Baz no necesitaba beber esa noche, pero quería salir de su habitación y las catacumbas eran un buen lugar, pues las conocía mejor que nadie.
Eran pasadas la una de la mañana cuando se decidió a salir, aún le ardían las mejillas.
Meneo la cabeza de manera negativa, los recuerdos lo seguían y la sangre recién bebida se acumulaba en sus mejillas.
Al llegar a las escaleras de la torre se detuvo en seco, ahí su recuerdo era más fuerte, idiota de Snow por qué tenía que existir. Pero borró ese pensamiento de inmediato, su compañero estúpido era su mundo y si no existiera él tampoco.Aquella tarde habían discutido de nuevo, y él se había puesto furioso y celoso, Simón le reclamaba el interponerse entre él y Agatha. Lo culpaba de su ruptura y de querer quitarle al amor de su vida.
- Tu no sabes nada sobre el amor Snow. - le gritó. - y si Agatha es tan importante por qué estás aquí conmigo y no con ella arreglando sus estúpidas diferencias.
Veía los ojos de su compañero arder y sorprenderse al mismo tiempo. Y sin más de una manera tranquila, algo que era obvio que no sentía le pregunto.
- ¿Y tú si Basilton?
Baz quería responderle, pero no podía dejar de mirar el lunar que tenía en el labio, ese que deseaba besar tanto.
- No lo creo, jamás has salido con nadie, y tampoco creo que nadie lo quisiera.
- Vete a la mierda. - respondió herido.
- Sólo quiero saber por qué siempre intentas dañarme.
Se dió la vuelta y comenzó a subir la escalera, pero Simón lo siguió y justo donde la escalera se vuelve estrecha se le paró de frente, estaba un escalón por encima y estaban casi a la altura.
- Tu no la quieres.
-¿Y tú si?
No quería preguntar, pero no pudo evitarlo. Sabía la respuesta o eso creyó hasta que lo vio dudar. Snow no estaba seguro, ¿Entonces por qué le importaba?.
Vio la respuesta en sus ojos y luego el chico de piel dorada se lo confirmo.- Ella es mi final feliz.
Snow solo hacia lo que le pedían y Agatha era una tarea más.
- Entonces ve tras el y déjame en paz. Yo no me interpondre en tu camino. Hay peores maneras de torturar a alguien.
Comenzó a oler a humo, eso significaba que su compañero estaba a punto de explotar y no debía estar presente, pero tampoco quería dejarlo solo. Así que debía calmarlo.
- ¿Que es lo que quieres?, Ya te dije que me haré a un lado. Y que montes una escena no te dejará bien frente a ella, es más si quieres te digo que hagas para que vuelvan y no te veas cómo un imbécil.
- Quiero que tú no estés aquí, ni en ningún lado. - le escupió la cara al hablar. - Quiero ser feliz eso es todo.
- Entonces no soy yo tu problema.
- Si lo eres.
El aroma se intensificó y Baz podía sentir como le faltaba el aire.
- Snow no me interesa en lo más mínimo ella. Y algún día quieras o no se librará la batalla final y yo estaré ahí para acabar contigo y tú conmigo... - sintió como su corazón se partía pues sabía que era cierto.- Pero hasta entonces déjame en paz.
- ¿Por qué?
Lo escucho preguntar mientras el le daba la espalda y noto en su voz un tono melancólico, así que voltio a verlo.
- Por qué eres el heredero del hechicero y el mago que salvará la magia. ¿No?.
- Tú no lo crees.
- Eso no importa, lo creen los demás y eso debe ser suficiente para ti.
Sus ojos se habían puesto tristes así que volvió a su lado. Lo había herido antes, le había hecho daño y jamás consiguió una reacción asi.
Simón se había sentado en la escalera y había puesto la cara en sus rodilla.- ¿Y si no quiero?.
- No quieres ¿Que?.
- Ser nada, si solo quiero...
Baz sintió una punzada en el pecho que le decía que se marchara, que aún había tiempo, al fin ya se había calmado, pero lo amaba demaciado y no podía dejarlo solo, cansado. Así que se aventuró a preguntar poniéndose de cuclillas frente a él.
- ¿Que quieres?.
Snow levanto el rostro, una lágrima rodó por su mejilla y él resistió la tentación de tomarla.
Estaban frente a frente y antes de que pudiera reaccionar Simón lo tomo por el rostro y lo beso susurrando.- A ti. Siempre a ti.
Baz no sabía cómo reaccionar, no podía creer que estuviera pasando, incluso pensó que soñaba de nuevo, pero sintió la respiración de Simón en su rostro, su boca lo buscaba de manera desesperada y su lengua se enredaba con la suya. Así que hizo lo único que podía hacer. Responder y esperar no estropearlo todo. Durante un largo rato no había nadie más, sólo ellos, estaban inmersos el uno en él otro y Baz podía tocar esos rizos caoba y Simón podía abrazarlo para acercarse lo más posible.
Cuando se separaron para tomar aire, vio a su compañero sonrojado y confundido.
- Perdón. - le dijo Simón.
Pero Baz no supo que responder así que salió de ahí.
Y ahora estaba de nuevo ahí para subir y enfrentarse a él, con suerte estaría dormido. Casi llegaba al final cuando lo vio sentado en el primer escalón.
- Te tardaste mucho esta vez.
Tenía los ojos hinchados. Y parecía cansado.
- ¿Por qué estás aquí?.
No quería que su tono sonará tan hostil, pero no sabía que pasaría a continuación y se sentía tan avergonzado.
- Baz perdóname.
- ¿Por qué lo hiciste?.
- No lo sé. Estoy harto de fingir ser quien no soy, es nuestro último año y bueno...
Guardó silencio, en su cabeza habia tantas preguntas, pero no podía hacerlas.
Tenía de frente al verdadero Simón Snow y le parecía tan lindo. Pero el seguía sin comprender.
- Es tarde, vamos a dormir y olvida esto.
Justo cuando pasaba a su lado, Snow se levantó y quedaron de cara, por poco y Baz se resbala, pero lo tomo del brazo.
- ¿Tú lo olvidarás?.
- Lo intentaré.
- Entonces también olvida esto, - se acercó a su oído. - Te amo.
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Amores ocultos.
Fiksi PenggemarDos personas amándose he intentando ser lo que esperan de ellos, ¿pero que hacer cuando se han cansado?.