Adiós

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Llego la hora de partir, querida bolita de pelos, hoy dejaste un pedacito de ti en el corazón de toda la familía.

Yo era solo una criaturita cuando llegaste a casa, recuerdo que también eras una cachorrita indefensa y no te dejaba descansar para poder tenerte entre mis brazos todo el tiempo.

Recuerdo cuando te escapabas por nuestras piernas para salir a correr por toda la pradera y recuerdo cuanto me asustaba perderte entré las siembras.

Como olvidar las veces que nos cuidabas atacando e intimidando a las personas desconocidas, tu tamaño no te impedía hacerlo, eras como nuestra pequeña heroína.

Tus ladridos me hacían sentir acompañada y en casa, a veces era un poco molesto, pero realmente fue hermoso crecer junto a ti.

Pero ahora ya no estás para arroparte entre mis brazos y darme calor en el frío invierno.

Eras la reina de la casa, y ahora la reina de nuestros corazones.

Y así como la reina de casa, eras la líder de la manada, tu compañía te seguía a donde fueras, ahora ella también te va a extrañar pero se despidió de ti, sentándose a tu lado y agachando su cabecita demostrando respeto.

Tu postura de diva total, nos daba ternura, tu pelaje era tan blanco como la nieve y sabías que podía pasar horas acariciandote.

Mi mayor recuerdo es cuando te volteabas para pedirme que te rasque la pancita.

Tu compañía llenaba de luz éste hogar y aunque duela, se que ahora dejarás uno de los recuerdos más hermosos en nuestra historia.

Ay... mi chiquita, como te voy a extrañar. Se me va a hacer raro no verte deambular por casa.

Por favor descansa en paz pequeña lindura blanca.






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