Los susurros de emoción atacaron con fuerza en el gran comedor, nadie parecía querer evitar mostrar su interés al ver a los hermanos Potter luchar. Lucius no apostó, aunque confiaba en que la pelirroja amiga de su hijo ganaría. – No entiendo. – Murmuró Narcissa, su atención puesta en las mesas siendo quitadas de su lugar para poner unas gradas. – Es mestiza, hija de dos personas con las que no podemos hablar sin desear embrujarlos y nuestros hijos son amigos, ¿Cómo pasó eso? – Él abrió la boca como si quisiera dar un largo y tendido argumento pero inmediatamente la cerró, no tenía ni idea de eso, tal vez la chica no era como sus padres o simplemente la toleraban por su hijo que estaba sentado junto a ella hablando y riendo. Nego y decidieron dejar el tema por la paz, tendrían, muy posiblemente, cosas más importantes en las que pensar. – ¡Muy buenas apuestas, estoy segura de que Teddy me dará su chocolate por un mes! – Hablo Delphini con la varita en su garganta, tenía una sonrisa de orgullo y ignoro el «No cantes victoria, Black» de su amigo. – Los oponentes son los siguientes, ¡Harry Potter! auror experientado y gran duelista, del otro lado está Daimiel Potter(Evans de casada), una gran psicomaga y también gran duelista. La especialidad de cada uno varía, así que siéntense en sus lugares correctamente, ninguna persona, aparte de los involucrados, saldrá lesionado... – Camino hasta un escritorio que, anteriormente, había sido una de las sillas de los profesores y se sentó, sonriendo con diversión.* – 3.... 2.... 1... ¡Ahora! – Apenas termino de decir cuando ambos hermanos atacaron, parecía que, en vez de ser un duelo amistoso, era una declaración de guerra entre ellos. Los hechizos iban y venían de un lado a otro, la barrera hacia que, cuando chocaban con esta, tronara como si fuera a romperse, los gritos eufóricos opacaban, por poco, las burlas de ambos adultos al uno al otro. Lily Evans cubría sus ojos, temía que sus hijos se lastimaran y comenzaba a molestarse al ver a su novio apoyar cómo se atacaban. – ¡Lo desarmo! – Dijo Sirius con diversión, Remus que estaba junto a él río contagiado por la emoción y aplaudió, Ron.M. termino metiéndose el duelo, claramente darle ventaja a su amigo para tener nuevamente la varita en la mano.
– ¡Eso es injusto! – Comento Remus. – ¡Son dos contra uno!
– Tranquilo, papá, tía Daimiel podría hasta con cinco. – Respondió Teddy que había ido a sentarse con sus padres, quería escucharlos hablar, ser ellos mismos y no solo escuchar anécdotas de ellos.
– ¡Ja! Esa es mi ahijada, ¿La ven? ¡Vamos, tu puedes! – Grito Sirius levantándose y aplaudiendo, sin importarle que el castaño tirará de la camiseta para que se sentará.
Ron.M. y Harry.M. estaban lado al lado, atacando y protegiéndose, aún cuando eran dos estaban teniendo dificultades para poder desarmar a Daimiel.M. que fácilmente podía atacar, protegerse y moverse, en algún punto de la lucha, la varita de la pelirroja voló por los aires pero, en vez de preocuparse y rendirse, sonrió. Draco.M. también se metió al duelo y dió el tiempo suficiente para que si amiga recuperará la varita. – Mi nieto será un gran auror. – Murmuró Charlus con un brazo alrededor de su esposa quien asintió, Dorea amaba la familia que había formado, también el dejar todas esas cosas negativas que los Black inculcaron pero que ella, sin ser demasiado notoria, había odiado desde jóven. También se sentía orgullosa de ver la familia que formaría su hijo pero, al recordar el tráfico final que tendrían, se entristeció, James, Lily y sus nietos merecían una vida mejor, más cosas buenas y no todo ese dolor.
– ¡Depulso!
– ¡Desmaius!
Gritaron ambos hermanos al mismo tiempo, las personas en las gradas se levantaron listos para festejar al ganador, nadie dejaba de observar los con tanta atención y fascinación que la tercera generación rodó los ojos por la ironía. Daimiel.M. cayó al suelo, la varita rodó lejos de ella, Harry M., al mismo tiempo, cayó inconsciente al suelo.
