A través de mil vidas

Capítulo 4

Aldayn temía por los niños pero no podía dejar que la misión terminara en manos incorrectas ya que el fue enviado personalmente para que acabara con ella, sin embargo todo se torno complicado cuando un par de soldados enemigos ataco al grupo que venía con el, haciendo que la misión se tornará aun mas complicada de lo que ya era, dado a que Aldayn y su grupo de acompañantes o soldados no iban tan preparados para la batalla como los demás soldados.
-¡Comandante Baras son muchos! ¡No podremos con todos! Es mejor retirarnos- Comentó uno de los soldados.
-¡No! Debemos aguantar lo más que podamos ¡No podemos dejar que nos ganen!- Dijo Aldayn eufórico.
-¡Capitán cuidado!- Advirtió otro de los soldados
El soldado enemigo alcanzó a herir el rostro de Aldayn, por suerte el logro esquivar el ataque ya que si no lo llegaba hacer de hubiera quedado sin ojo.

Por otro lado los niños estaban teniendo ciertas dificultades con los entrenamientos...ya que comenzaron a surgir ciertas rivalidades entre algunos de los compañeros del grupo, algo que no se había visto antes.
-¡No me compares contigo! ¡Tu y yo somos diferentes y creeme soy mil veces mejor que tú!- Grito enojado Mateo.
-¡Ja! ¿Ser mejor que yo? Cuéntame otro chiste Mateo ¡Enfrente de todos te reto a un combate, el primero que caiga será sacado de la orden!- Comento orgulloso Jamir.
-¡Alto allí!- Protestó Aneesa - Nadie puede organizar un duelo si el Mentor no lo aprueba ni está presente, si quieren organizar un duelo ¡Tendrán que esperar al mentor¡- Dijo Aneesa un poco angustiada por el duelo que querían hacer.
- Si ellos quieren arreglar sus indiferencias así, déjalos Aneesa quiero ver quién es el mejor- Contesto Alphonse un tanto orgulloso.
- No, si a nosotros el mentor nos encargó a los chicos fue porque confía plenamente en nosotros, no podemos romper sus instrucciones y mucho menos permitir que dos de los miembros hagan un duelo sin el consentimiento previo del mentor- Aneesa les recordó las instrucciones que tenían.
- Ella tiene razón Alphonse, no podemos hacer que los chicos se peleen sin el consentimiento del mentor- Emma tan serena trato de tranquilizar a Alphonse.
- Aún así Emma, quiero ver correr la sangre- Todos se sorprendieron al escuchar tales palabras viniendo de el.
- No, a ver Alphonse, no podemos hacer correr la sangre de inocentes solo porque tú quieres. Es una de las reclas del credo "Jamas dirigiremos nuestra espada hacia el inocente" Creó que quedó muy claro cuando el mentor nos trajo aquí. Si se derrama sangra inocente aquí, los que tendremos problemas con el mentor seremos solo nosotros 4 porque nosotros somos los encargados mientras el no esté- Hablo Ibrahim.
- Como sea acabaron con mi diversión iré a ver qué me divierte - Alphonse guardo su cuchilla y con una mirada fría se dirigió a su habitación.
- Iré a ver qué no haga alguna tontería- Comentó Emma.
- Adelante, cualquier cosa nos avisas ¿Está bien?- Dijeron Aneesa e Ibrahim a la par.
- Si, descuiden- Dijo Emma relajada- Conozco a Alphonse y se cómo es, yo me encargo. Tranquilos.

Seguido de ello, Emma se dirigió a la habitación en dónde se encontraba Alphonse, ella conocía el carácter que tenía aún así le daba miedo el que podría hacer. De manera tranquila Emma tocó a su puerta y esperaba la respuesta de Alphonse.
- Se que estás allí, abreme por favor- Habló Emma.
- No quiero ver a nadie, por favor vete Emma- Le contesto Alphonse.
- Sabes que no me iré, si no me abres tendré que tirar la puerta y sabes que lo haré- Exclamó Emma
- Entra pero si vienes a darme sermones, no los quiero- Con una sonrisa en su rostro le abrió a Emma.
- Pues es justamente lo que vengo a hacer- Emma le sonrió.
- No eres mi mamá ni mi papá para darme sermones...pero eres lo único que tengo así que adelante- Alphonse con una sonrisa y un gesto le permitió el paso a Emma.