[Narra Gulf]
Después de salir de la cafetería estaba bastante irritado, y sólo pensaba en lo terrible que era mi suerte para que me encontrara con esta persona, como si lo que menos quisiera ver se me apareciera justo enfrente, recordándome su existencia.
Decidí olvidar ese indeseable encuentro, poniendo toda mi concentración en la siguiente clase.
Soy el encargado de ayudar a los profesores de mi clase, cuando necesitan comunicarles algo a los estudiantes o entregarles algún material me lo piden a mi, y esta vez no fue diferente. Estábamos al final de la hora y como de costumbre P'Bast me pidió que buscara unas copias que utilizaríamos en la siguiente clase.
Estaba llegando a la fotocopiadora cuando divisé a lo lejos una figura familiar. Y entonces pude comprender, una vez más, lo terrible que era mi suerte.
Porque sí, pese a todos mis deseos de mantenerme alejado de aquel idiota, él se encontraba parado en la fila con un montón de documentos en sus manos.
Nunca lo había visto aquí antes, ¿Desde cuando es él quien se ocupa de las copias de su salón?
No quise perder mi tiempo pensando en ello así que sólo seguí caminando. Pero entonces lo vi voltearse, sus ojos me hallaron en pocos segundos, y su mirada se clavó en mí como una filosa daga. Observé como sus ojos oscuros de pronto tenían un extraño brillo, mientras que sus labios formaban una pequeña y estúpida sonrisa.
Y comprendí que, si me acercaba un poco más, si eliminaba aquella distancia que nos separaba, terminaría perdiendo la paciencia, y lo más probable es que acabaría golpeándolo.
Observé las copias en mis manos por algunos segundos, y luego lancé un suspiro. Entonces me volteé y volví a mi salón, ignorando aquella intensa mirada y junto a ello, aquel leve temblor en mi cuerpo.
Puse como excusa que había una fila demasiado larga en la fotocopiadora y que iría luego. Tuve suerte de que el profesor no se molestara conmigo.
Ai'Mild, que se encontraba sentado a mi lado, debió notar mi irritación, porque me miraba con una mueca de clara preocupación, pero se limitó a preguntarme si estaba bien, sin ir más lejos. Supongo que esperaba que me abriera a él voluntariamente, pero no deseaba contarle sobre algo que consideraba irrelevante.
En el último receso, Ai'Mild y yo fuimos al patio a tomar aire y a recibir un poco del calor que nos proporcionaba el sol.
Estábamos sentado en un banco, Mild tomaba un batido de fresa mientras que yo sólo bebía agua, las bebidas muy dulces no son de mi agrado, y además hacen que engorde, así que me abstengo de ellas.
Hablábamos de un nuevo juego que salió hace poco y que mi amigo compró ayer, me estaba contando sobre las nuevas características que tenía y sobre lo increíble que era. También me invitó a su departamento para que lo juguemos, a lo que acepté.
- P'Kao se enojó bastante conmigo. - Mi amigo se quejó.
- ¿Por qué?
- Dijo que hice demasiado ruido con el juego anoche, y que él no podía dormir.
- ¿No me dijiste que estudia medicina? Debe estar cansado todo el tiempo. - Comenté. He escuchado a muchos estudiantes de medicina quejarse del poco tiempo que tienen para descansar, deben trabajar muy duro.
- Así es. Pero él siempre llega tarde, por eso creí que no estaba. - Se excusó. - Aunque esta mañana me dijo que llegaría más temprano desde hoy, para poder estudiar sólo.
- Entonces ya no podrás jugar videojuegos. - En este momento me estoy burlando de mi amigo adicto a los juegos.
- Si yo no juego, entonces tu tampoco.