Dos

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Era como despertar después de un mal sueño, el sol en la cara molestaba tanto que me causaba migraña, mi ropa estaba regada por toda la habitación, creo que si alguien entrara en este momento no me importaría mucho.

No había bebido, bueno, no había bebido tanto, solo lo suficiente para aflojar mi lengua, así que no tenía cruda, simplemente estaba cansado y me dolía un poco la cabeza por no haber dormido bien la noche pasada.

Ya era tarde, creo que pasaban de las 12, me levante con cuidado, para no despertarla, apenas la había conocido la noche anterior, ni siquiera recuerdo como le hable pero quería ser un caballero, salir de su vida y que me olvidara, no quiero que cargue con alguien como yo. Era linda, cabello rojo, delgada y con cara fina, lo único “malo” era que tenia una nariz bastante rara.

Salí del complejo de apartamentos lo más rápido posible, no quería que me vieran salir de su casa y pensaran que era una fácil, bueno si lo era, pero ellos no lo necesitan saber.

La ciudad estaba atascada por el tráfico, el metro estaba aún peor, pero tenía que llegar a mi casa.

No suelo quejarme mucho, la verdad si, pero a veces se me hacía estúpido,  la ciudad era demasiado grande, era difícil desplazarse pero era la única utopía y aun así desde pequeño era un martirio para mí  ir a la escuela y tener que soportar el tráfico y el metro a reventar.

-La vida es así, el transporte esta así por las fiestas de estos meses - Comento Alex –Quieren sentirse bien de vez en cuando-

A veces odiaba pasar con él a su trabajo porque siempre me lleva la contraria pero necesitaba una buena comida en su cafetería.

–Estas muy amargado amigo- Concluyo.

-No estoy amargado simplemente crudo- le dije y bebí el último sorbo de la taza de café antes de pedirle más.

- Jajá no es cruda tonto, veo tu estúpida sonrisa de satisfacción, incluso antes de que llegaras aquí, ¿a quién te cogiste en la mañana? ¿Otra vez el David mujeriego vuelve a las andadas? – Tomo mi taza y la lleno de café.

-¿Qué? ¿No puedo ir a una fiesta a conocer a alguien? Aparte si estoy crudo, bebí mucho para siquiera recordar el nombre de esa chica- Refunfuñe.

-Bueno, bueno, está bien que vayas a “conocer gente”- decía mientras hacia un movimiento con las manos para mencionar que había comillas – pero tú lo dijiste, vas a conocer, no a tirarte a la primera chica que te haga ojitos- Bueno en eso tenía razón, tomo una taza de café bastante caliente para mi gusto y la puso enfrente de mi – Muchacho, al menos ten compasión de ti mismo, no sabes cuantas enfermedades te habrán pegado en todas esas fiestas , aparte ya paso casi un año desde que te boto la que no debe ser nombrada-

Escupí mi café y me levante, creo que no era la mejor reacción del mundo pero al menos fue la primera que paso por mi mente

 – ¡No me boto! Fue algo mutuo- Grite.

Cuando note, tenía mi café derramado sobre toda la barra y las únicas dos personas de la cafetería me observaban y se reían.

– Al menos ten un poco de auto respeto  y no tires mi café sobre la barra- me dijo algo molesto mientras limpiaba – Está bien si fue algo mutuo, pero tienes que aceptar que lo que hace no esta bien, desde ese día, no has intentado conseguir un trabajo, ni siquiera has tratado de tener una relación estable con alguien, son solo fiestas y salidas con tus amigos los freaks, eso no es normal amigo ¿Cuántos años tienes?-

-22-

- ¿Ves? Estas empezando una vida y ni siquiera la puedes iniciar bien, si quieres escuchar mi consejo, tomate un descanso de toda esta basura, trata de conseguir empleo, y si puedes una novia- Termino le limpiar y me miraba de forma desaprobatoria, no podía aguantar esa mirada sobre mi.

- Bueno, creo que me lo pensare, pero el maldito país no me deja, esa mierda de las celebraciones y la prohibición de salir de la ciudad no me dejan, estos meses  es solo para mantenernos ocupados con fiestas, borracheras y esas cosas, aparte de hacer que allá un tráfico de los mil infiernos-

-Como si no te encantaran las fiestas muchacho-

- Esta bien si me gustan pero aun así, ¡es un engaño! Quieren hacer que nos olvidemos de que hay un mundo aparte fuera de esos muros-

-Si, si ya se pero al menos cálmate un rato, si espantas a mis clientes te cobrare el doble (como si tuvieras para pagar). Bueno, ya vete a tu casa que lo más seguro que tu abuelo está preocupado, y tu perro estará ladrando y dios no quiera que lo maten tus vecinos.-

-Claro, ya se, no quiero perder a mi único amigo- reí cínicamente -Hablando de trabajo ¿tendrías algo que ofrecerme en la cafetería?  Siempre veo que todo lo haces tú y apenas puedes-

Me miro sorprendido y después se echó a reír durante un buen rato, creo que fue su mejor respuesta, mientras salía de la cafetería seguía escuchando su estúpida risa, a una cuadra e incluso mucho después en mi mente.

Tenía razón, no me podía sacar de la mente a ella, es que era tan perfecta, tan hermosa, tan inteligente…

Si me oyera alguien mas diría que soy un disco rayado repitiendo todo eso, al fin y al cabo ella ya me había olvidado, se fue a vivir a quien sabe donde y lo mas seguro que ya había salido con un chingo de hombres, mientras se emborrachaba y tenia un trabajo de ensueño y se cogía a su jefe para no perder el empleo.

Bueno, eso era lo que imaginaba.

Durante mi segundo viaje al metro, tuve que usar todas mis fuerzas para no mandar todo a la fregada y lanzarme a las vías del metro, pero me detenía porque, en primera la gente me tiraría de loco, en segunda, ¿de que me iba a servir? Mi muerte solo iba a traer mas desgracias de las que ya había provocado.

La ciudad siempre estaba cubierta por nubes, pero eran tan delgadas para saber el cambio de horas y el clima, pero no lo suficiente para poder mirar fuera de sus limites.

Cuando llegue a mi casa, busque si había alguien, al parecer nadie estaba ahí, solo mi perro que al verme me ignoro y seguía acostado sobre sus patas tratando de dormir, tal vez mi abuelo lo había sacado a correr antes de que yo llegara.

Mejor para mi, al menos podría estar solo escuchar música y dormir.

Las guitarras del disco end of century hacían retumbar las ventanas de mi cuarto, la voz de Joey me hacia estar  en otro lado, donde nadie sabia quien era, donde solo podía caminar, sin preocupación, sin un lugar a donde ir, simplemente yo.

Pero como un golpe a la cara me hicieron regresar a mi cama, recordándome que tengo corazón, que la vida sigue, sin importa lo que haga, el pasado me persigue y el futuro me quiere comer, ya no me quería mover pero el recuerdo de ella me regresaba el corazón pero con el dolor mas horrible e indescriptible.

Solo porque ella era la más grande maravilla.

Y así trataba de olvidarla, con música, pero eso me traía más recuerdos, esto ya no era normal…

Adiós normalidad.

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⏰ Última actualización: Nov 25, 2014 ⏰

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