9 Taehyung.

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—¡Jungkook te dije que no!

El testarudo insistió en que tenía que vivir en mi casa.

—Tarde, ya llegué acá con mis cosas, aparte que mi madre se fue de vacaciones con mi padre a Japón por dos meses, y no quiero quedarme solo.

—¿Dos meses?, ¿tanto tiempo?

Una sonrisa nerviosa apareció en su rostro.

—Es que... jejeje. Puede que alguien allá aumentado los días que estarán allá. Jeje.

Suspire.

—Bien, puedes quedarte, pero habrán reglas.

El fue a abrazarme a lo que yo solo correspondí su abrazo.

—¿Cuáles?

La puerta se abrió rápidamente dejándome ver a unos de mis tratos. Lisa.

—¿Quien mierda es el?, y, ¿porque carajos te está abrazando?

Jungkook la miraba con odio. Su esencia era negra y amarga.

—Que te importa, no eres la única con la que hago tratos, ahora ve a la habitación, y espérame.

—Vete a la mierda Taehyung, adiós.

Iba a dejar que se fuera. De todos modos va a volver, ella es mi trato desde que tiene diez años, está acostumbrada a mi, es unos de los tratos que es como yo. Bueno casi como yo.

—Um, bueno, si son hermosos tus otros tratos.

El me miró con su esencia negra brillando.

—¿E-estas bien?

Dije apenas, su esencia ers demasiado amarga que me daban ganas de vomitar.

—Si, ¿cómo no?, ahora dime las reglas.

Su esencia cambió a morada dulce.

—Oh si claro. La primera es que, cuando lleguen tratos, tu te vayas a tu habitación, porque yo tengo mi propia habitación para hacer, pues eso con los tratos.

—¿En donde dormiré?

—En la habitación que queda en el ultimo piso, ¿quieres verla?

El asintio rápido mientras nos levantamos para ir a dicha habitación.

Subimos todas las escaleras hasta el último piso, el cual estaba lleno de ventanas. Una gran cama y muebles apoyados en la pared de lado de la puerta, ya que esta era la única que tenía cemento.

—Wow, esta... bonita. Gracias.

Era notable su sonrojo.

—No ahí de que, te dará la luz de la luna y verás las estrellas. Para que no tengas miedo.

—Soy un macho, yo no le temo a nada y menos a la oscuridad.

Dijo, mientras que su esencia era verde brillante, con que, ¿una mentira orgullosa?

—Aja, bien, en dos horas llegará mi hermano, y por ningún motivo bajes, el puede comerte de un momento a otro.

El asintió y se sentó en la cama.

—Pero por mientras...

Me tiré a la cama y le abracé asiendo posición cucharita.

—Te quiero Taehyung.

Bese su nuca mientras le daba caricias en sus caderas, cintura y estómago. El solo se dejaba querer, mientras que su cuerpo se calentaba, traspasandome ese calor. Mi corazón inlatiente, latido a un ritmo lento, dándome color y calor.

"𝐷𝐸𝐿 𝑂𝑇𝑅𝑂 𝐿𝐴𝐷𝑂 𝐷𝐸𝐿 𝑃𝑈𝐸𝑁𝑇𝐸"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora