¿Slime, miel, lava o una puta naranja?

Una puta naranja

"La traicion, la venganza, el intelecto..."

El cielo azul que le abrazaba, fue oscurecido al escuchar los indicios de un hechizo de magia negra.

"Dame el poder de cambiar su acido aspecto..."

Empujó cruelmente algunas ovejas, pues quería agradar a los Dioses oscuros desde primera instancia.

"El dolor, la oscuridad, la inconsciencia..."

El ardiente liquido que rodeba el altar para dichos Dioses, consumió sin pudor el alma pura de las ovejas, quienes rogaron por piedad entre lamentos inentendibles antes de ser tragada por la piedra fundida.

"Dame el poder de cambiarle a una cítrica apariencia"

Sonrió con sorna, le imaginaba de una forma ridícula y graciosa, digna de un traidor como lo era Auron.

Esa zorra.

La lava comenzo a elevarse por chorros por la piedra, hasta posicionarse sobre la misma y dejar como regalo, 4 hermosas botellas de cristal, con un líquido anaranjado rojizo, algo transparente a la vista.

—Muchas gracias, Dioses, su castigo será mi salvación- lamentablemente, el orden de sus acciones había sido errado.

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—Auroncito, te he traido un regalo- llamó la atención del hombre de cabellos negros, quien se encontraba rellenando el hueco que su TNT había dejado hacía algunos minutos.

—Luzu- pudo ver el brillo de sus ojos y su sonrisa al verle, la cual rápidamente se desvaneció, quizás al recordar el duro golpe que le había dado a su persona por ser el voto decisivo que le hizo perder —Por supuesto, mientras no sean minas, lo recibiré con mucho cariño-.

Por un momento se arrepintió, ¿En verdad Auron merecía tal castigo?

Movió sus dedos tembloroso y con algo de ansiedad, comenzaba a arrepentirse.

Un "yepaa" fue escuchado como eco que inundó su cabeza, que le ayudo a tomar fuerza y una vez aclarada su decisión, prosiguió.

—No es eso Auron, es algo mejor- lanzó con rapidez y destreza las botellas que se le habían otorgado, hiriendo en el rostro al contrario, provocando un gritó y que cubriese sus lagrimeantes ojos.

Dos botellas le siguieron, siendo mas precavido, pues las había lanzado a sus pies y, aprovechando la distracción, había corrido a su casa, esperando a que le viniesen a reclamar por sus fechorías.

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Colocaba la silla de montar sobre Hambre, perdido en sus pensamientos, ¿De verdad Auron tenía el ego tan grande como para amenazarle de arrepentirse por haberle causado aquello? Es decir, ¿No se había visto en el espejo? Tenía una piel porosa y anaranjada, parecida a la de una fruta. En todo caso, quien debería arrepentirse, a ojos de Luzu, era Auron, pues había sido el primero en lanzar la primera piedra.

Le resto importancia, pues si de algo estaba seguro, era que el tiempo aclararia todo, para Auron, pues él, tenía el mundo realmente claro.

Ahora solo debía reunir a su caballería, así derrocaria a Lolito y por fin, podría demostrarle a Auron lo equivocado que estaba, le demostraría que el Luzu sensible y amable, había quedado en el olvido.

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"Lo siento Luzu, no me parece correcto lo que haces"

"Pues... siendo honesto contigo Luzu, no quisiera ir contigo contra la alcaldía, oye pero, ¿Sin rencores?"