CRISTALES ROTOS

CAPITULO 3

Miradas incómodas

Dicen que los ojos son las ventanas al corazón de las personas, quien haya dicho esto tiene toda la razón ya que como hay personas de buen corazón también los hay de mal corazón y con la mente retorcida.

Pero detengámonos a pensar un poco en cuantas personas miramos al día o mejor aun cuantas personas nos observan a nosotros sin darnos cuenta ya que estamos ocupados en miles de cosas y no nos percatamos de esa situación, pero el panorama cambió un poco cuando es en tu propio hogar que te observan.
Yo estoy muy segura que muchos han sentido esas miradas incómodas, retorcidas y cochina ya se ha en el colegio, en el trabajo, en el metro, en el autobús y hasta caminando por la calle de hecho creo que no importa el lugar ya que siempre habrá uno que otro pervertido lujuriandote de arriba abajo sin importar donde ni quien esté presente.

Lo más sorprendente de todo es que jamás pense llegar a sentir una mirada tan asquerosa de mi padre ya que esa mañana después de esa noche me miraba con deseo y muy morbosamente como si fuera lo último que se fuera a comer ...confieso que dicha mirada me transmitia mucho miedo tanto así que lo único que quería era irme de ese lugar y olvidar lo que estaba sucediendo.

Recuerdo perfectamente como se saboreaba sus labios mientras me miraba y trataba de disimular que era porque estaba comiendo pero claro tenía que hacer pantalla porque no estábamos solos mi madre estaba presente, por otro lado yo trataba de estar lo más tranquila posible pero la verdad es que estaba muy asustada y angustiada.

Esa noche al regresar del colegio como era de costumbre lo primero que hacia al llegar a casa era darme un baño para estar fresca...todo estaba bien, había llegado cansada pero tranquila cuando en cuestión de minutos la situación cambio y es que las cosas pueden cambiar de un momento a otro un minuto puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, la tristeza o la felicidad, la tranquilidad o la angustia y esa noche no fue la excepción ya que el había entrado en el baño...yo estaba en shock me puse fría comenze a temblar y entre todo el miedo que sentía le pude decir que saliera del baño, me sentí totalmente vulnerable ya que con la forma en la que le hablé se pudo dar cuenta que le tenía miedo tanto así que me costaba hablar y eso era algo que iba utilizar a su favor.