a la joven ángel en un sofá, proclamando que no permitiría que la joven durmiera en su cama.

Sostuvo la cabeza de la joven ángel por la almohada entre sus manos para acomodarla, estiró su ropa por la posición de incomodidad que reflejaba su rostro, realzando la inocencia e pureza con sus características sonrisas.

Las insistencias de sus subordinados por no dejarla dormir en una cama, la única qué se encontraba en su cuarto; le hacía perder la cordura, calmándose poco a poco por sus palabras metalizadas, de que: 'un ser superior como el debe mantener su perfil bien ante una joven'.

opacando el ante una joven, remplazandolo con el solo a esta joven.

Ante el calmado silencio, fijo su vista en el rostro de la joven. El velo la hacía parecer de un color más débil e blando, si es que eso se podría hacer.

Acercó sus dedos con dirección hacia la comisura de los labios de la joven ángel, poniendo por debajo del velo su mano sin despegar el velo de su rostro. En cuanto sus dedos con el mínimo roce tocaron los labios de la joven, se vio obligado a retroceder rápidamente.

El velo surco como una ola por el rápido movimiento de Sir Pentious, terminando la pequeña corriente para caer vuelta en el rostro de la joven.

Le había dolido, el mínimo contacto era una pura tortura ¿por qué? ¿Por qué no podía tocarla?.

En el recuerdo de la charla entre el demonio de la radio con la joven, había escuchado que iba a tener marido. Ese pequeño recuerdo se le hacía un dulce muy agrio, frunció el ceño al recordar como de la joven ángel hablaban de encontrarlo para llevarlo con ella.

Apoyo su codo en el sofá para aguantar su rostro en la mano, observando fijamente a la joven ángel.

― Es como..., si fueras un ángel ― cerró sus ojos llevándose por el aura tranquilizante la joven, ahora tenía un mejor pasatiempo para bajar su estrés.

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