Hubo un silencio por unos segundos, todos demasiado asombrados para hablar o decir algo, Delphini carraspeó con la vista puesta en los combatientes, después sonrió y sacudió la cabeza. – Vaya... – Dijo con la varita en la garganta. – ¡Un empate! No nos sorprende, a veces gana tío Harry o mamá, en otras sucede esto. ¡Cobren sus apuestas y humillen a sus amigos, chicos! Mentira, lo último no lo hagan. – Después de eso todo fue acomodado en su sitio, Daimiel.J. sacudió a Theo mientras señalaba su versión mayor, estaba emocionada por como sería, los cuatro chicos estaban igual, no podían creer que tendrían una buena vida.
Dumbledore se levantó, la larga barba plateada posaba por sobre sus manos que estaban entrelazadas, tenía una sonrisa amable surcando el rostro ya arrugado por la edad. – Muy bien, es tarde y deben irse a descansar, acomodar tanta gente será caótico así que tengamos paciencia. – Hubo quejas y aceptaciones por igual, la tercera y segunda generación fueron guiados por el pasillo, durante el camino se escuchaban susurros por conversaciones de varios de ellos al igual que charlas más fuerte denotando que no era misterioso el tema. Conciencia se detuvo frente a una pared, sonrió ante la confusión y comprensión, de un momento a otro una puerta comenzó a aparecer, cuando estuvo por completa la abrió.Ya no era como cuando llegaron, habían varias puertas con letreros dando a entender donde dormirían y esa misma razón fue que James comenzó a gritar negándose. – ¡Cornamenta! – Gritó Sirius sosteniendo lo de los hombros con fuerza, buscando llamar su atención. – ¿Qué sucede? – La expresión del chico era como si tuviera un idiota frente a él, logro soltarse y suspirar para calmarse, después, con una calma mortal, señalo una puerta que decía «Snape, Daimiel Potter, Theo Nott, Blaise Zabini y Draco Malfoy». – ¡Me niego, rotundamente, a que mi hija esté en una habitación, sola, con cuatro hombres! – Sentenció el futuro patriarca de los Potter, Black, como buen amigo y casi hermano, asintió dándole la razón y, también, paso a los gritos sobre un millón de cosas que podría pasar. Snape rodó los ojos con fastidio y un tanto asqueado de lo que decían, ¿Lo creían tan enfermo de meterse con una niña? Era muchas cosas pero un enfermo jamás. – ¡Cállense a la puta verga! – Grito la pelirroja involucrada con un ligero tono verdoso en su rostro por las acusaciones sin fundamentos. – ¡Tengo la habilidad suficiente para cuidarme sola, gracias, y dormiré donde me digan mis jodidos ovarios, así que no se metan! Y sí, dormiré en la misma habitación con ellos, ¿Entendieron? Espero que sí o tendré que usar mi varita. – No espero respuesta cuando sujeto a Draco.J. de la muñeca, a Theo de la camiseta y los guío adentro de la habitación, Blaise corrió detrás de ellos al sentir la mirada asesina de James Potter. Snape solo inclino la cabeza para después entrar, él solo quería dormir y ya, no saber de todo en caos que se formaría conforme avanzará la lectura.
Cada quien fue a sus habitaciones, demasiados cansados y sabiendo que el siguiente día sería mucho más pesado. Consciencia se quedó en la sala, mirando hacia la nada, estaba más interesado en analizar como podría todo eso salir mal, como podría hacer que nacimientos desaparecieran de la nada pero habían acordado que era un riesgo que tomarían.
No recuerdo cuando lo escribí así que esto no tendrá fecha, damas y caballeros, así que disfruten.
Chingué su madre mi vida :v
ESTÁS LEYENDO
Leyendo: Los Potter y la piedra filosofal.
FanficLa magia era algo que no existía para ambos hermanos. Era algo que sólo existía en sueños, en cuentos de hadas y demás tonterías, pero al darse cuenta que ellos son magos y pertenecen en éste mundo, verán que no todo es de color de rosa y intentarán...