✧ ೃ༄*ੈ✩▐ 𝐇𝐄𝐑𝐎𝐈𝐍 🎆💿🌂
𝗺𝗮𝘅 𝗺𝗮𝘆𝗳𝗶𝗲𝗹𝗱┊EN PROCESO ༊*·˚ ✿
━━━━━ ✧∘* ೃ ⋆｡˚. en donde max
mayfield y jules harrington rompen y por
sucesos extraños ambas se preguntan si
aún sienten algo por la otra. ✧∘* ೃ
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El fuerte impacto de la enorme muñeca del rubio chocando contra el rígido vidrio de la puerta del sauna, era lo único que se escuchaba en aquel estrecho lugar. Los gritos de furia alertaban a la pelirroja, sumida en el terror y desesperación por la situación de su hermanastro, quien gritaba a todo pulmón pidiendo que lo sacasen de allí.
Mayfield lo observaba de lejos, tensa. Su labios unidos formando solo una línea seria, se sentía aterrada, aunque debía negarlo, era necesario hacerlo o sino se vería débil, algo que jamás debería suceder. Aferrada a la mano de Harrington, queriendo escapar de aquella realidad, la rubia mantenía su preocupación en proteger Thompson, que con su brazo desocupado lo mantenía aferrado cerca de ella.
El ambiente era tenso, en un total silencio dejando oir solo sus exaltadas respiraciones y los gritos de Billy, quien cada vez se notaba con mayor agresividad su tono de voz, logrando intimidarlos.
¿Habían cometido un error? pensaba Mayfield. Solo habian pasado unos par de minutos desde que encerraron a Billy allí y aún no había señales de que fuese el huésped ¿y si no lo era?. Aquel sentimiento de angustia no tardó en invadir sus sentidos, sacándola de aquella realidad y dejando que se perdiese en sus lúcidos pensamientos, ¿Qué sucederá luego de que sepan que es el huésped? estaba segura no sería nada bueno, aunque odiase su presencia día tras día debía impedir su muerte, debía hacerlo.
Sus ojos se abrieron de par en par en cuando observó la figura del mayor desvanecerse en el frío suelo de cerámica, que había pequeños pedazos de este, esparcidos por todo el lugar. Sus oídos retumbaban, escuchando el fino llanto de aquel hombre, soltó con sutileza la suave mano de Harrington para luego dejar de que sus pieces caminaran con lentitud hacia el mayor, el aliento se le escapaba entre la excitación y el miedo.
Una parte de ella le decía que corriera, que usara sus largar piernas y huyera de allí...pero otra parte le decía que sería inútil y cobarde, tal vez fue una muy mala idea creer que enfrentar sus problemas seria una buena opción .
— No es mi culpa Max, te juro que no es mi culpa.
La pelirroja se encontraba observándolo, el cuerpo sudoroso de este en rodillas mientras las lágrimas empapaban todo su rostro, repitiendo una y otra vez de que "no era su culpa". El aire acomulado dentro de ella abandonó sus pulmones mientras un profundo dolor se instauraba en su pecho, al observar aquella imagen de su hermanastro en esa forma, rogándole piedad.
