Capítulo 5.

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Narra Marian :

-Primer día de clase -me susurró Cova mientras nos dirigíamos al aula.

-Ya, pero lo peor son estos uniformes.

Eran unos polos brancos de manga corta, una falda que llegaba hasta un palmo por encima de la rodilla y tirantes, sus colores eran, rojo y negro con algo de verde y amarillo. Todo cuadraditos. Unas medias verdes y un jersey igual.

Le quité los tirantes con unas tijeras y no puse el jersey ni las medias. Puse de zapatos unas francesitas.

Cova llevaba todo menos los tirantes y en vez de llevar francesitas llevaba unas botas bajas.

-¿Nerviosa?

-Algo -asentí.

-Pues igual que yo.

Piqué a la puerta y con vacilo pasé al interior. Sonreí sin mirar a nadie y me paré al lado del profesor.

-El director nos dijo que este era nuestro aula. Somos las nuevas -le susurré.

-Oh, sí, claro. Marian y Cova, ¿no?

-Sí -intervino Cova.

-Claro -entonces se aclaró la garganta para que la gente se callase- Chicos os presento a vuestras nuevas compañeras. Estas son Marian -me señaló- Y Cova. Espero que os portéis bien con ellas.

El profesor se dirigió de nuevo a nosotras.

-El director os habrá dicho que estudiaréis mezclados.

-¿Mezclados? -preguntó Cova confundida.

-Sí, con gente con más edad que vosotras, bueno, también hay más pequeños.

En cuanto dijo eso miré a toda la clase. Visualicé a Louis. Él era mayor que nosotras, ¿no? Después me quedé parada para ver quién más era, frente una mirada canela que me miraba fijamente.

Narra Cova :

Miré al aula entero. Todo el mundo estaba gritando, y aunque el profesor parecía ignorarlo a mi me estaba molestando. Mi mirada se fue directa a la de el rubio con el que me había chocado ayer.

Iba caminado para atrás mientras reía con lo que me estaba diciendo Louis. Era muy divertido, pero me preguntó que si la mano que ayer Marian le había dañado, no le dolía después de haber jugado al fútbol.

MIentras caminaba por detrás, sentí algo y caí hacia delante. Suerte que me apoyé con las manos, porque sino me comía el suelo.

Me levanté ayudada por Marian y miré contra lo que me choqué.

Me quedé probablemente algo embobada, era rubio, un tanto más alto que yo y tenía unos ojos en los que una se perdería.

-Lo... lo siento -tartamudeé.

-No importa -sin mirarme siquiera siguió pasando a mi lado, aún leyendo el libro.

Me quedé como tonta viendo como se alejaba.

Ahora él si me miraba, por primera vez esos ojos azules se posaban en mí. Ayer no llegó a mirarme. Me pregunto si le gustaba lo que veía.

Todo el mundo seguía gritando, sin embargo, la voz dulce que escuché ayer no decía nada.

-Sentaros en vuestros sitios.

Narra Marian :

Vi como Louis nos hacía señas para que nos sentáramos delante de él. Cova y yo le hicimos caso, era la única persona que conocíamos del aula y estábamos algo cortadas.

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