LA NOVIA FANTASMA

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Cuando ibamos camino al templo pude apreciar todas las miradas que recibía y me sentí un poco amendrentada por ello. Aziza me había dicho que era la primera mujer noble en ser resaltada para el paseo al templo y que nadie nunca vió una novia de faraón. A veces pienso que las apariencias que se han de mantener serán tantas que me perderé.

Durante todo el camino lo único que podía notar era la mirada soñadora de algunas niñas y mujeres jóvenes. Todas ellas solo pueden ver a una mujer que no perecerá con hambre, que estará rodeada de lujos en una habitación grande, una mujer que tenía poder y autoridad. Una mujer que...

¡Alto! - dijo Aziza autoritariamente- Procederemos de aquí en adeltante con la servidumbre cerrada.

Estabamos frente al templo que conocemos como "el templo del comienzo". Aquí todos los dioses tienen su espacio y no me extrañó que Aziza me llevara al altar de Isis y Maat.

Cuando caminaba por los pasillos del templo en direccion al altar de Maat, pude sentir que alguien me observaba. No es que no fuera común un día como hoy, es la sensación extraña que emanaba de mi observador anónimo. Decido no darle tanta importancia y rezo a Maat para que me permita poner todo en orden en mi vida, mi alma, mi Corazon y mi faraon.

"Maat, dirigeme en el camino correcto, permiteme mantener mi corazón libre de todo lo malo y que sea mas liviano que tu pluma." Ese era el ruego mas preciso que tenia para evitar que mis intenciones y demás dejaran de ser mias.

- Señora, es hora de que vayamos a palacio. – Dijo Nikkia luciendo brillante y ajena a mi verdadera aflicción

Asiento y me levanto del suelo con la asistencia de las sirvientas.

Caminando por los hermosos pasillos del templo, pude notar que la formación de los sirvientes es diferente cuando eres la novia y cuando eres esposa. Cuando eres la novia los sirvientes van delante de ti, dejando a la jefa de las mismas a solo pasos de ti y cuando eres la esposa, eres la que encabeza la formacion con la jefa de tus sirvientes a solo pasos atras de ti. ¡Que raro!

Cuando nos dirigirnos hacia fuera para retomar el viaje en carruaje hasta palacio, alguien me toma por el brazo, me cubre la boca y me lleva lejos. No puedo ver nada todo se volvió oscuro de momento y no sé si es que mi susto ha alterado el orden del día y la noche. – Por favor, no me hagas daño. Podemos resolver esto hablando, no me mates – todo lo que digo se queda presionado contra una mano gigante que me impide hablar comodamente.

- Hemos llegado – dice el hombre que me mantiene en cautiverio y sin conocimiento de donde me encuentro.

Cuando me libera, mi vista comienza a aclarar y puedo notar unas antorchas a lo lejos. ¿Dónde estoy? Esto no es para nada el templo en donde me encontraba hace unos instantes, pero aún así decido dirigirme a donde esta la seguridad de la luz. Logro llegar a estas y no puedo creer lo que veo. Estoy presenciando como embalsaman a alguien desde cero. Esto no puede ser possible...embalsamar a alguien correctamente toma algunos días. ¿Cuanto tiempo he estado en la oscuridad inferida por aquel hombe? ¿Ha alterado mi visión del tiempo?

-Ven querida, dale un último beso antes de que parta a la próxima vida. – dice el sacerdote mirándome fijamente.

- Cre...creo que hay un error. Yo no he perdido a nadie. No debería estar aquí, yo estaba camino a palacio...

- Hija, este es tu deber. Tu destino continua, pero debes hacer esto antes. Debes terminar este capítulo de tu vida y seguir. – comienza a acercarse para hacerme entrar en razón

- ¡NO! Yo no puedo hacer esto. Yo no puedo darle un final a esto. – debo dar una excusa convincente y creible para que no me obligue a besar al muerto que esta ahi. Pongo mi major cara de tristeza y suelto la mayor mentira en mi vida, pero que no se sentía como tal. – No puedo aceptar que se haya ido. Lo quiero conmigo para siempre.

-Señora, hable ¿se encuentra bien? ¡Señora! – comienzo a buscar con la mirada de donde proviene la voz de Nikkia – Señora, por favor, reaccione.

Cuando lo noto no lo puedo creer. La voz viene del sacerdote, pero su imagen se esta nublando para dejar ante mis ojos otro panorama. ¿Como es posible esto? Estoy postrada delante de la estatua de Maat. Nikkia junto con Aziza me ayudan a sentarme. No puedo creer todo esto. 

- Estaba repitiendo tu oracion tanto que has entrado en el trance spiritual con la diosa. Eres especial – dice Aziza con una sonrisa tonta en los labios - ¿Te sientes bien?

- Si, estoy bien Aziza. Vámonos a palacio.

Al verme tan ofuscada y confundida, Nikkia dió la orden para que un palanquín entrara a buscarme y que me dejara en el carruaje que me dirigiría a palacio. 

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Para cuando llegamos a palacio estaba más tranquila y pude concentrarme en lo que debía hacer. Aziza me había dado unas nuevas instrucciones sobre como debería responder a mis nuevos títulos y como no debía permitirme arruinar la imagen de estos. Nikkia, por su parte, me dijo todo el proceso del evento y que debería hacer en cada momento, mientras las demás sirvientas me retocaban el maquillaje y me hacian arreglos de último minuto para que todo quedara perfecto.

- Cuando esté detrás de la cortina mantenga su mirada al suelo en todo momento, cuando esta se abra, no puede hacer ningún cambio en su postura. No puede permitir que vean a una altanera – las chicas se encargan del pliege del vestido y el pulir de las sandalias – No puede permitirse mirar a ninguna otra dirección.

La música comenzó y la cortina se abrió. Esperé unos segundos para subir la mirada lenta, pero orgullosamente hacia delante. Miré directamente hacia él, solamente que de vez en cuando miraba a la gente que me miraba a los costados de mi posición y eso escandalizó a muchos de los presentes.

- Su majestad...

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