-¡Patrick! Hermano mayor, díme si recuerdas algo de cuando vivíamos con nuestro padre.
Arthur y Alice habían ido a buscar a Patrick a la cabaña de los generales, donde también se encontraba Gilbert, Eli, Pedro y Alfred.
Patrick se había quedado tieso ante la pregunta. Si bien no recordaba nada, la pregunta le vino amenazante, como un balde de agua fría.
-¡No digas tonterías, Alice! Claro que aún recuerdo a papá, y aún si no lo hiciera, todo está bien. La isla es tan asombrosa que no necesitamos de nada más.
Clap
Arthur había abofeteado a Patrick.
-¿Cómo puedes decir eso? ¡Se trata de tú familia!
Alfred y el resto de generales se habían propuesto no interrumpir la riña familiar, pero llegado a ese punto, el mayor decidió interferir tocando con delicadeza una sección de la cabeza de Arthur, en la nuca.
-Arthur, cálmate, prometí llevarlos a casa y eso voy a hacer. Una pequeña amnesia es normal los primeros días de estadía.
Alfred hizo una seña y Eli trajo algunos cojines, Alfred hizo sentar a Arthur, que se había de repente puesto muy sumiso.
Patrick sobó su mejilla, claramente molesto con su hermano mayor.
Alice se asustó, y se fue a esconder detrás de un recién llegado Kiku, que sudaba horrores por haber tratado de seguir el paso de los hermanos Kirkland.-¿Es así? - Pregunto con sus ojos verdes casi perdidos.
-Si, muy normal. No tiene nada malo olvidar, hasta es relajante - le susurró al oído - tan relajante que quieres olvidar más, tan relajante que quieres dormir, ¿no es así?
- Si...yo quiero dormir.
- Bien, pues querido Arthur, vas a olvidar este incidente y te irás a dormir. Cuando despiertes, estarás muy felíz de verme e irémos juntos a la fiesta.
Dicho esto, el mayor Kirkland se durmió, Alice también, aunque ella estaba en manos de Kiku, el chico de prominentes rasgos asiáticos.
-¡Qué problemáticos que son tus hermanos ! - Exclamó Alfred, cargando a Arthur como una princesa.
- Lo siento, señor. No quería arruinar la reunión.
- Para nada, general Patrick. Ustedes sigan hablando y yo iré a dejar a Arthur en su cabaña.
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Arthur despertó con un muy buen sentimiento de felicidad invadiendolo.
La luz de la luna se asomaba perfecta por la ventana, el clima se sentía perfecto y pocas veces realmente habría podido decir que tuvo un sueño tan pleno como el de ese día.
Sus ropas ya estaban colgadas en la pared, listas para usar. Y cómo estaba tan feliz, no pudo evitar imaginarse tan guapo y gallardo como era.
Se peinó con impropia coquetería sus hebras doradas, apreciando a su vez su respingada nariz y sus profundos orbes esmeralda. Con las ropas se veía elegante, atractivo, y no podía si no desear con más desesperación que la hora de la fiesta llegara.
"Cuando me miren" Pensaba, y luego fue "Cuando el me mire", pero...¿de quién hablaba? "Cuándo Alfred me vaya a mirar..." Pensar en Alfred le generaba dentro de todo, mucha alegría.
Claro, no podía haber nadie más. Quizá nunca lo hubo, y si si, ¿qué más daba?
Pronto llegó un Yao, otro de los niños con rasgos asiáticos a su puerta.
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APH: Eternity
FanfictionDespubliqué Imaginario por que no me gustó al final. A ver que sale de esto. "Inspirado en las novelas de Wendy Darling (que así mismo, están inspiradas en Peter Pan). Arthur Kirkland es un joven de 15 años cuyo futuro no es otro más que el de herda...