Baja.

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Esta historia fue pensada durante clases de filosofía.

Jake era un chico de 17 años que va a la universidad, estudia actuación, sin embargo siendo huérfano, y nadie de su familia quiere ayudarlo, se obligó a tomar trabajos de medio tiempo bien pagados, como lo era uno donde era mesero y recepcionista de un restaurante bastante conocido el cual lo ayudaba a pagar las cosas necesarias para la Universidad, mientras que para su sobrevivir se a sostenido gracias a un trabajo de noche en un bar donde se le daba una paga muy efectiva, que no era suficiente para el. Y como estudiaba sábados y domingos tenía la mañana para el restaurante, la noche para el bar, ¿y su tarde?. Bueno su tarde era muy especial.

Se encargaba de un pequeño niño de 10 años llamó Tom, sus padres y hermanos no eran capaces de estar con él todo el día así que habían decidido dejar encargado de él a Jake, era más como alguien de juegos y no como un niñero suponían los padres de Tom. En su trabajo en el restaurante se le dio el lugar de llevar al chico, con la condición de que no diera problemas y hasta el momento no se ha dado problemas.

Jake era alguien solitario en la universidad y casi nunca hablaba con sus compañeros. Hasta el momento su único amigo que tenía era Tom, el niño era muy alegre y que mal que las personas más alegres sean tan solitarias. Tom no tenía un amigo de su edad y esa era una de sus razones de tener el trabajo. Tom preguntaba por todo y además lo ayudaba a superar su soledad. Jake no vivía lejos de donde vivía el niño, de hecho sólo quedaba a unos metros cruzando la calle. Lo había conocido mientras el niño lloraba afuera de su casa, se había caído de su patineta, Jake se había preocupado de él y lo ayudó. Su padre al parecer venía con él, estaba tan ocupado que ni siquiera cuidaba de su hijo y así consiguió ese gran trabajo.

Thomas, era un buen niño y era su mejor amigo, se lo juro.

-Oye Jake. -

-¿si? -

-¿ya nos iremos? -

Jake miró al pequeño, se agachó y le Sonrió.

-Me gusta tu sonrisa Jake. -

-Ow, que amable eres. Y si ya no iremos solo un poquito más y nos iremos a casa a ver películas. -

Tom dio una risita mientras miraba al mayor estar frente de personas que llegaban a comer y que habían reservado una mesa con tiempo. Tom se mantenía sentado en un pequeño banco cerca de Jake y de vez en cuando estaba con una mujer de mayor edad llamada Jenna quien era la encargada de monitoriar las computadoras. Tom se había hecho amigo de todo el personal del lugar y hasta del gerente.

Ya casi eran las 11:30 am, era hora de irse a casa con Jake, donde de algún modo a veces se quedaba a dormir pues los padres del pequeño llegaban tarde.

Ya era la hora de salir de Jake, fueron a los vestidores y el pequeño miraba a Gyllenhaal cambiar su ropa formal a una más de su estilo, pantalón jeans, una camisa con cualquier estampado y unos tenis negros. Tomó la mochila que siempre portaba y tomó de la mano a su pequeño amigo. Caminaron hasta la casa de la familia Holland, y de vez en cuando paraban para poder tomar un jugo de frutas o un simple dulce.

-Jake. -

-¿Mm? -

-¿Tú me quieres? -

-Claro que sí, mi niño lindo. -

Hablo entre risa Jake mientras tomaba a Tom de sus manitas pequeñas.

Habían llegado a la casa de la familia Holland, Tom se había quitado los zapatos y comenzó a correr por toda la casa, habían almorzado y pasado la tarde juntos, Tom ya había cenado, pues ya era de noche y por lo tanto Benjamín se encargo de preparar algo de cenar para los Nicola y Dominic. Estaba muy enfocado en hacer algo delicioso hasta que el abrir de la puerta de la entrada lo hizo apagar la lumbre.

Salió de la cocina y fue adentro para saber de quien se trataba y eran los padres de Tom.

-Oh, vaya bienvenidos a los dos. - Habló con una sonrisa.

-Jake Hola. - habló Nicola con un tono un tanto nerviosa.

Jake lo pudo notar, no podía desconocer esa voz de malas noticias pues llevaba trabajando ahí durante 6 meses seguidos, siempre le decían que se quedarían más de 1 día en el trabajo y nada más esas eran las malas noticias para el.

-¿Pasa algo? -

-Jake, ya no necesitamos de tus servicios. -

Benjamín abrió sus ojos, miró a ambos y se quedó estético, no podía dejar de estar asustado o triste pues dejaría de trabajar en una casa donde se había vuelto parte de ella.

-Nos has ayudado de mucho y te lo agradecemos, fuiste como un hijo para nosotros Jake. Pero tenemos que mudarnos de nuevo en Kingston, tenemos un trabajo mejor allá y bueno. -

Jake sentía sus ojos vidriosos, no se dio el tiempo de sentir una lagrima bajar por su mejillas hasta llegar a sus labios, sólo de escuchar eso le había recordado a la promesa que había hecho, promesa que juro nunca romper.

-¿cuando se irán? -

-Mañana. -

Sentía que el aire no le alcanza a sus pulmones, entonces otra gota de sabor agrio callo sobre su mejilla.

Nicola y Dominic no podían dejar de sentirse mal, se acercaron al muchacho y lo abrazaron fuerte, sabían lo horrible que se sentía dejar un lugar donde fuiste parte, una familia que se volvió de el y que además, le habían dado el mejor amigo que nunca había podido tener, apretó con fuerza sus labios para luego corresponder el abrazo.

-Tranquilo Jake, de verdad perdónanos, tu sabes que si fuera por nosotros tendrías trabajo durante años aquí pero ya no se puede. No llores, ve a despedirte de él y luego baja. -

Jake se tranquiliso un poco aunque se le hacia imposible, limpio sus ojos y subió hasta el cuarto del pequeño Tom, abrió la puerta y ahí estaba el, durmiendo como si nada, cerró la puerta y se acercó al pequeño.

-Tom, de verdad perdóname, sabes que yo te amo mucho mas de lo que nunca lo haré con nadie, fuiste esa persona que me faltó durante mucho tiempo. Quiero pedir perdón por romper el juramento, volveré a verte algún día, yo lo sé. -

Dijo en modo de susurró para no despertar al pequeño, le regalo un beso en la frente y salió de ese cuarto en el que nunca más regresaría.

La vida nos da la vuelta cuando bajas la guardia. Y cuando quieres que vuelva a estar en el camino correcto solo tu esfuerzo dirá si lo solucionaste.

indiferencia -GyllenHollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora