Miraba aburrido su móvil. Hoy era domingo y no tenía nada que hacer aparte de dormir o ver la televisión pero dormir ya no quería y en la televisión no mostraban nada que le interesara. Pensó en visitar a su novio pero este vivía un poco lejos de su casa y para él parecía una batalla caminar con la flojera que tenía.
Quiso ver su instagram pero este estaba en la otra ventanita y le daba mucha flojera mover su dedo así que eligió la app que más cerca estaba a su dedo, YouTube. Quizá encontraría graciosos videos de gatitos tocando el piano o escuchar los cover's de sus canciones preferidas.
Buscando algo que le interesara se encontró con un video de una joven tocando "Psycho" de Red Velvet con un... ¿Sartén?
¿Acaso aquello era posible? Rápidamente entró al video para responder su duda. Le encantó lo que la chica hacía; consistía que con un sartén realizaba el sonido del instrumental de la canción y fue demasiado para él que decidió intentarlo.
Aunque claro está que él no sabe cómo tocar un bendito sartén. Agarró una cuchara y la impactó contra el sartén recibiendo a cambio un fuerte sonido.
Buscó en YouTube las voces solas de las chicas de Red velvet y lo puso de fondo, se sentó en el suelo de su cuarto para estar cómodo aunque en su cama lo estaría más pero las sábanas estaban desordenadas y no quería hacer mucho esfuerzo al ordenarlas.
Cualquier ser humano hubiera buscado en YouTube cómo tocar un sartén pero él no está para perder su tiempo en esos tutoriales, aparte, nunca entendía lo que decían. Al momento de que el vídeo comenzó, él trató de acordarse el instrumental de la canción y cuando lo hizo comenzó a chocar la cuchara contra el sartén.
Para él era un sonido mágico pero la realidad era que el sonido era algo disparejo y no iba acorde con las voces de las chicas. Tanto le gustaba lo que estaba tocando que decidió pararse y comenzar a dar muchas vueltas hasta marearse.
Vaya error, cuando no pudo aguantar más paró en seco con su mano sujetando el sartén sobre su cabeza y la otra en su cadera con una sonrisa juguetona. Reaccionó y busco el sartén con su mirada por todos lados, se había olvidado que lo tenía en la mano.
Lentamente abrió la palma de su mano que estaba sobre su cabeza y cuando miro para arriba el sartén le cayó en el rostro.
Por el gran dolor y susto perdió el equilibrio cayendo al suelo junto al sartén.
—¡Duele, duele , duele! —gritó acariciando la zona golpeada por el objeto. Se paró rápidamente al sentir un pequeño líquido rojo que brotaba de su nariz—. ¡Me estoy muriendo!
Comenzó a correr por toda la casa alborotado y gritando, no sabía qué hacer ante tal situación. Su mirada se dirigió hacia la puerta de salida que era abierta por alguien.
—TaeTae, traje maruchan picante. Pensé que no te gustaría estar solo y... pues también compré un poco de leche de banana —las mejillas del joven se tiñeron de un carmesí fuerte al decir esas palabras.
Taehyung se sorprendió. Casi nunca veía a su chico sonrojarse y las veces que lo hacía el azabache siempre tapaba su cara. Jungkook era muy reservado.
—¡Jungkookie! ¡Estoy muriendo, ayuda! —se abalanzó contra el contrario quien se asustó por el repentino grito—. Me han golpeando, han entrado a robar —mintió sollozando falsamente contra el pecho de Jungkook.
-—¡¿Qué?! —Jungkook parecía exaltado y a Tae sólo le pareció muy tierno.
—Está en mi baño, lo logré encerrar cuando estaba distraído —logró ocultar su sonrisa en el pecho de Jungkook.
