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Los gritos en el apartamento número veinte habían dejado de escucharse hacía varias horas, en el lugar sólo se encontraba un chico tirado en el piso de la sala con el corazón destrozado al igual que su hogar, sus cabellos negros habían perdido la forma de tanto haberlos estrujado, sus nudillos rojos de tanto golpear la pared, sus ojos hinchados de tanto llorar, cualquiera que lo viera sentiría lástima por él.

Horas antes había tenido la peor pelea de su vida, se había cansado de toda aquella mierda, no pensaba soportarlo ni un minuto más.

Ya más tranquilo pero aún tembloroso, se dispuso a tomar un baño relajante, abrió la llave y se despojo de su ropa, entró a la ducha, el agua no tardó mucho en llenarlo por completo, dejando sus músculos tensos relajarse, no se contuvo y volvió a llorar durante lo que le pareció tan sólo unos segundos, no se dispuso a limpiarse hasta que sintió el agua ponerse fría, ahí es cuando lleno su cabello de su shampoo habitual con aroma a uva, no pudo evitar sentirse de nuevo triste al recordar porque lo había comprado, terminó por hacer su rutina de baño para salir y secarse, ponerse una sudadera y unos boxers, tomó su celular y se sentó en su cama, dudó pero al final terminó por marcar el número en pantalla.

Un tono...
Dos tonos...
Tres tonos y contestaron.

—¿Diga?— la voz al otro lado de la línea sonaba somnolienta, lo normal a las 4 de la mañana.

—T-t-aa-ae— sin poder evitarlo su voz salió rota alarmando a la otra persona.

—¿Seokjin?— su primo sonaba asustado y asombrado, pues no acostumbraba a recibir llamadas en medio de la madrugada de su primo mayor— ¿Qué sucede?¿Te encuentras bien?—

Suspiró bajo antes de hablar—No, ha pasado algo— mordió sus uñas levemente, como hacía cada vez que se sentía ansioso. 

El chico al otro lado de la línea se paró de su cama, tomó la primera ropa que encontró y salió de inmediato de su hogar—¿Qué hizo el idiota de Namjoon ahora?— bufó —Ese idiota nunca hace na...—

—Tae— el mayor de ambos lo calló como siempre hacia cuando su primo se centraba en despotricar contra el moreno.

—Bien, lo siento— el muchacho caminó lo más rápido que pudo ser para llegar cuanto antes a donde su primo— ¿Que ha pasado esta vez?—su voz se suavizó dándole cierta paz al mayor.

—Yo...— tomó una honda respiración al sentir las lágrimas querer salir de nuevo— Yo... Yo terminé con él, Tae— la voz del pelinegro salió en un susurro, tuvo que tomar varias respiraciones para no volver a romperse a llorar, del otro lado de la línea el castaño estaba en shock, odiaba al moreno, por supuesto, pero su primo era feliz y eso le bastaba, ahora no entendía nada y lo único que sabía era que una persona lo estaba esperando, una persona con el corazón roto y sueños destrozados, pues sabía cuan difícil era terminar una relación así, él mismo había pasado por eso tiempo atrás y el único que estuvo con él, había sido su primo.

—Llego en 10— fue lo único que logró decir antes de colgar y correr a la casa de su primo mayor.

El pelinegro dejó el celular en la mesita de noche y se recostó en su cama, esperó a su primo casi en un estado de shock. El castaño al llegar, no tuvo que tocar o llamar a su primo, puesto que la puerta se encontraba sin seguro, entró al lugar encontrando todo hecho un desastre, caminó despacio por el lugar hasta que en el piso encontró una fotografía con el cristal roto, él mismo la había tomado, en ella se encontraban su primo y su ahora ex-novio, los dos dormidos recargados entre sí, su primo siempre dijo odiar esa foto, pero todos sabían que muy en el fondo, amaba esa fotografía; dejó la fotografía encima del librero y siguió su camino hasta llegar al pasillo que daba al cuarto y al baño.

—¿Seokjin?— el eco producido le dió un escalofrío, más aún al encontrarse todo en plena penumbra, casi grita del susto cuando escuchó una tenue voz decir "Aqui" proveniente del único cuarto que ahí había, dirigió sus pasos hacía la habitación, al entrar encontró a su primo mayor hecho un ovillo, con sus brazos abrazaba sus piernas y tenía la cabeza enterrada en estos, desde la entrada se podían notar los temblores de su frágil y delgado cuerpo.

El menor de ellos no dijo nada, tan sólo se recostó a su lado y se centró en acariciar el cabello de su primo, al mismo tiempo que lo intentaba peinar, sabía que era relajante para él, pues muchas veces había visto a su ex-novio hacerlo, pero al parecer no tenía el mismo efecto porque a pesar de haber llorado demasiado en todo el día, pasado un rato de las caricias constantes, se soltó a llorar, le dolía ver de esa manera a su primo, bien sabía que un corazón roto era algo insoportable. Pasadas casi las cinco, el mayor cayó dormido como roca, fue entonces que el castaño decidió levantarse y ayudarlo a limpiar un poco el desorden.

Limpió un poco la cocina, recogió los trastes rotos y los tiró a la basura, la sala estaba hecha pedazos, absolutamente todo estaba de cabeza, suspiró cansino, intentó recoger lo más que pudo, los cojines y los sillones estaban tirados por doquier, el librero se encontraba vacío y todos los libros tirados por todo el suelo, junto a las fotos de su primo, había muchos vidrios rotos, no sabía que tanto pudo haber ocasionado eso, de verdad que todo estaba hecho un desastre. Después de varias horas el sol ya comenzaba a colarse por el pequeño ventanal y por fin había terminado, fue a la habitación de su primo, este seguía dormido en la misma posición, decidió despertarlo para al menos acostarlo bien, sino después le dolería el cuerpo.

—Jin— intentó no hablar muy fuerte para no asustarlo, al ver que no hubo reacción de su parte lo zarandeo un poco, el pelinegro  despertó exaltado, pues aún sentía la ansiedad y el nerviosismo de lo que hace unas horas tuvo lugar— no te asustes, soy yo, sólo acuéstate— le susurró su primo, lo tomó de los brazos y lo ayudó a acostarse, cuando estuvo listo lo cubrió con las mantas— estaré aquí cuando despiertes, duerme— el mayor aunque quisiera evitarlo no podía, nuevamente rompió a llorar, en silencio y con leves espasmos, al menor se le rompió otro poco su corazón, sabía que esto apenas era el comienzo y que iba a estar así durante algún tiempo, le dolía ver a su primo de esa forma, sabía cuanto se amaban y cuan importante era su ahora ya ex-novio para su primo, sentado a los pies de la cama, recostado en la pared y con esos pensamientos, Taehyung se durmió acompañando a su primo. 

 

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Heartbeat || BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora