De regreso a... casa?

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Frente a la entrada de Konoha se encontraba un solitario chico de veintidós años, de cabello color azabache, ojos negros y mira fría, o así debía ser solo que este azabache no se encontraba solo, entre sus brazos traía cargada a una pequeña de tres años, con cabello negro, ojos con dos colores un ojo negro como la misma noche y otro parecido a luna, piel blanca lechosa, y unas mejillas adorable mente coloreados de rojo, parecía una pequeña muñequita de porcelana,  cualquiera pensaría que era la misma encarnación de la noche.

El joven miro atentamente a las grandes puertas, soltando un suspiro, apretando a la pequeña un poco mas a su pecho, mientras ella miraba asombrada las grandes paredes y decía inocentemente.
-Papi, donde estamos?- Sasuke al escucharla sonrió tiernamente a su hija y respondió.- Estamos en mi antigua aldea aqui yo nací, crecí y fui tanto feliz como triste, esta es la gran Konoha, la aldea oculta entre la hoja, por que como puedes ver esta rodeada por un hermoso bosque.- tras decir esto se armo de valor y se anunció ante los guardias, para que notificarán de su regreso a su antiguo maestro y actual Hokage, uno de los guardias fue a avisar de su llegada mientras otro le daba la bienvenida a la aldea.

Una vez dentro bajo a la pequeña para que caminara mientras la llevaba de la mano, la niña al entrar abrió los ojos con admiración al ver los edificios pintados de colores brillantes y muy vivos, entusiasmada dijo.
- Es muy bonita papi, mira venden dangos- dijo mientras caminaba y tiraba de su padre al pequeño local donde vendían las dulces bolitas de masa, al llegar la encargada vio a la pequeña niña y le sonrió para decirle que de cuales quería, la niña sin pensarlo un segundo pidió sus favoritos dangos de fresa, y para su papá pidió de matcha, Sasuke al ver a la niña pedir los de el no pudo hacer otra cosa que sonreir un poco sabiendo que ahora tendría que comer esos para que ella no se sintiera mal, después de todo no quería hacer llorar a su hija en su primer día en su nueva aldea.
Pago los dangos y salieron de el local mientras la niña alegremente se despedía de la amable señora.

Sasuke decidió que antes de ver a su antiguo maestro le mostraría a su hija el pequeño lago donde solía jugar con su amado hermano Itachi, mientras caminaba prestaba atención a como la niña le contaba el porque los dangos y los rollos de canela eran lo mejor del mundo, el solo contestaba y preguntaba para mantener a la niña entretenida para que así no viera como algunos aldeanos lo veian con desconfianza, miedo y otros con odio. No tenía planeado hacerles casó, no le importaba lo que dijeran de el pero en cuanto escucho algo de su hija no lo pudo evitar volteo hacia los que dijeron algo sobre su pequeña niña, tenía el Sharingan activado sin darse cuenta, esto basto para que el par de idiotas se quedara callado y saliera de su vista lo mas rápido posible. Suspiro y siguió caminando, una vez en un pequeño parque la pequeña niña se jalo del agarre de su padre y dijo- Puedo ir a jugar a los columpios?- dijo mientras veía a su papá con ternura, Sasuke al verla le acaricio la cabeza y dijo- bien, puedes ir a jugar pero no te alejes demasiado, y no se te olvide con cuidado- la pequeña sonrió y dijo con alegria un sonoro,- Si papi,- mientras asentía, salio corriendo lo mas rápida que pudo a jugar.

Mientras la pequeña Uchiha jugaba el no apartaba la vista y sonreía, mientras pensaba en lo cambiado que esta la aldea desde la última vez que estuvo en ella, y recordaba con nostalgia a sus amigos Naruto y Sakura, como estarán?, se preguntaba y como por arte de magia a lo lejos se escucho un grito muy conocido que era de un rubio algo torpe.
-Sakura-chan!  Vamos a comer yo invito de veras!- decía Naruto con su enorme sonrisa, a lo que la pelirosa respondió.- No naruto, aun no terminas con tu trabajo como aprendiz de Hokage, aparte te escapaste de tu trabajo- decía Sakura un poco irritada. Naruto solo puso cara de puchero y dijo.
- Pero es que es muy aburrido, nadie me dijo que era hacer tanto papeleo, me volveré loco si sigo firmando papeles-
- Entonces supongo que si tendré que ser Hokage ya que no tienes madera para eso- los dos chicos abrieron con sorpresa los ojos al escuchar esa grabe voz, al voltear vieron unos ojos onix inconfundibles, Naruto al verlo grito.- Temeeeeeee!!!-con alegria mientras con alegria saltaba sobre su amigo/hermano - Si eres tu, volviste, teme, teme, cuando llegaste? Porque apenas vuelves?- decía algo infantil mientras su abraso se volvía mas fuerte.
-Sasuke-kun! Volviste!,- decía Sakura mientras tambien se lanzaba sobre el para abrazarlo, Sasuke pese a dejarse abrazar de primero se empezó a enojar ya que los dos que lo abrazaban no le dejaban ver a su pequeña, ya un poco cabreado los empujo lejos y dijo con una sonrisa- Ya mucho amor para mi gusto, ahora dejen de llorar y díganme como están?- al escuchar esto el rubio se seco las lágrimas de sus ojos y sonrió, mientras Sakura decía cosas por lo bajo y se limpiaba las lágrimas,.
Sasuke al no recibir una respuesta dijo- en serio son las personas mas parlanchinas que conozco y ahora se quedan callados?- Naruto rio con Sakura para responder.-Bien y tu que haces aquí en el parque y no con Kakashi- sensei?- Antes de poder responder se escuchó una pequeña voz detrás de Sasuke, y alguien jalaba su capa,-Papi, quienes son ellos?,- pregunto un poco timida la pequeña niña, Sasuke ante tal ternura la cargo y le dijo.- Mikoto estos son Naruto mi mejor amigo y Sakura mi otra amiga.- al decir eso la pelirosa sintió un poco de malestar, y antes que ella dijera algo el azabache hablo.- Naruto, Sakura, ella es mi hija Mikoto.

Hogar dulce hogar? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora