Dime Que Ves

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Song Hwan:

No entiendo por qué todos los que me conocen siempre dicen cosas sobre mi dinero, me dicen que no me importan los demás y que todo lo resuelvo con plata, ni me conocen solo miran por afuera de mi y creen que soy como todos los demás, creen que por mi dinero no tengo sentimientos, desearía no tener padres con dinero o por lo menos que alguien mire lo que soy en verdad que no se deje engañar por lo que dicen los demás de mi apariencia.

Me senté en una de las mesas que tenía el comedor, todos estaban en clases por eso no había nadie a éstas horas.

-quién es ese chico?-pregunte al aire-

-ahora me entero que mi amigo está loco y habla solo? -se burló de mi mi mejor amigo, el era más alto que yo, con piel ni muy blanca ni muy morena, pelo corto y con un tatuaje en el brazo izquierdo-

-Iseul amigo, qué haces aquí?-pregunté viendo a mi mejor amigo-

-pues como sabrás mis vacasiones eran cortas -dijo para sentarse alado mio-

-que bueno que volviste te eché de menos

-no empieces con tus mamadas Hwan.

-y uno quiere ser buen amigo.

-ya lo eres, te sigues peleando con el mal nacido de Dong?

-tu por que crees que estoy aquí?-me reí-

-bueno amigo suerte en tus próximas horas nos veremos mañana tengo que arreglar las cosas para empezar esta cárcel devuelta -vi como mi amigo se encaminaba para la salida principal de la cafetería-

-y ahora que are -al decir eso se escucho como el timbre de salida sono- tendré que aguantar a otro profesor

Caminé por los pasillos, lo normal, los grupos de gente con dinero, los nerds, los becados que tenían broncas con los que tienen billetes, y después gente como yo o parecida que no pertenecen a ningún grupo en especial.

Me senté alado de la ventana y esperé a que todos entren junto al profesor. Pasaron 2 horas y al fin tenía un receso, podría ir a la biblioteca es uno de los lugares más tranquilos, aparte un libro no me vendría nada mal.

Subí las escaleras hacía el tercer piso, todo un piso para libros, también había computadoras para hacer trabajos, todas las paredes de la habitación estaban repletas de muebles altos con libros, mangas o cualquier cosa que puedes imaginar para leer, creo que también tienen diarios, no se por que tienen eso tal vez sea útil en algunas materias, me fui a uno de los pasillos del fondo ahí se encontraban los libros de romance o ciencia ficción, agarré uno dónde la portada era azul con negro y reflejos violetas, este tenía un título llamado "No me olvides", parecía interesante lo agarré y me diriji a la señora del escritorio gigante, esta anotaba los libros que llevabas para tener un registro y si no lo devolvían poder saberlo.

-nombre? -preguntó la señora con lentes y pelo ceniza-

-Song Hwan salón 15 -me entregó un papel y lo firmé- gracias.

Salí de la biblioteca para dirigirme al salón, al entrar estaba el insoportable Dong y su novia, era la relación más falsa que podía a ver.

-ay miren que tenemos aquí, el sin sentimientos lee un libro romántico-se burló de mi-

-deja de molestar Dong que mi familia tenga más plata y éxito que la tuya no te da el derecho de molestarme -dije serio-

Me estaba por responder pero para mi suerte el profesor llego al salón.
Eran las 4:30, solo faltaba 30 minutos para salir, el profesor de matemáticas estaba hablando de cuán importante era saber esta materia para el día de mañana.

Yo solo miraba al ventanal enorme que había en este salón, desde aquí se podía ver un gran campus donde habían algunos árboles y bancos, mayormente las personas se sentaban en el pasto, este era un color verde vivo y estaba corto, los bancos eran de madera.
Desde acá se puede ver los lindos que son, hoy era un día lindo, el cielo estaba despejado y por lo visto no había viento.

Al sonar el timbre de salida tome mis cosas y salí de la universidad, no quería llegar a mi casa de seguro no habría nadie así que me fui a una cafetería que estaba cerca de la universidad, nunca había entrado pero se que es buena o eso es lo que dicen.

Al entrar veo al mismo chico de poca estatura que vi hoy a la mañana, ahora si no podré sacarlo de mi mente, me diriji a la caja para hacer mi pedido.

-hola mocoso quiero un café sin azúcar y con dos medialunas -le sonreí coqueto-

-que no soy mocoso mi nombre es...-un hombre lo interrumpió-

-puedes irte yo lo atiendo niño

Ese será su jefe ?-pense-

El mocoso se fue y por segunda vez no me dijo su nombre.
Tome mi café a decir verdad estaba rico, lo termine y me fui a mi casa, no había nadie, lo único que pude hacer fue ir a mi cuarto ducharme y esperar a que mis padres vuelvan pero mientras intenté hacer eso me dormí.