ϲմɑեɾօ

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Fargan se despertó contento sintiendo el calor del cuerpo a su lado. Sonrió mientras se ponía de pie, un pinchazo de dolor atacó su cadera, nada que no haya sentido antes. Busco sus ropas y se marchó.
Beso sus dedos y soplo en dirección a quien domina plácidamente. - Adiós, mon amour. - rió de su pobre intento de acento francés, algunas mañas de Vegetta se le pegaron con los años.

Camino hasta encontrar un taxi, aquel lugarejo se sentía peligroso, no es como que no pudiera defenderse pero ese hotel era conocido por albergar a aquellos que querían una noche ilegal de pasión y de aquellos que eran perseguidos por la ley. Así que el instinto del muchacho era marcharse de allí.
Ya en el taxi encendió su teléfono, miles de llamadas perdidas llenaron su muro de notificaciones, encabezando estaba Vegetta con veintisiete y Alex con seis.

¡Alex! Recordó mientras pedía amablemente al taxista que apresurara la marcha. Le preocupaba como había salido su niño luego de anoche; se golpeaba internamente por haberse olvidado de tal cosa, como excusa ponía la inesperada llegada de aquel alvino
Ay Willy, willy, willy... que bueno que estabas... pensó mordiéndose los labios.
La había pasado bomba, aquel chico lo había hecho delirar como ningún otro, parecía un virgen de lo emocionado y gritón que había estado. Le había costado un poco separarse de él en la mañana, algo que raramente pasaba.

- llegamos. - El tipo anunció y Fargan le dio su dinero correspondiente.
Entro al bar, lo único que resonaba allí era el sonido de sus plataformas al golpear el suelo. No le gustaba usarlas, porque lo hacía ver más alto de lo que ya era pero era el uniforme de trabajo y, además, le hacía ver las piernas fabulosas. Más de lo que ya eran, claro está.

Camino hacia la oficina de Vegetta, sabía que se encontraba allí. En el camino encontró un espejo de cuerpo completo sobre la pared e intentó acomodarse y verse lo más presentable posible. Abrió las puertas dobles y entró.
- ¡Lo lamento muchachos! Me quede dormido. - observó a Vegetta que lo miraba con el ceño fruncido y a Alex sentado en uno de los sofás cruzado de brazos con su habitual ceño fruncido.
- Siéntate Fargan.
Obedeció porque nadie quería enfrentar a un Vegetta en modo jefe. Se sentó junto a Alex y le sonrió. - ¿que sucede?
- Sucede que el contrato se firmó. - Alex habló con una sonrisa que descoloco un poco al pelinegro. - les he salvado el culo, bésenme los pies.
- Alex, ese vocabulario. - reprendió el fan del morado. - pero en síntesis es eso, Staxx firmó el contrato de confidencialidad.
- Vale... ¿solo para ello me llamaron? Podrían haberlo dicho otro día.
- No, hay algo más. - Vegetta comenzó a sacar una carpeta del cajón. Se la extendió a Fargan. - Encontré la información de los que estuvieron merodeando últimamente.
- A ver...
Sujeto uno:
Nombre: Rubén Doblas alias Rubius.
Edad: 29 años.
Sexo: Masculino.
Información personal: Ninguno.
Antecedentes: Ninguno.
Observaciones: Lleva habitualmente una máscara de oso tipo completa y un rosario.
{Foto adjunta en el archivo}
En la foto se podía ver a un sujeto castaño, ojos marrones claros y bastante bonito.

Sujeto dos:
Nombre: Guillermo Díaz alias Willy o William.
Edad: 26
Sexo: Masculino.
Información personal: Ninguno.
Antecedentes penales: Ninguno.
Observaciones: Ninguno.
{Foto adjunta en el archivo}

Se quedó de piedra.
- La información aún no está completa, es lo único que se pudo conseguir. Al parecer no tienen historia en ningún lugar, ni siquiera de su famili- Vegetta quedó en silencio al observar la cara en blanco de Fargan. - ¿estás bien?
Alex lo miro también, pero sospechoso. - Si, Fargan ¿que sucede? Cuéntanos.

