-¡Huye! Vete Miguel! - gritaba Marcos.
En la inmensa oscuridad oscuridad se escuchaban los pasos furiosos en busca de los rescatadores del Niño mientras más abajo se dejaba escuchar el aliento exhausto de un padre con su hijo en brazos.
Desde que Miguel corrió con su hijo en brazos, Walt y Marcos comenzaron a subir el cerro en busca de los desalmados, la banda criminal que había secuestrado al Niño. En un punto alto se encontraron frente a frente con el líder de la banda, un ex militar lleno de cicatrices en su rostro, cicatrices que daban cuenta de su paso por el frente de guerra.
-Que te hizo aquel Niño?-pregunto Walt.
-El nada, solo me recuerda a mi hijo.En ese momento Walt comprendió al hombre, a demás de heridas en su piel, tenia heridas en su corazón.
-Que paso con tu hijo?
-Hace tiempo en mi país, en una guerra. De pronto el recuerdo de su hijo hizo que fuera imposible para el hombre seguir con la historia, los navegantes lo habían comprendido todo.
El motivo de aquel hombre era la rabia, antes no era un mal tipo, el dolor provocado por la pérdida de su hijo forjó en el un carácter duro, una rabia que solo se apaciguaba con dañar a los que disfrutaban de una vida diferente a la de el. Fue una larga noche. A la mañana siguiente Walt y Marcos bajaron hasta el pueblo, explicándoles lo que ocurrió y que los desalmados, ahora tipos normales, se comprometieron a abandonar el lugar y no causar más daño. Los pobladores estaban tan agradecidos de los héroes que en su despedida organizaron un festín. El barco zarpó, el Etile ya estaba en dirección de casa.
Estando mar adentro Walt, se encerró en su recámara tomó una hoja y pluma, no se dejó ver por 2 días.
-¡Tierra a la vista!- se dejo escuchar en el silencio del océano.
Extasiado Walt abre la puerta de su habitación y mira firme el horizonte, -Tierra firme, acá estoy- pensó.
Con el Etile atracado en el muelle, Walt baja con rapidez y corre por las maderas, viendo a lo lejos una sombra pequeña y una grande, su corazón saltaba. El encuentro lleno de amor no espero mucho en concretarse,
-¡Dulce, mi amor! ¡Amme! Las extrañe.Después de todo, fueron 3 meses esperando para abrazar ese aroma familiar.
-¡Vamos Amme, tengo cuentos para mi princesa!
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Cuentos para una Princesa
FantasíaWalt, un capitán distinto. Es un buscador de historias para su tesoro, viajero por pasión. Recorre el mundo recopilando historias para narrarle a su pequeña. Cuentos inspirados en la fantasía épica.