Red

Capítulo 1- Un día como todos o... ¿eso pensé?

—... *sonido de rieles*...

—... Un tren...

—... Lo que se escuchaba era un tren... Es un sueño muy común para mí.

El tren significaba que mi vida estaba a punto de cambiar, así como en una estación pasan distintos trenes con distintos rumbos, él mío iba a cambiar pronto... O eso decía mi amigo Carlos.

Un sonido constante se escuchaba de fondo. Estaban tocando la puerta de mi cuarto "toc toc" no paraban... hasta que de pronto el sonido se detuvo.

— Ya párate, se hace tarde. —Escuché esas palabras, y luego sentí como un líquido extremadamente frio me recorría toda la cara.

— ¡¡¡Esta fría!!!

— ¿Que esperabas? Párate de una vez. — Ordeno nuevamente la voz.

— Ya voy, ya voy.

Empezando por el principio de todo, mi nombre es Jack Salvarín, soy un estudiante relativamente normal, tengo 16 años de edad, mido 1.70, y tengo unos peculiares ojos de color bermellón que resaltan por mi cabello castaño oscuro con puntas de color rojo.

Gracias a ello, la mayoría de mis amigos me llaman Red.

— ¿Quieres que busque un tobo? Párate.

Y ella es mi novia Orianna.

Me levante de la cama todavía medio dormido, y fui al baño a lavarme la cara y a cepillarme.

Cuando entre al baño me mire en el espejo mis ojos tenían ojeras, estaba despeinado... estaba hecho un desastre.

— Ori, ¿mis padres dónde están?

— Ya salieron. Ellos me dejaron entrar, me pidieron que te levantara.

— Eso explica todo.

Estaba casi listo, tan solo me faltaba vestirme y comer.

Entre de nuevo a mi cuarto para buscar el uniforme. Cuando termine eso, Salí.

— ¿Qué hay de comer?

— Prepare tostadas con huevo y tocineta.

— ¡Suena delicioso!

Me senté en la sala a comer. Deseaba comer lento para disfrutar de mi desayuno pero al ver el reloj me alarmé, eran las 6:15 A.M

— ¡¡Vamos a llegar tarde el primer día!! — Exclamé angustiado.

— Entonces come rápido, tenemos suerte por estar cerca del liceo —Comento Orianna con un tono calmado.

Como si un demonio me hubiese poseído comí lo más rápido que pude, recogí el bolso que tenía en el mueble, y salimos corriendo de la casa.

Llegamos unos doce minutos antes de la hora. Entramos a la cancha y nos sentamos en un banco apartado.

Recostado ligeramente en el hombro de Orianna, sentía que me quedaría dormido nuevamente. En vez de reprenderme, ella cariñosamente jugaba con mi cabello.

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Después de que me desperté por completo, miré el reloj del liceo, ya eran las 7:08 A.M el tiempo volaba.

Nos levantamos y nos acercamos al centro de la cancha, junto a los demás estudiantes, como estábamos en secciones distintas, teníamos que separarnos y colocarnos junto a nuestros respectivos compañeros para escuchar el discurso de la directora.

Con un corto beso nos despedimos. No me fui hasta que la vi alejarse, fue entonces que me dirigí hacia donde hacía fila mi grupo.

Ya había divisado rostros familiares, pero al llegar me topé con la persona que más quería evitar.