- ¡Nada! - gritó mientras dejaba los papeles en el escritorio como si quemaran. - Solo me sorprendió que sea tan poca información...
- Mmm... ¿no me estarás mintiendo, no? - Vegetta se le acercó acusándolo con la mirada.
Fargan no sabía mentir, era demasiado obvio más aún cuando Vegetta se ponía en plan detective con él. - Vamos, cuenta hombre. - Alex le pico.
- ¡Me acoste con uno de ellos! - explotó y se tapó la boca con las manos. - ¡No lo sabía, ¿okey?! ¡No tenía ni puta idea de que era él!
- ¿Con cuál? - Vegetta inquirió algo molesto.
- Con Willy...
- ¡Es que me descojono! - Alex dijo entre risas. - Eres tontisimo Fargan, tontisimo.
Vegetta se golpeó con la mano la frente y volvió a tomar asiento. - Confirmó que eres tontisimo.
Fargan hizo un puchero.- ¡Me engatuzó con su labia! ¿Que esperaban que hiciera, decirle que no? ¡Por favor! Estaba buenísimo, ¿acaso no miraron su foto? Su cara parece tallada por los mimos ángeles...
- ¡Fargan! - le reprendió Vegetta enojado. - Estamos hablando de algo serio aquí, no sabemos qué quieren de nosotros y no podemos ir con la guardia baja.
- ¿Te ha preguntado algo? - El menor le preguntó. - ¿Le has contado algo?
- ¡Por favor! - gritó indignado. - Puedo ser cualquiera cosa pero no tan estupido. Si hablaba de algo de aquí o de alguno de ustedes se nos caía el mundo encima y yo jamás permitiría eso y lo saben. - se cruzó de brazos.
Le habían amargado la mañana.

La habitación se sumió en un silencio que nadie se atrevió a romper ni mucho menos salir de aquel lugar. Vegetta analizaba sus opciones, Fargan pensaba mitad que la había cagado y mitad en el hermoso espécimen que dejó en aquel cuarto de hotel. Alex no pensaba o bien, evitaba hacerlo.
- ¡Ya se! - Vegetta gritó levantando un dedo. - Seguirás viéndolo.
- ¿Qué? - Los demás preguntaron al mismo tiempo.
- Mira, si tú sigues con él y lo engatuzas con tu...- Lo miro e hizo una mueca. - Encanto... ¡confiará en ti en algún momento y te contará todo!
Fargan alzó la ceja mosqueado. - ¿y si no sucede eso, genio?
- pues le sacas información con sexo. - se encogió de hombros.
- ¿Acaso crees que soy una prostituta?
- No, pero para ti no sería un martirio, ¿me equivoco? Se nota que te ha gustado así que solo es hacer lo de anoche pero por más tiempo.

Lo pensó. No iba a mentir y decir que no le interesaba del todo la idea, a ver, aquel peli blanco le había encantado desde el minuto uno.
Pero lo veía improbable, digo ¿si quería volverían a encontrarse? ¿Habrá sido cosa de una noche y no querrá verlo más?

Por dios, ¿te has visto? Obvio que cualquiera querrá verte de nuevo. - se
dijo.

- Esta bien, pero yo no pienso buscarlo. Lo haré si él me busca a mi. - acepto decidido.
- Claro que volverá chiqui, eres irresistible. - Vegetta le sonrió y le guiñó un ojo.
- Eres un zalamero, solo me dices eso para que no me arrepienta luego.
Alex río mientras se ponía de pie. - Nos vemos chavales, pasó de ustedes.
- Si, yo igual. - Fargan habló. - Tengo que hacer un par de cosillas.
- Vale, nos vemos.

Camino junto a Alex hasta la salida del bar. Necesitaba ir a su casa y darse un baño relajante.
Se dirigió hasta el estacionamiento para buscar su coche que en la noche había abandonado. - ¿Te llevo? - le preguntó al menor.
- no, vine en el mío. - hizo una pausa. - luego necesito hablarte de algo.
- Si quieres lo hacemos ahora...
- No. - dijo. - Ahora no me apetece realmente. - se rascó el cuello.
- Vale, vale. Nos vemos Alex.
- Adiós.
Arranco y partió a su hogar.
En el camino solo pensaba en la ducha que necesitaba con urgencia, se sentía pegajoso.

Ilegal {AU Karmaland} [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora