「𝐖𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐝𝐨 𝐛𝐫𝐨𝐤𝐞𝐧 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 𝐠𝐨? ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」

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La señora Rachel Lynde era una mujer a la que le gustaba el chisme, eso y meterse en asuntos que no eran de su incumbencia. Gracias a ella fue que Anne Shirley-Cuthbert conoció a Roy Gardner una tarde fría de inicios de primavera. Roy era un chico de diecinueve años que vivía en Estados Unidos, pero hacía poco se había mudado a Avonlea; hijo de la señora Gardner, la cual, era pariente de una amiga de la hermana de Rachel Lynde. La mujer, al ver lo destrozada que se encontraba la pobre Anne decidió buscar el pretendiente indicado para ella.

-Ese Gilbert Blythe no era el correcto, niña, jamás me agradó -diría la mujer en su fiesta anual del té, aunque para sus adentros sabía que eran almas gemelas.

Esa tarde el muchacho delgado, de piel muy blanca y cabellos castaños se acercó a Anne con una mirada bastante tímida. Parecía que fuera algo de costumbre, sin embargo, a ella no lograba gustarle. Claramente seguía enamorada del chico Blythe, todos los sabían. Anne había saludado con la mano y ambos habían empezado a hablar, en poco tiempo se hicieron amigos y se les veía muy unidos a pesar de que ella nunca saliera de casa. Él tampoco la obligaba e iba a su casa casi todas las tardes, les gustaba leer y sentarse en el jardín a dibujar juntos. A los hermanos Cuthbert les agradaba Roy, era educado y siempre trataba con respeto a la chica.

La tarde en que Marilla Cuthbert contó la noticia del regreso de Gilbert Blythe, Roy estaba por tocar la puerta de Green gables. Anne bajó rápidamente por la escalera al escuchar los dos toques habituales que solía dar el muchacho, sonrió y lo invitó a pasar. Aunque ese día él quería hacer algo distinto.

-Quiero que vayamos al bosque ¿Puedes?

Era una situación muy incómoda para ella, ya que ese tipo de invitaciones solo las hacía alguien que pretendía ir más allá de una amistad. Marilla insistió en que fuera y Matthew no vio problema, pero justo en el momento en que ambos estaban por salir una figura pálida, probablemente de los nervios, se apareció frente a ellos.

Y sí, era quien logras imaginarte.