End Of Century

Cuentos antes del fin.

Una habitación, cuatro personas, un niño, su madre, una secretaria y el.

Un tipo delgado, cabello negro como la obscuridad y enmarañado. Sus ojos castaño claro brillaban de vez en cuando, pero últimamente no lo hacían tan seguido. Brazos largos, piernas largas, cara ovalada, dos marcas, una en la frente, otra en la barbilla. Un accidente y una cortadura de navaja de afeitar.

El niño lloraba, le gritaba a su madre que no quería entrar con el doctor otra vez, que le hacía decir lo que veía en sus pesadillas, lo que le hacia su padre. La madre preocupada solo le decía que guardara silencio mientras trataba de no llorar, de vez en cuando volteaba a ver el reloj en el escritorio y luego a las puertas detrás de la secretaria, una roja, otra azul. Doctor y doctora.

La secretaria solo se limitaba a atender llamadas de desconocidos, capturar dato y programar citas, deseaba estar lejos de ahí, el lugar le ponía los pelos de punta, pero pagaban bien, un pequeño precio que tenía que pagar por la comunidad.

Dos teléfonos, solo una sonaba constante mente.

Pasaron 2 minutos eternos. El otro sonó.

-Joven, puede pasar con el doctor-. Anunciaba la secretaria con un tono tan frio que hizo callar al niño.

-Pero, ellos estaba antes de mí.

-La señora espera a la doctora esta vez, es su turno de ver al doctor.

El chico se levanto resignado y se acerco a la puerta azul. Toco y no hubo respuesta.

-Solo entra, no te pasara nada.

-Esta bien.

La habitación a la que entro era mas fría que la anterior, las ventanas cerradas y solo un foco iluminaba el centro con un pequeño sillón. Vio al fondo y solo había un escritorio, el doctor lo veía, asumía que era hombre por sus manos y su voz que lleno toda la habitación, una voz de mando, como la de su padre. La primera cosa que le desagrado.

-Siéntate y platícame ¿Qué te trae por aquí?

-Todo doctor, ha pasado todo.

Se sentó y decidió empezar a contar todo, desde donde el pensaba que todo había iniciado.