Un Momento.

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Estaba tan cansado luego de estar haciendo demuestras de actuación, levantando a chicas de la cintura que obviamente no era necesario, pero lo hizo de iguales modos y sentía un poco de asco al saber que tuvo que besar a una persona de la cual ni siquiera sabía su nombre y ahí estaba; en un bar de la concurrida ciudad de los Ángeles, tomando un trago especial llamado "ThI" si, que nombre más extraño.

Estaba tranquilo en la barra, no estaba borracho, acaba de llegar una chica le atendía preparándo cócteles y además dándole botanas, solo que tenía que pagar extra para que lo atendiera alguien especialmente a él.

—Bueno señor Gyllenhaal, fue un gusto ser su bar tender esta noche, pero se ha acabado mi turno. - Dijo mientras se removia su cabello para hacerse un moño gigante, su tes café claro le encantaba, y además su pelo era rizado, la vio quitarse el mandel color negro al igual que la gorra de golf. —Hasta luego, ya vendrá alguien más. -

—Si, hasta luego. - y la ve irse, se queda ahí con una copa de un coctel color azul recién servido, lo mira unos segundos para después tomárselo de un solo jalón y se queda esperando. No levantó la mirada, pero pudo ver a la perfección a alguien llegar apurado.

—Isabel, perdon la demora, la universidad me ha puesto a hacer tiempo extraña y... -

—No pasa nada Thomas, ve, aquel hombre mirada perdida ha pagado para experiencia personal, así que puedes atenderle. - Tom justo después de amarrar las agujetas detrás de la espalda para que su mandel no se fuera al suelo, mira hacia el frete para poder verlo y se sobresalta por saber quien es.

—Isabel, no puedo con el. -

—No te pagaré si no lo haces. - le palmea el hombro antes de irse de su lado y dejarlo a su interperie, camina tímido bajando un poco más la gorra para que su cara no se viera de más. Toma los vasos y carraspea antes de
hablar.

—Buenas noches señor, ¿Desea el coctel "Bloody Mary"?-

—Si, no me importa que me sirvas, solo dame alcohol hasta que no sepa mi nombre. - levanta la mirada el zarco, mientras que jugaba con a copa con su mano derecha y con su mano izquierda tomaba los cacahuates del pequeño cuenco. Frunce el ceño al saber que el chico que le servía no se dejaba ver, era muy obvio aunque no quisiera. –¿Por qué te escondes? - y las manos del muchacho paran.

—¿Perdón? -

—Es que... Te escondes, ¿a caso soy tan feo? -

—No es eso... - continúa moviendo el cóctel, hasta que una mano lo toma firme de la muñeca, era suave su tacto, y se encontraba jugando con los fríos dedos de sus manos por culpa del hielo que tomó hace poco.

—¿Como te llamas? -

—No es necesario que lo sepa... -

—No pagaré lo extra si no me lo dices. -

El chico traga duro haciendo que su manzana de adán suva y baja, una gota de sudor baja de sus patillas y sus ojos se mueven de un lado a otro, entonces levanta la mirada y ve perfectamente el asombro en la cara de su contrario.

—Me llamo.... Tom Holland, señor... -

indiferencia -GyllenHollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora