[Narra Gulf]
Aquel enfrentamiento con Mew me había dejado realmente molesto.
Salí de la biblioteca apretando aquel libro entre mis manos.
Me senté en un banco del patio, coloqué mi mochila junto al libro en la mesa y suspiré con frustración, necesitaba relajarme, pero no dejaba de pensar en lo ocurrido hace algunos minutos y eso me hacía sentir confundido.
Agité mis manos intentando calmarme, pero sin poder evitarlo toqué mis labios, y luego lo frote repetidas veces, pero aún podía sentir la sensación de los labios de Mew sobre los míos. Apreté mis ojos intentando reprimir el recuerdo, pero sus labios se habían sentido tan suaves y cálidos, la sensación no desaparecía.
No entendía porqué la imagen de ese idiota seguía en mi cabeza, la manera en que me besó y como me miraba, aquella sensación... no podía comprender qué era.
Quizás sí me sentía algo tímido, aunque nunca lo admitiría frente a Mew.
[...]
No lograba concentrarme en la clase, y esta vez no podía culpar a Mild, ya que él se encontraba atento, aunque de seguro sólo disimulaba, debía estar pensando en alguna otra cosa.
Suspiré y miré por la ventana, aquella sensación sobre mis labios seguía intacta, él sólo recuerdo provocó que mi rostro se calentara.
El timbre sonó y me levanté con una velocidad que sorprendió a mi amigo.
- ¿Te sucede algo? - Me miró expectante.
Negué un par de veces. - Nada. Iré al baño. - Le hice una seña y salí del salón.
Necesitaba rápidamente mojar mi rostro, sentía que estaba ardiendo, y odiaba el motivo por el cual me sentía así, bueno, en realidad odiaba a la persona que me hacía sentir así.
[...]
Entre al baño e inmediatamente me dirigí al lavabo, abrí el grifo y moje mis manos, la sensación fría fue agradable. Moje mi rostro y lo frote varias veces, intentando quitar la sensación caliente.
Seque mi rostro, la sensación incómoda se había ido, pero aún así no quería salir, no quería encontrarme con Mew por accidente o 'coincidencia'.
Me recosté por la pared y me quedé varios minutos así, esperando escuchar el sonido del timbre.
Cuando al fin lo escuché me di la vuelta para salir, pero me detuve de inmediato.
Debía ser una broma, un chiste, no podía ser cierto.
Ahí se encontraba, de pie frente a mi, el idiota que se había apoderado de mis pensamientos.
- ¿Qué haces aquí? - Pregunté fastidiado.
El sonrió un poco. - ¿Qué podría venir a hacer en un baño?
Suspiré. - La verdad no me importa. - Necesitaba salir de ahí.
Caminé hacia la puerta, pero cuando pasé a su lado sentí como su mano sostenía mi brazo.
- ¿Q-qué haces?
Tiró de mi y cuando menos lo esperaba estaba acorralado contra la pared, Mew colocó sus brazos a ambos lados de mi cabeza y su mirada se clavó en mi rostro.
- ¿No puedes dejarme en paz? ¡Eres tan molesto! - Grité.
Mew acercó su rostro de repente, haciéndome retroceder, ahora mi cabeza estaba apoyada contra la pared.
- ¿Soy realmente molesto? - Su voz era ronca y baja. - ¿O lo dices porque estás siendo tímido?
- ¿Tímido? Quizás en tus sueños. - Intenté empujarlo por el pecho, pero sólo logré que se presionara más cerca. - Ya déjame ir.
- No quiero hacerlo. - Dijo firme.
Solté un suspiro de pura frustración. Moví mi cabeza un poco, quedando frente a él, y acerqué mi rostro al suyo, mirándolo directamente a los ojos, para preguntarle:
- ¿Qué es lo que quieres? - Sonaba molesto, pero en realidad estaba intrigado.
Mew bufó.
- ¿No fui lo suficientemente claro la última vez? - Su mirada estaba sobre mí, quemando mi rostro.
Suspiré nuevamente y aparté la vista. - En serio eres un idiota. - Susurré.
- ¿Qué dijiste? - Tomó mis manos y las colocó contra la pared, sosteniendolas con fuerza.
- ¿Qué demonios estás haciendo? - Intenté soltarme pero no pude, él era visiblemente más fuerte que yo. - ¿Estás demente?
- ¿Qué? - Soltó una risa irónica - ¿Tu me golpeas pero yo no puedo presionarte un poco contra la pared? - Se veía tan arrogante, y por alguna extraña razón, esa sonrisa hacia que mi cuerpo se estremeciera. - No te preocupes, no pienso hacerte daño. - Ladeo la cabeza hacia un lado, había una pequeña sonrisa en sus labios. - Pero, es divertido ver como tus lindas orejitas se vuelven tan rojas. - Acercó su mano a mi oreja y la tocó suavemente. - ¿Te pone nervioso estar cerca de mi?
Moví mi rostro hacia un lado para evitar su toque a la vez que alejaba su mano de mi.
- ¿Cuando piensas dejar de actuar como un maldito loco? - Cuestioné intentando soltarme de su agarre, su mano izquierda sostenía con fuerza la mía, no me hacía daño, pero tampoco me dejaba ir a ninguna parte.
- Cuando aceptes salir conmigo.
Aquello hizo que parpadeara un par de veces, tratando de asimilar sus palabras.
- ¿Sigues con eso? ¿Crees que voy a caer en tu broma? - Cuestioné.
- No es una broma. - Aseguró. - Mis sentimientos por ti no son una broma. - Sus ojos estaban clavados en los míos, su mirada era demasiado penetrante, y se veía muy sincero, pero...
- No te creo ni un poco. - Dije sin embargo.
Suspiró frustrado.
- ¿Qué debo hacer para que me creas? ¿Mhn? - Me tomó de la barbilla y me acercó a su rostro
- ¿Debería besarte de nuevo? - Su voz era baja, casi como un susurro.- No te atrevas. - Mi voz se escuchó más baja de lo que hubiese querido.
Él ladeo la cabeza hacia un lado.
- Pero realmente quiero besarte. - Su voz era ronca y suave a la vez. Podía sentir mi cuerpo temblar.
- No... No es correcto.
- ¿Por qué no? - Podía sentir su aliento, un suave aroma a menta.
- Tu...
- ¿Yo, qué? - Su dedo empezó a hacer movimiento circulares sobre mi barbilla.
- Se supone que tu me odias.
Una sonrisa se formó en sus labios, miró hacia bajo y soltó un suave suspiro, luego volvió a mirarme.
- Odio... - Rió suavemente. - Lo que siento por ti está muy lejos de ser odio.
Mis labios formaron una mueca, lo observé por algunos segundos y luego le pregunté:
- Entonces... ¿Qué es?
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Me tardé, lo sé, pero espero que hayan disfrutado del capitulo ♡