Mi vecino es alguien raro.
Es realmente alguien que cuando vas por la calle no puedes evitar mirarlo. Su altura es la suficiente como para hacer que a veces tenga que agacharse para entrar por la puerta del edificio y sus ojos azules brillan casi con luz propia.
Pero más que hacerlo atractivo, hacen que a la gente le cueste mirarlo de frente.
En eso nos parecemos, solo en eso, ya que incluso si busco similitudes es difícil compararse con alguien como él.
Mi vecino del apartamento número catorce es realmente un hombre que destaca entre todos los otros departamentos, ya que mientras todos nosotros solemos ignorarnos en el balcón, él siempre está ahí fuera, pareciendo que puede conversar hasta con los pájaros.
Es un hombre tranquilo que ama hablar de todo en general, y a la vez, puedo ver con claridad lo solitario que es en su vida diaria. No muchas veces se escucha gente en su departamento y las llamadas que usualmente obtiene son de su trabajo.
Es un poco triste, pero es algo que agradezco debido al silencio y la paz de vivir a su lado.
Aunque por supuesto, hay una excepción, mi vecino tiene un novio, nunca lo he visto cara a cara, pero su voz de vez en cuando se cuela por las finas paredes del departamento, en especial porque cada vez que viene, siempre se encuentra discutiendo con mi vecino.
Por suerte sus visitas no suelen durar mucho, y tampoco suelen repetirse seguido.
Por lo que no puedo decir que mi vecino es alguien ruidoso, de hecho, solo cuando se encuentra hablando con su novio es la única vez en la que lo he escuchado hablar con un tono de voz más alto, pero nunca llegando a gritar.
Su situación no parece estar bien, pero eso no es algo que me incumba del todo.
Sin embargo, ahora su novio parece comunicarse mucho más por teléfono, por lo que no he podido evitar escuchar con más detalles como su relación se va deteriorando ante cada llamada, incluso si no es mi intención saber de los amoríos del extraordinario rubio que vive a mi lado.
Pero pareciera que el único momento en el que el novio de mi vecino tenía intención de llamarlo era cuando este está fuera en el balcón, mientras yo estoy afuera fumando.
Es un poco incomodo, pero no hay nada que se pueda hacer en realidad, por lo que trato en lo posible de hacer como si no estuviese ahí, además, siento que mi vecino utiliza estar fuera del departamento como una clase de excusa para colgar un poco más rápido.
Por lo que jamás he sentido como si pudiese reclamarle, después de todo, quien terminaría más expuesto al final sería él.
Mas incluso así, mi vecino siempre conserva una sonrisa cuando corta la llamada, o al menos eso hace cuando se encuentra en la presencia de otros. Normalmente me mira con sus ojos de disculpa y me murmura algo como:
"Realmente no es nada de lo que preocuparse" o algo parecido para disminuir el problema y la vergüenza de haberse expuesto.
Como si realmente tuviese que disculparse conmigo por discutir con su pareja. Mi vecino es un hombre muy educado al punto en el que puede resultar molesto la manera en la que se disculpa, pero no es algo que me incumba.
No soy realmente alguien importante para opinar sobre las actitudes de los demás, en especial cuando no se trata de mis alumnos.
Pero a pesar de todo, mi vecino siempre parece tener un aire extraño de confianza y timidez, al menos la suficiente para hablarme mientras fumo y él sigue cuidado de sus preciosas flores. Siempre me ha parecido un desperdicio darles tanto cuidado a algo que realmente no te compensa por cuidarlo.
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Mi Vecino
FanfictionCada tanto tiempo, en la vida, uno se encuentra con gente interesante. Aquellas personas que, sin que lo intenten, atraen las miradas de los demás, ya sea por su apariencia o personalidad. Incluso podria tratarse de ambos aspectos. En mi caso, hay u...