Por razones que desconozco, me pone nerviosa tener que volver hoy a clase. No sabría explicar por qué. Quizás porque voy a volver a ver a Todoroki. Quizás porque me atormenta que vuelva a acercarse tanto a Yaoyorozu. Puede que simplemente por el hecho de no estar acostumbrada a la gente.
Ojalá lo supiera. Pero, no lo sé.
Afrodita salta para colocarse en mis hombros mientras termino de abrocharme la chaqueta. Creo que en mi vida fui tan formal a ningún sitio. Siempre preferí los vaqueros, las mayas, las sudaderas y las deportivas. Maúlla para llamar mi atención y le acaricio la cabeza suavemente, mientras la escucho ronronear.
-Tengo que ir a clase, Afrodita. Te haré más caso cuando regrese.
Siempre pensé que es una gata de lo más inteligente. Le falta hablar para ser una persona. En cuanto digo eso, emite un pequeño gruñido de disgusto y me deja terminar de prepararme.
Cuando al fin estoy lista, salgo para coger algo de desayunar antes de ir a la U.A. Lo más probable es que mi padre ya haya ido. Siempre le gustó llegar una hora antes que nadie. Nunca entendí esa necesidad de adelantarse tanto.
Salgo de casa con todo el peso del mundo a mis cuestas tras despedirme de mi gata y coger una tostada para ir comiendo por el camino. Atravieso la verja y comienzo a andar hacia la academia, dispuesta a dar lo mejor de mí. Unos pocos minutos después, a lo lejos, veo a Izuku Midoriya solo. Sonrío y me adelanto para llegar a su altura y darle un pequeño golpe en el hombro a modo de saludo.
-¡Ey! ¡Buenos días, Midoriya!-le digo alegremente, ante su cara de susto.
-A-Aizawa...menudo susto me has dado...Buenos días.
Me río ante su cara de alivio y camino con él. Es un chico de lo más agradable, pero muy muy muy tímido.
-Y, dime, Aizawa, ¿cuál es tu singularidad?
La pregunta me llega tan de sorpresa que no sé qué responder. Creía jugar con ventaja porque nadie conocía mi poder y, siendo sincera, tampoco tengo interés en que lo sepan todavía. Soy consciente de los problemas que me puede acarrear, y prefiero evitarlos a toda costa, así que me limito a sonreír con algo de picardía.
-Es un secreto~
Midoriya luce decepcionado ante mi respuesta, lo que me vuelve a dar ganas de reír. Estoy segura de que si le dijese ahora mismo que tengo el poder de manipulación, querría alejarse de mí. No lo culpo. En fin, ¿quién querría estar a mi lado entonces? Pensarían que los obligué con mi singularidad. Nunca la usaría para algo así de mezquino. Si quiero amigos, me los busco.
-Sé que no es justo que ahora te lo pregunte yo, pero, ¿qué hay de la tuya, Midoriya?-pregunto.
Su cara se torna alterada y nerviosa, haciendo movimientos raros, como si eso fuese un secreto.
-Mi-mi-mi-mi-mi-mi ¿¡singularidad!?
Al ver su desesperación, soy consciente de que es algo que no quiere contar. Ya sea porque es peligrosa como la mía, ya sea porque quizás es demasiado insignificante. No lo sé, pero prefiero quedarme con la duda a tener que ponerlo a él en una situación apretada.
-Olvídalo.-le digo, con la sonrisa más amable que encuentro.
Respira, aliviado, y continuamos el camino hablando de cualquier mierda. Es un chico de lo más amable, alguien con quien vale la pena enlazar una amistad. Cuando estamos a punto de entrar en el recinto, alguien empuja con un hombro a mi amigo, provocando que se tambalee y casi caiga.
-Mira por dónde vas, Deku.-le suelta malhumorado el tsundere de nuestra clase, junto con una mirada llena de odio.
-K-Kacchan...-murmura mi nuevo amigo, con una mezcla de miedo e irritación. Se ha puesto pálido en dos segundos.
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Eres Mía, Heroína | 𝖲𝗁𝗈𝗍𝗈𝖳𝗈𝖽𝗈𝗋𝗈𝗄𝗂 𝖷 𝖱𝖾𝖺𝖽𝖾𝗋
FanfictionLlevaba toda la vida entrenando alejada del resto de niños con singularidades porque, según mi padre, la que yo poseía era peligrosa. Estuve quince años sin tener ni un solo amigo, solo un objetivo en la vida: llegar a ser una heroína. Por eso, a l...