" No te sientas tan mal, creíste que me manipulabas haciendo me actuar como tu querías. Pero en realidad solo te hice creer que lo hacías. Yo te manipule a mí antojó, mis hilos te ataron y mí voz te condujo. No soy un juez o un verdugo, no soy un hé...
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"... Un Golpe..."
"... Un grito..."
"... Otro golpe..."
"... llanto..."
"... Otro golpe..."
"... Sangre..."
"... Y más golpes..."
Esa era la rutina diaria en una pequeña casa en los barrios bajos de Tokio, Japón.
"... Más golpes..."
"... más llanto..."
"... más sangre..."
-- ¡Para, por favor, para! -- Lágrimas corren, junto a un joven corazón acelerado y desesperado, sus manos pequeñas se aferran a las ropas viejas ajenas -- ¡Por favor detente! -- su voz es ahogada y dolorosa, aun así, con sus pocas fuerzas tira de ella.
"... Un último golpe..."
--Cariño... bebé... vete- Se arrastra para poder acercarse a su hijo, aun cuando eso es acercarse más a su perpetrador. Su cabello obscuro está desmarañado, tan maltratado que el difícil ver su rostro sucio entre lágrimas y sangre. Ve los esfuerzos de su amado hijo en apartar al hombre que decía amarla, ve sus lágrimas y ve el miedo en su pequeño. Le sonríe en un intento de calmarlo, de darle tranquilidad antes de caer en la inconsciencia, entre susurros pedía que se vaya.
Pero él es incapaz de abandonarla.
---¡Mamá! --- Cae sentado en su lugar ante el brusco alejamiento del hombre, aun llorando con rapidez catea asía la mujer inconsciente --¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá, por favor despierta, no me dejes solo! ¡Por favor! -- No le teme a la soledad, ella ha sido una forma de mantenerse seguro, la soledad en la luz verde que le afirma que todo está bien, que nada malo puede asar si estás solo. Que él este presente y su madre lastimada en el suelo, es la alarma más grande que ha tenido.
---Mamá... mamá--- Entre lamentos la abraza, siente su corazón aun latir, pero el miedo es más presente, se arrodilla frente a ella, tomando su cabeza con cuidado, abrazándola y protegiéndola. Su querida madre no puede corresponderle, y aunque pudiera, sus hombros dislocados no la dejarían.
--- Solo es una puta más --- Sus palabras son oídas a la perfección. Pero a pesar de la rabia se mantiene con ella, ¿qué puedes esperar de un mostró? Solo te queda esperar a que nada malo pase.
