Frío, oscuro y ruidoso, solo como el crudo invierno de junio podía ser. En
medio del mar sólo se ven unas pocas lumbreras, era El Etile; una embarcación modesta pero de gran reputación. En medio de los estruendos del océano se dejan escuchar las órdenes impetuosidad del capitán Negro:-La vela! No permitan que se enrolle!
Era una más de sus aventuras pacíficas, en las que salía en busca de nuevas tierras y culturas. Originalmente el día de regreso a casa seria antes pero Walt lo pospuso, algo teni en mente. Sin saber en su retorno se toparía con una de las tormentas más grandes registradas.
-¡La vela!- Replicaba el capitán. A su lado se encontraba Marcos, quien era su fiel amigo y su mano derecha.
-Tranquilo Walt, hemos estado en peores y lo superamos. Decía Marcos a su capitán.
Walt era un tipo sencillo, venia de una familia de clase media, no poseía grandes lujos. En su niñez y parte de su adolescencia creció sabiendo patear piedras, nunca le sobro algo por eso apreciaba mucho el valor de las cosas más aun comprendía el valor de las personas que tenía a su lado. Marcos era uno de ellos, amigos desde muy jóvenes.
Soñaban juntos con aventuras marítimas leídas en libros escolares, con surcar los océanos y descubrir las tierras lejanas. El capitán vivía en Sant vinisius, un pequeño pueblo costero al Este de Mont Eze. Vivía junto a su familia, su amada Dulce y la pequeña Amme.-¡Giren a Estribor! Gritaba Walt, al mismo tiempo que mira su mano derecha empuñada, con lágrimas en los ojos contempla su tesoro, el relicario familiar. Sabe muy bien lo que guarda ahí, sabe muy bien el amor que tiene entre sus manos.
-Marcos, no podemos caer.
-No lo será mi capitán.
-Debo llegar a puerto, debo llegar- se dice a si mismo Walt.
Son pasadas las 3 de la madrugada, se cumplen 2 horas de esforzado retorno pero la tempestad no da tregua, se vuelve peor en cada azote que le propina el oleaje a la fatigada madera del Etile. La tripulación cada vez teme más por sus vidas, se respira un fuerte aroma a desesperación e incertidumbre. Cuando un profundo silencio irrumpe en la ruidosa odisea, todo parece haber pasado, sin embargo Walt no se confía, es un hombre con vasta experiencia, sabe lo que está por venir. En medio de la calma, una briza de aire tibio besa las mejillas de toda la tripulación.
El caos vuelve a reinar en la embarcación, en el mismo instante el capitán se hace el timón para realizar una maniobra, dirige el barco hacia otra dirección donde aparentemente la tormenta es peor. El Etile avanza fugaz, raudo deja una estela que pronto es borrada por las corrientes marinas, atrás queda la tormenta. Se divisa tierra, por fin tierra firme.
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Cuentos para una Princesa
FantasyWalt, un capitán distinto. Es un buscador de historias para su tesoro, viajero por pasión. Recorre el mundo recopilando historias para narrarle a su pequeña. Cuentos inspirados en la fantasía épica.