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Zenitsu nunca había pedido mucho a pesar de tener la peor vida de todas. Su abuelo lo obligaba a despertarse temprano todas las santas mañanas para salir a trotar por su idea de "cuerpo sano mente sana"; su hermano, que no es hermano de sangre, pero si es hermano a pesar de todo, siempre le anda diciendo cosas hirientes que le lastiman su pobre autoestima ya baja; las chicas no lo toman en cuenta por mucho que le regale cosas o intente hablar con ellas y los chicos son aún peores burlándose de él.

Sus notas no eran malas y tenía una habilidad con la música que le sirvieron para obtener una beca en una prestigiosa universidad de música a la que ya lo habían llamado para decirle que tenía un cupo, prácticamente tenía listo su futuro y quizás por eso sus compañeros eran unos brutos con él.

La gente lo trataba como la mierda y por eso el mismo se sentía como una mierda.

Pero todo cambió cuando un día conoció a Tanjiro Kamado, no solo su mundo se iluminó, sino que su inspiración alcanzó tal punto que comenzó a subir muchas melodías seguidas por su canal de youtube para ser llamado por una famosa empresa en el que le pidieron que compusiera la música de su siguiente serie.

Hasta sonaba chistoso como trabajaba el mundo. Podía tener empleo y estudio seguro, pero era un asco cuando se trataba de tener amigos o gente que lo estimara aparte de su abuelo.

La melodía de Tanjiro era gentil y única, su sonrisa radiante, su personalidad dulce, el chico era perfecto.

¿El problema?

No conocía a Zenitsu.

Tal vez solo lo había visto cuando lo regañaba por aquellos aros hanafuda que intentaba, sin éxito, de hacerle sacar cuando el muchacho entraba al colegio. El chico al menos tenía la dignidad de lucir avergonzado, aunque nunca le hacía caso por ser "herencia familiar". Así que sus conversaciones solo se basaban en el gritándole algo y el otro sonriéndole con vergüenza para luego correr a su salón.

Fuera de esa extraña interacción eran unos completos desconocidos.

Aun así, Zenitsu había decidido hablar más con él, como sea, su vida era una mierda, pero estaba seguro que podría ser mejor si conversaba y se hacía amigo de aquel muchacho, porque hablar de noviazgo era pedir demasiado y el conocía sus propios límites.

Intentó de todo, pero falló miserablemente. Su corazón era demasiado para poder decirle algo y la veces en que sus ojos se encontraron sintió que moriría ahí mismo. ¡Era imposible que aquel muchacho sonara de forma tan hermosa! ¡Tanjiro lo mataría con sus sonidos!

¡Es por eso que optó por recurrir a su último recurso!

Era tarde, de eso estaba seguro y necesitaba que fuera así. De seguro su abuelo lo regañaría por la hora, pero era necesario para lo que iba a hacer. Se encontraba frente a un templo ubicado en la cima de un cerro cerca de su casa, en sus manos llevaba una caja llena de dinero que había estado ahorrando para comprarse algo que ya no recordaba, tal vez una máquina para mejorar sus composiciones, no importaba.

Estaba desesperado por lo que requería de medidas del mismo tipo.

Puso todo su dinero en la caja de ofrendas, dio dos palmadas mientras pensaba en su deseo con fuerza y luego llevó las manos al cordel que conectaba con la campana.

- ¡¡Por favor que alguno de ustedes me conceda este milagro!!

Gritó con todas sus fuerzas mientras hacía sonar la campana mientras lloraba.

Lo hizo por varios segundos repitiendo su pedido una y otra vez hasta que se quedó quieto.

El ruido del bosque fue su única respuesta, miró a todos lados tratando de encontrar algo que le diera su respuesta, pero todo estaba igual que siempre. Miró al suelo y se sonrojó en vergüenza mientras sus manos se cerraban fuertemente por la frustración que estaba sintiendo, su cuerpo tembló y comenzó a llorar nuevamente mientras se agachaba y ocultaba la cabeza entre las piernas.

Milagros Inesperados (TanZen-ZenTan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora