Cuentos para una Princesa

El Cofre

En la recamara del capitan habia un pequeño cofre, lleno de colores y detalles de oro. Jamas salio de la habitacion, siempre permanecio al costado de la cama de Walt. En la tripulacion existian rumores de lo que pudiera contener el mitico cofre, algunos decian que habia un mapa para navegar hasta la isla donde el capitan tenia escondido su tesoro, resultado de antiguos viajes de saqueos. Otros decian que contenia el corazon de un viejo amor, los mas osados rumoreaban que en el pequeño cofre habia un acta que contenia un viejo pacto entre Walt y las fuerzas oscuras, el cual seria el motivo de porque siempre salia airo se sus extremas aventuras. La verdad nadie la sabia, era el secreto emjor guardado del capitan negro.

Mientras el Etile avanza hacia la tierra que se avista en el horizonte, los hombre comienzas a cuestionar que sera lo que encontraran en aquella tierra, que novedas tendra para ofrecerles.
-Quizas sean mas piezas de oro y plata- comenta Pablo.
-Mejor que sean nuevas aventuras en las que podamos ayudar a los locatarios. Respondió Dan.
Walt encontró a Dan robando en una taberna cuando era tan solo un niño. Nunca se le conoció padres, dicen que es huérfano. En aquella ocasión El Capitan le ofreció trabajo a Dan, una techo y ser parte de su tripulación. El tiempo fue pasando y Dan creció en el barco, nunca lo abandonó. Tal como le ofreció El Capitan, el Etile fue una casa para el joven, que vio como la vida corría mejor entre aventuras y el mar.

Al llegar a la orilla del muelle, todos reparan en solo una cosa. Pareciera que fuera un pueblo abandonado. Walt es el primero en descender, acompañado siempre de Marcos.
-Tranquilo amigo, daremos un paseo para ver qué ocurre acá- Comentó Walt.
Caminando por la bahía se escuchan voces que susurran con miedo, provienen de una tienda. Al acercarse Walt junto marcos se escucha una grito desde el interior.
-¡Quietos, váyanse de aquí!
-Calma, somos forasteros y queremos saber qué pasa en este lugar.
-Acá pasan muchas cosas caballero, ¿no le teme a los desalmados?
-Claro que no, ni siquiera se quienes son esos desalmados.
-Entre y podrá ver de qué son capaces.

Entre miedo y nerviosismo Walt abre la puerta de la tienda, al recorrer el lugar se da cuenta de lo qué pasa aquí.

-¡Terrible!, lo que causan están personas.

El lugar estaba destrozado, mesas quebradas, vidrios rotos, dinero regado por todo el piso, el dueño de la tienda mal herido.

-Disculpe señor, ¿quienes son estos desalmados?
-Capitan, por lo que veo. Estos desalmados son ex militares que viven en los cerros, cada semana bajan a nuestro pueblo a robarnos y destruir lo poco que nos dejan. Además se llevan nuestros animales pero esta ovación fue peor, se llevaron a mi hijo.

Cuando Walt escucho el relato, no pudo más que estremecerse y sentir pena por los lugareños. Los hombres de la tripulación comprendían lo que pasaría, ellos buscarían a los desalmados. El Capitan se encarga de ayudar a quien puede, su reputación así lo decía.
Con la embarcación ya encallada en la orilla de la playa, los hombres de preparan para una aventura más, Dan es el más contento ya que podrá servir nuevamente, despues de todo lo que aprendio en su vida era lo que mas le apasionaba, ayudar. De pronto desde los cerros se va una turba que baja a gran velocidad, el relincho de los caballos acercándose, las manos sudadas y la agitación del corazón hacían sentir que un duelo estaba por comenzar.