3-¿Bailas, Mariposa?

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El hada maldijo por lo bajo y lanzó todos los pasadores a su espejo, odiaba tener que peinarse, su cabello era muy suave y tenía que usar un millón de pinzas y pasadores para que se quedara en el mismo lugar. Respiro profundo, era un hada y no debía maldecir en voz alta.

Se miró al espejo, solo la mitad de su peinado seguía intacto y eso la irritaba más de lo que debería, quito todos los pasadores de su cabello, lo cepillo y opuesto a lo que su madre le había pedido, lo dejó suelto.

Su vestido azul, no muy corto y sin tirantes acompañado de sus zapatos con pompones de algodón. Un poco más de rímel y labial de color rosa brillante y ya estaba lista; salió de su habitación.

— Arlyney, estás hermosa. — Dijo el rubio con una hermosa sonrisa, ella dio una vuelta completa para que el viese su atuendo completo.

— Gracias, Terrence.

— Ese no es el vestido ni el peinado que te dije. — habló su madre y ella suspiró. Miró al techo de la casa y sonrió.

— Lo se.

Arlyney pudo ver cómo Terrence Tomaba la mano de Tinker Bell y eso Cómo que le producía calma.

— Estás hermosa.

— Gracias, madre.

Ya en la fiesta Arlyney trataba de ubicar a sus amigas, cosa que logró al ver esa cabellera azul moverse entre los invitados.

—¡Viniste! Estás hermosa. — Saludó Evie luego de abrazarla, el hada sonrió.

— Eso es gracias a ti.— respondió ya que quien había confeccionado ese vestido había sido ella.

La música se detuvo y Lumiere anunció la presencia de Ben y Mal, ambos bajando las escaleras con una elegancia casi matadora. Aunque odiaba estar en Auradon debía admitir que era la fan número uno de la pareja.

Mal se acercó a ella y empezaron a charlar amenamente, hasta que una tercera persona llegó.

— Hada.

— Pulpo. — respondió Arlyney con una sonrisa. Uma era una dama de la corte y tenía unas informaciones importantes para Mal, así que la rubia simplemente se alejó para otorgarles privacidad.

Ella y Uma no congeniaban mucho, pero tampoco se odiaban. Saludo a algunas princesas más y mientras tomaba ponche llegó la persona más irritante que ella había conocido en toda su existencia.

— Luces hermosa hoy, muy hermosa Arly. — Dijo Chad muy cerca de la chica, con su traje azul y el cabello perfectamente peinado.

— Arlyney. Ese es mi nombre. Que sea un hada no significa que no pueda causarte dolor.

— No seas tan agresiva dulzura.

Ella no aguanto más y encajó su talón sobre el pie del "encantador" príncipe. El hada sonreía y sus ojos negros se toparon con los azules de Chad que se mordía el labio para no chillar.

— ¿Todo bien? — el negó de manera rápida y desesperada, ella levantó su pie— Aléjate.

Y vio cómo Chad se alejaba de ella, dio un sorbo al ponche de mal sabor que tenía y tomó un pastelito que engulló de un bocado.

— Me encanta tu boca. — susurro alguien en su oído provocando que se atragantara. Dio otro sorbo al ponche para ayudarse y después miró a Harry furiosa.

— ¿Quieres matarme? — el pirata sonrió.

— Quiero hacerte muchas cosas, pero matarte no es una de ellas.

El Hada frunció el ceño ante eso, su tono era seductor y ella simplemente no tenía idea de por qué. Entrecerró los ojos mientras examinaba al pirata. No tenía su traje de cuero y muchas hebillas, ahora tenía una traje formal completamente negro y su sombrero de pirata que hacía que sus ojos azules resaltaran aún más de lo normal.

— ¿Bailas, mariposa? — pregunto extendiendo su mano y haciendo una pequeña reverencia, Arlyney dudo unos segundos pero sabía que era muy descortés rechazar una invitación.

Tomó su mano y sintió un cosquilleo en su estómago. Harry la guió con aquella canción muy lenta para su gusto, para sorpresa de la rubia el pirata bailaba de una manera magnífica, la canción ya iba por la mitad y el no había hecho ningún comentario extraño y solo la miraba directo a los ojos.

Arlyney se dio cuenta que uno de sus ojos era de un azul más claro que el otro, sonrió ante eso. Mientras que Harry vio cómo los ojos de Arlyney cambiaban de Negro a dorados.

— Tus ojos son interesantes. — halagó el. Su voz era suave.

— Los tuyos son lindos. Debo admitirlo.

— Lo se.

— Pirata ególatra.

— Hada ingenua.

— ¿Interrumpo? — Preguntó Audrey junto a ellos



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Hada - Harry HookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora