4. Política de la violencia

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Amigo y enemigo

Según Carl Schmitt, la esencia de lopolítico se basa en la distinción entreamigo y enemigo[55]. El pensamientopolítico y el instinto político no son otracosa sino la capacidad de discernirentre amigo y enemigo[56].«Amigo/enemigo» no es un códigobinario habitual, que distinga al sistemapolítico de otros sistemas, pues lopolítico no es un sistema más entreotros, no es un «dominio». El «dominio»de la moral, que podría denominarse«sistema», está determinado por elcódigo binario «bueno/malo». A su vez,la contraposición entre «bello/feo»define al sistema de la estética. Lapolítica, sin embargo, no es un dominio.La distinción entre «amigo/enemigo» esesencialmente distinta del códigobinario, que construye un dominio, unsistema social. Los dominios y susantagonismos solo se refieren a unestado de cosas. «Bello» o «bueno» serefieren a una cosa. Un hombre puedeser bello o bueno. Pero son, tal y comoreza la argumentación de Schmitt,atribuciones objetivas. Lacontraposición «amigo/enemigo», encambio, no es objetiva, sino una«realidad óntica», es decir, unadistinción existencial. El enemigo notiene por qué ser moralmente malo oestéticamente feo. Una distinciónpertinente debe lograr «el grado máximode intensidad de una unión o separación,una asociación o disociación»[57], paraque opere una distinción existencial«amigo/enemigo». De este modo, ladistinción «bueno/malo» solo puedealcanzar la dimensión política pormedio de existencialización(Existenzialisierung). También lareligión y la economía son, como laestética o la moral, solo dominios.Remiten a distinciones objetivas. En lamedida en que una comunidad religiosalibra guerras en virtud de susconvicciones, es decir, combateenemigos, actúa políticamente. 

La agrupación real en amigos yenemigos es en el plano del seralgo tan fuerte y decisivo que, enel momento en que una oposiciónno política produce unaagrupación de esa índole, pasana segundo plano los anteriorescriterios «puramente» religiosos,«puramente» económicos o«puramente» culturales, y dichaagrupación queda sometida a lascondiciones y consecuenciastotalmente nuevas y peculiaresde una situación convertida enpolítica, con frecuencia hartoinconsecuentes e «irracionales»desde la óptica de aquel puntode partida «puramente»religioso, «puramente»económico o fundado encualquier otra «pureza». 

De este modo, la existencialización delos dominios le roba su objetividad ylos dota de rasgos irracionales. Vistoasí, según Schmitt, no existe una guerraobjetiva.Para Schmitt, la comunidad seconvierte en política solo en el momentoen el que siente amenazada su existenciapor parte de un enemigo y necesitaafirmarse a sí misma frente a este, esdecir, en el momento de la guerra. Laposibilidad real de la violenciaconstituye la esencia de lo político. Lalucha no solo tiene lugar entre Estados,sino también en el seno de este. En suinterior, un Estado también es políticosolo en función de un enemigo interior.Por eso en todos los Estados existe,según Schmitt, la institución, que en elderecho de la república griega sedenomina declaración de polemos, ydeclaración de hostis en el derechoromano, para «declarar a alguienenemigo dentro del estado»[58], y seejecuta en la forma de proscripción,destierro, ostracismo, expulsión de laley (Friedloslegung), hors-la-loi osacratio.La contraposición existencial entreamigo y enemigo «basta», según Schmitt,para definir lo político genuino ydiferenciarlo de lo «meramente socialasociativo»[59]. Schmitt, del mismomodo que Heidegger, distingue lacomunidad de la sociedad. Solo lacomunidad desarrolla una energíapolítica. La sociedad, en cambio,únicamente es una «asociación». Carecede la voluntad, la espiritualidad, laresolución para luchar, la resoluciónhacia sí misma. Una sociedadorganizada a nivel económico puedeenfrentarse a su adversario de un modo«no-violento». Pero no constituye unaunidad política, porque su rival no es un«enemigo», sino un «competidor». Laguerra, para Schmitt, no es una meracontinuación de la política por otrosmedios, sino la política en sí.Según Schmitt, la enemistad esconstitutiva de la identidad. El yoresulta únicamente de la defensainmunológica del otro como enemigo. Eneste sentido, Schmitt destaca que es un«signo de desgarramiento interior»,«más que un enemigo verdadero». Laimposibilidad de una definición unívocadel enemigo es un indicio que seinterpreta como una falta de identidaddel yo. La pluralidad de enemigosdestruye al yo. Solo ante un enemigo, elyo se manifiesta con toda nitidez yclaridad: «El enemigo significa elcuestionamiento de nosotros comofiguras [...]. Por esta razón debocontender con él durante una lucha paraconquistar la medida de mí mismo, mipropio límite, mi figura»[60].Los puntos álgidos de la granpolítica, según Schmitt, no son aquellosmomentos de comprensión oreconciliación con el enemigo, sino los«los momentos en los que el enemigo escontemplado como tal en la mayor y máscompleta claridad»[61]. Lo político no sebasa en el diálogo o el compromiso,sino en la guerra y la discordia: «Lo quedecide es solo y siempre el caso deconflicto»[62]. La solución de conflictosno es política, sino que es la enemistad,que está en el origen del conflicto, loque funda lo político. La «situación deguerra»[63] no es el límite en el que seagota lo político en sentido propio. Másbien el espacio de lo político estádefinidio por la frontera del frente. Elestado de excepción es un estado en elque todas las condiciones de unacomunidad quedan sin efecto[64]. Este lareduce al ser desnudo. Lo existencialocupa el lugar de lo normativo. Lopolítico se manifiesta en este estado deexcepción, donde se expresa la puraexistencia:

Topología de la violenciaWhere stories live. Discover now