Prólogo - Parte 1

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Pasaron dos meses para que me trasladaran a una cárcel, la semana entrante a un manicomio; "Eso va a ser muy divertido" dije en mi mente; Mi cuarto de celda es solitario, no tengo compañero y si me dan alimentos me los dan sin cubiertos, que mal servicio.

- ¡Despierta! Alguien ha venido a verte.

- No molestes, déjame solo.

- Mueve ese culo.

- Vale ya voy, ya voy.

El oficial me saco de mi celda a una habitación de visitas. La persona que me esperaba ahí hizo que me hirviera la sangre, era esa chica... esa maldita, me senté en la silla con rabia.

- Hola Jack. Cuanto tiempo, no crees. - Me saludo como si fuéramos amigos casuales. Que hipócrita.

- ¿Qué haces tú aquí? Vienes a burlarte, como lo hacías siempre. ¿Quieres que te cuente algo gracioso? Es sobre tu amiga Ángela, ella sí que lo disfruto, grito mucho... ¿Sabes? Te espero hasta el último momento pero... tú nunca llegaste, fue divertido ¿Verdad?

Estaba pálida. Se veía en su expresión que tenía miedo, odio y tristeza.

- ¿Porque lo hiciste?, ¡¿qué te hizo Ángela?! ¡¡¡DIME!!!

- Sí que eres sensible, entonces escucha esto atentamente y no lo olvides TODO ESTO FUE TU CULPA, ESAS PERSONAS MURIERON POR TU CULPA, TIENES SANGRE DE PERSONAS INOCENTES EN TUS MANOS.

- ¿Pero por qué Ángela?

- Eso era lo justo, te quería destruir devolviéndote todo, ya sabes ojo por ojo... ah se me olvidaba ¿te llego mi regalo?

- ¡¿Que regalo?!

- Así que aún no lo recibes, que lastima... bueno, cuando te llegue avísame si te gusta. - Le mostré una ligera sonrisa.

- ¡¿Que es ese regalo?! ¡¡Dime!!

-... ¿Cómo se llamaba tu novio? ¿Samuel? ¿Lucas? ¿José? Oh si, ya me acuerdo era Jhon.

- ¡¿Que le hiciste?!

- Hice lo mismo que tus "Amigos" hicieron con Orianna, pero omití la violación, ah y ahora es manco te envié la prueba ¿espero que te guste?

Su cara estaba paralizada, después de unos segundos ella se levantó vomitando.

- Si te vuelves a meter conmigo, te juro que te haré lo mismo que hicieron ellos con Orianna.

- ¿Y crees qué lo harás? No puedes salir de aquí. - Estaba pálida y sus ojos expresaban miedo y rencor, pero dijo eso con su típica sonrisa de satisfacción... Mi estómago se retorció de la ira, quería borrar esa asquerosa sonrisa de su cara.

- Quien dice que no puedo. Todo el mundo baila en la palma de mi mano y con mi son musical, nada te salvara. - Mi voz sonó tan fría que por un momento no me reconocí.

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