¿Qué es el amor?

IV: Jongin y YiFan

Tres meses ya llevaba en ese jodido centro de salud mental y ya estaba harto, lloraba todas las noches porque sabía que Hyojong lo perseguía, lo veía por los pasillos, en la esquina de su habitación e incluso sentado junto a su cama, estaba siendo un completo martirio, cada día se volvía más loco. Tenía crisis de pánico donde quedaba tirado en el suelo, sollozando y hecho bolita, queriendo protegerse de su malvado ex novio que penetraba en su mente y suelos para lastimarlo, todo a base de sus traumas que alimentaban sus alucinaciones y pesadillas.

-¡Alexanther, es solo un sueño, el no puede hacerte daño ahora!

Gritaba su psiquiatra cada noche a la misma hora, cuando los sueños del ghoul comenzaban a tornarse oscuros y se veía siendo golpeado brutalmente por el chico que había amado. Desesperado le arañaba los brazos e intentaba empujarlo, pero nada funcionaba, no podía sacárselo de encima hasta que este lo desnudaba y sin cuidado entraba en él, haciendo que por el dolor despertara y se abrazara al moreno buscando consuelo en brazos que intentaban reconfortarlo cada noche y día, sin importar cuan cansado estuviera o lo marcadas que fueran sus ojeras, los cuidados de Jongin eran incondicionales, se quedaba con él hasta que dejaba de sollozar y entonces el menor de quince años, avergonzado por lo ocurrido le sanaba y desinfectaba los nuevos rasguños que decoraban los brazos del moreno.

-Te he lastimado, otra vez..

Susurró apenado, con la voz apagada, mientras el moreno limpiaba sus lágrimas, aquel humano era demasiado bueno con él, no cómo los otros que lo miraban con recelo y miedo, Jongin no tenía miedo de acercarse a él, incluso le llevaba carne para que no comenzara a enfermar. Se levantaron y tras pedir autorización a los guardias, ambos salieron a caminar por los pasillos oscuros y desiertos a esa hora de la madrugada, siendo su doctor quién espantaba al fantasma de su ex novio cuando notaba que el ghoul comenzaba a temblar y se apretaba más a su brazo, queriendo sentirse refugiado de un cruel recuerdo que lo perseguía y que quizá le había arruinado la vida.

-Te mostraré un truco.

Habló el doctor cuando ambos entraron a la gran biblioteca que había tanto para los internos y trabajadores del sanatorio. Tomó un libro de tapa aterciopelada de color verde y se lo tendió al chico con una suave sonrisa que provocó un pequeño revuelo de emociones en el loco.

-Si tú lees, escapas a otro mundo donde Hyojong no puede perseguirte, allí puedes refugiarte de él y como no le darás atención, te dejará en paz, ¿Quieres intentarlo?

Le extendió el precioso libro y tras dudarlo un poco, el chico lo aceptó, se sentó en el sofá más cómodo de la sala y se acurrucó entre los brazos de su psiquiatra quien le repartió pequeñas caricias en el cabello, mientras Alex se sumergía en una novela de misterio y suspenso donde el protagonista era un policía, ¿Qué mejor que eso? Si Hyojong llegaba a meterse en ese mundo, el policía podría defenderlo, eso era genial, estaría a salvo, incluso más de lo que ya estaba entre los brazos del moreno que lo observaba con una pequeña sonrisa, se estaba enamorando de su paciente y eso era condenado de peor manera que si llegaba a acostarse con él, sería directamente internado en el sanatorio, pues era imposible que una persona en sus cabales se enamorara de un loco, un chiflado que era tan peligroso como un asesino serial, por el simple hecho de que vivía en un mundo diferente.

Con sus manos bajó sus caricias hasta las mejillas del ghoul que desvió su mirada del libro para conectarla con la del chico, se perdió un poco en ella y suspiró cuando este besó su frente, algo corría por su cuerpo, algo que no había sido capaz de sentir con su ex novio y que lo ponía feliz, tranquilo y confiado entre los brazos del chico. ¿Qué era ese sentimiento? Confianza, creía ilusamente que Jongin no podía lastimarlo, así como creía ilusamente que Hyojong lo amaría para siempre y como creería con sus siguientes parejas diferentes cosas, hasta llegar con el indicado que le haría sentir todas sensaciones juntas con solo mirarlo a los ojos.