Simplemente Suya © || Trilogía Híbridos #3 ||

21. El hombre que lo perdió casi todo

Celeste

- Funny ha sido salvada de ser castigada, gracias por hacer eso, le agradezco mucho - me dice la mujer y yo asiento.

- No fue nada. ¿Qué pasa si yo no despierto de aquella ceremonia de celo? - pregunto curiosa al ver que arregla mi cabello y adorna con diferentes flores.

- El poder que usted tiene es reflejado en el lugar. Si nuestra Reina no logra superar la prueba... Este lugar perdera su magia. Con la muerte de cada hada este lugar se pone más débil y es por eso que la mayoría de las hadas le tenemos miedo a la época de celo.

- No sabía que podía ser así de duro. ¿Crees que yo pueda pasar esa prueba? - pregunto dudosa.

- Después de hoy... Lo creo.

Miro al frente y sonrío al ver mi peinado:- Es muy lindo, gracias.

- No fue nada, Majestad. Puede elegir cualquier vestido... Usted no tiene un color determinado.

- Yo soy todos.

Ella asiente confirmando mis palabras. Miro la cantidad de vestidos que podía elegir... Pero uno blanco me llamo la atención.

Un vestido de boda.

- Era de su madre cuando se caso con su padre.

- Usaré ese de color azul.

Termino diciendo y dejando de ver aquel vestido blanco. Aquello me recordaba que tenía algo pendiente con Damien.

(...)

Abro los ojos abruptamente. No recordaba muy bien donde estaba... Pero mi yo estaba envuelta en un capullo, como las mariposas, no recordaba muy bien que era lo que tenía que hacer... Pero intente salir.

Al fin.

Suspiro una vez que rompo el capullo y salgo al exterior. Hay otras hadas saliendo y ayudándose entre ellas.

- ¿Hubo bajas...?

Preguntó a una de ellas. Ella algo triste asiente:- Perdimos a cinco hadas esta vez. Eso es bueno... El año pasado fueron muchas más.

- ¿Quienes eran?

Me acercó y preguntó. Ellas hacen una leve reverencia y contestan:- Eran las problemáticas y una de rango alto.

¿Podría tratarse de esa mujer que intentaba castigar a Funny?

- Vayan a comer, deben estar hambrientas, estuvimos mucho tiempo allí adentro - murmure y ellas asintieron.

- Iremos al bosque, luego de la época de celo, las plantas florecen y por ende algunos frutos. Debería venir, Majestad.

Debo volver con Damien.

- No puedo. Pero volveré en alguno de estos días... Pasenla bien, chicas.

Sonrió y me apresuro a la salida.

- No puede irse.

Me detengo al sentir una mano agarrar mi antebrazo:- ¿Perdona...?

- Tengo un mal presentimiento, Majestad.

Menciona el chico que seguidamente suelta mi brazo y hace una pequeña reverencia. Nunca lo había visto, así que sonrío y hago una reverencia pequeña también.

- ¿A que te refieres?

- Él es Alessandro Montes... Un hada blanca, suele sentir y ver cosas que la mayoría no podemos - me explica un hada verde - aunque su principal función es el aire, su dones van más allá.