Me levanté temprano como acostumbraba a hacerlo. Me pareció que Mason no vendría, esta vez lo deje en sus manos, no lo obligaría a que fuera mi guardian o Kirova se lo pidiera, quería que viniera por qué eso era lo que el quería. Me alisté y abrí la puerta de mi habitación, viendo a un pelirrojo recargado en la pared de ladrillos, obtuve una media sonrisa de su parte.
—¿Te parece si te ayudo con tus cosas? —me pregunto con una cálida voz—
—Eres mi guardian Mason, no mi sirviente —pase de largo su mano con la que sostendría mi mochila—
—¿En verdad estás de acuerdo con que siga siendo tu guardian? —su voz parecía temblorosa, nunca había oído a Mason hablar de esa manera—
—En realidad eres a la única persona que le me a parecido que en verdad le importo —baje la mirada— y de no ser a si por favor mienteme, sonara sincero viniendo de ti
Camino a mi lado y me siguió hasta llegar al campus de la academia, en dónde a lo lejos podía ver la fuente. Pronto se nos unieron Eddie Castile y Victoria Perkins.
—Hey __________ —Victoria me tomo del brazo— no te había visto desde el ataque a la academia, llame a todos tus conocidos y nadie me dijo dónde estabas ¿Hay algo que quieres que haga por ti?
Me pareció la pregunta más lógica que pude encontrar entre tantos ¿Cómo estás? ¿Cómo te encuentras? O mi más sentido pésame. Mason golpeó mi hombro y por un segundo creí haber escuchado en mi mente un Murmuró con la voz de Mason como narrador de ello.
—“¿No que no tenías amigos?”
—Te veo en el almuerzo —esta vez si me pareció escucharlo con normalidad. Asentí siguiendo derecho con mi camino hasta llegar a mi salón—
Al entrar al aula de clases me pareció que todo el mundo tomo interés en mi vida, como por ejemplo nunca me había hablado antes Mia Rinaldi, ese día fui una hipócrita con la gente que se me acercó a hablarme, parecía ser que las desgracias parecían acercar a los enemigos.
Pronto al salir de la clase Victoria y yo fuimos acorraladas por varios chicos que buscaban sentarnos junto a ellos, no me gustaba que tantas personas invadieron mi espacio personal, por lo que empecé a entrar en pánico y la persona que menos pensé que me salvaría de el montón lo hizo.
—Chicos dejen a mi prima en paz —nunca creí ver a mi primo Andre hacer aquel acto— ¿Te encuentras bien? —me pregunto—
—Gracias Andre —tome aire fresco—
—Son chicos que buscan obtener algo del dolor ajeno —era verdad, aunque aquel comentario si me había dolido un poco— no dudes en pedirnos algo a mí y a mi familia ¿De acuerdo?
Asentí. Me alegraba no escuchar un tonto ¿Cómo estás? O otro pésame más, ambos nos dirigimos en direcciones opuestas, me senté en una de las mesas del comedor esperando a Victoria pedir su cena de media noche, yo no tenía mucha hambre, o eso creí cuando una bandeja de comida se puso frente a mis ojos.
—Me pareció decirte hace un rato que solo eras mi guardian Mason —y ahí estaba otra vez, el irritante Mason que conocía— no mi sirviente
—Se le llama ser amable, gracias —me parecía una nueva persona con nuevas formas de hacer que lo relevarán de su cargo una vez más—
—¿Sabes si tu amiga tiene un novio? —pregunto Eddie sentándose a mi lado—
—No pero si te diré que prefiere mezclarse más con los de su clase —habian Moroi que preferían estar solo con los suyos y me parecía perfecto, no todos teníamos los mismos gustos—
Una vez que Victoria llegó a la mesa comenzamos a hablar todos juntos, como siempre Eddie escapandosele comentarios hirientes y Mason casi teniendo que amputarle la pierna a golpes.
—¿No te irás a Nueva Escocia verdad? —me pregunto Mason al llegar a mi hogar—
—¿De dónde sacaste que me iría a Nueva Escocia? —le pregunte. En realidad eso no se lo había platicado a alguien—
—Me pareció escucharlo en una parte. ¿Eso significa que es mentira? —era obstinado—
—No, no lo es. Quería ir con mi papá en realidad, pero estoy bien estando aquí, tengo mucho por lo que demostrar que puedo ser una antecesora muy digna del trono —brome en realidad no me interesaba la realeza a la que pertenecía por desgracia— ¿Por qué la pregunta? ¿Temes que ya no vuelva a ser de tus días un infierno Mason?
—No en realidad —me ocultaba algo y quería por un momento ver qué era lo que pasaba por su cabeza— ¿Podrías mañana no madrugar? Entreno muchas veces por las tardes y estoy algo cansado por las noches para tener que despertarme trasnochado
Lo pensé un momento abriendo la puerta de mi habitación.
—Sabes muy bien que si fuera por ti yo misma podría llegar sana y salva a la escuela Mason —entre dentro de mi habitación— así que te veo mañana a las nueve en punto o te veo mañana a las diez en la escuela. Tu decides
Cerré la puerta. Me parecía que había encontrado a quien darle mi vida dentro del cristal más frágil en toda la tierra y aunque constantemente estuviera en movimiento nunca lo rompería, de eso estaba segura.
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Loyal ¦ ᴍᴀsᴏɴ ᴀsʜғᴏʀᴅ
FanficL ¦ Lidiar con un Strigoi, era más sencillo que decirle a Mason que no se metiera en mi cabeza.