!Fue un Accidente! ~ EDITANDO ~

VI

- YA TENEMOS MANAGEEEEER!!! – le dije a mamá por teléfono, ya que habían salido de viaje... de nuevo –

- No puedo creer que estén logrando todo esto cariño! Cuéntame, ¿cómo les fue al firmar el contrato?

- Pues...

*FLASHBACK*

Entramos por una gran puerta de cristal a un edificio bastante alto. Habia una señorita sentada atrás de un escritorio gris con negro justo frente a la entrada.

- Buenos días señoritas – sonrió con dulzura la mujer – en qué puedo ayudarles?

- Buenos días – comenzó a decir Nathaly – Vera, tenemos una cita con George Blue...

Comencé a ver un gran florero que estaba sobre una mesa pequeña, ir ahí me aburría, pero era importante para nuestra nueva profesión.

- Pss... Farrah – me gire y vi a Janeth y a Lia a mi lado – ¿nerviosa?

- Claro que no, ¡esto es un gran paso para nosotras!

- ¿Verdad que si? Es lo que le digo a Lia, pero ella solo esta muriéndose de los nervios

- Es que... ¿que tal si no lo conseguimos?

- Piensa positivo Lia! – le di una gran sonrisa

- Si, si no, te daré un golpe en la cabeza

- Janeth, ¿porqué siempre tienes que recurrir a la violencia?

- ¿Y tu porqué eres tan pacifista, niña? – comencé a reir y seguí contemplando el florero

Janeth y Lia eran completamente diferentes: Lia: Una niña buena, casi nunca decía malas palabras, según ella, todo se soluciona dialogando. Y Janeth... ella es, algo agresiva, dice palabrotas incluso en alemán, es rebelde, toda una "Bad Girl"

¡DI-FE-REN-TES!

Pero no podían negar que en el fondo... muy en el fondo, ambas se querían mucho.

- FARRAH! –

-¿¡Que!?... – grite sobresaltada, en ese momento, supe que era la persona con mas mala suerte en el mundo.

Debido al susto que me llevé, jalé una flor que estaba tocando, y el florero cayó al suelo, rompiéndose en miles de pedacitos y esparciendo el agua que contenía por todas partes.
Todos se giraron a verme asustados.

¡Mi cara se sentía arder!

- Am... fue un accidente – era una idiota, una completa idiota.

(...)

- ¡SIMPLE PLEASURES!, ¡Por fin tengo el gusto de conocerlas en persona! – gritó George Blue una vez que entramos a su oficina. Olía a aromatizante de fresas. –

- El gusto es nuestro señor Blue – dije emocionada – y lamento lo del florero...

- No te preocupes jovencita, y por favor, llámenme George. ¡Que alegría verte de nuevo Charly!

- Lo mismo digo, señor – hicieron uno de esos saludos raros que hacen los hombres al verse.

- Y bien – se giró hacia nosotras – ¿están listas?

- ¡Más que listas!

- Bien, ya discutimos el otro dia de los términos que habría entre nosotros, las condiciones establecidas y todo lo demás que se necesitará. ¿No tienen dudas con ello?

- ¡No señor!

- ¡¡¡Genial!! Entonces, firmen estos documentos, así quedará dado por hecho que seré su representante oficial.