Capítulo 4

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-Flora!- Gun consiguió que el nombre de su hermana saliera entre los labios inflamados por el beso. Intentó separarse de Off, que no estaba dispuesto a soltarlo y siguió rodeándole los hombros con los brazos. La voz le salió un poco temblorosa porque él empezó a acariciarle el cuello como si no pudiera dejar de tocarlo.
–¿Qué… qué haces… aquí?- Flora, sin embargo, no estaba mirándolo. Estaba mirando fijamente a Off, como si no pudiera creerse lo que estaba viendo. Gun observó que su hermana se pasaba una mano por el pelo como si quisiera cerciorarse de que estaba impecablemente peinado, que, naturalmente, lo estaba, y que luego se pasaba la otra mano por el pecho como si quisiera dejar claro que al menos una de las hermanas Phunsawat tenía pechos.

–¿Puedes saberse quién es, Gun? –le preguntó su hermana sin disimular su incredulidad. –Tienes que presentármelo ahora mismo.

–Es…– empezó a contestar Gun hasta que le titubeó la voz. Era el hombre al que había chantajeado para que estuviese allí, el hombre que había hecho que se sintiera como si fuese a explotar de placer, y solo por un beso.

–Me llamo Jumpol Adulkkittiporn y soy el acompañante de Gun– intervino Off mientras Gun veía que Flora se derretía y esbozaba una sonrisa indolente y sensual.

–.¿No os ha dicho que iba a venir?

–No– contestó Flora en tono tajante. –No nos lo ha dicho. No… bueno, no esperábamos que fuese a traer a alguien y, en consecuencia, no hemos preparado nada especial. Lo que significa que me temo que tendrás que dormir en el antiguo dormitorio de Gun.

–¿Y le pasa algo al antiguo dormitorio de Gun?– preguntó él.

–Diría que sí, sobre todo, para un hombre de tu tamaño– Flora miró a Off de arriba abajo, como si quisiera calcular su altura descaradamente. –Solo tiene una cama sencilla.- Gun quiso morirse, y eso fue antes de que Off le pusiera una mano en el muslo. Él sonrió a su hermana mientras le clavaba los dedos en la carne.

–Fantástico– murmuró Off. –Me encanta estar muy apretados.- Evidentemente, esa no era la reacción que había esperado Flora y ver que Off tenía la mano sobre el muslo de su hermano tenía que haberla desconcertado completamente. Sin embargo, toda una vida de entrenamiento social implicaba que su irritación no le durará mucho y se repuso inmediatamente.

–Si no te importa aparcar en los establos, Jumpol…– Flora esbozó una sonrisa resplandeciente. –Luego, serviremos café en la sala y podrás conocer a nuestra madre. Ah, Gun, tendrás que probarte otra vez el Traje… ¡Aunque te advierto de que Clover se pondrá hecha un basilisco como hayas adelgazado! Además, ¿no crees que deberías ponerte un jersey? Tienes los brazos con carne de gallina.- Off puso el motor en marcha mientras observaban a Flora dirigirse hacia la puerta principal de la casa. El pelo le caía por la espalda como una cascada dorada mientras caminaba con la seguridad de una mujer hermosa que sabía que estaban mirándola.

–Entonces, esa es una de tus hermanas…– comentó lentamente Off mientras ella desaparecía por la puerta.

–Sí– tenía que reaccionar primero, tenía que decir todo lo que él tenía que estar pensando para no ser tan vulnerable.

–Ya te dije que mis hermanas eran impresionantes, ¿no? Sobre todo, Flora. Todos los hombres que conoce se enamoran de ella. Yo… Yo creo que en este momento no tiene pareja, aunque nunca se puede…-

–Gun– él le puso un dedo en los labios para callarlo–. ¿Te importaría callarte? Es posible que tenga cierta reputación con las mujeres, pero hasta yo me pasaría de la raya si fuese a una boda con una hermano y acabara con otro u otra.

–Eso si no tenemos en cuenta la posibilidad de que no le intereses– replicó él con indignación.

–Desde luego– murmuró él. –La verdad es que me miraba con una indiferencia absoluta.- Gun no supo si insultarlo por su arrogancia o reconocer que tenía razón porque Flora lo había mirado como si quisiera comérselo de desayuno, almuerzo y cena y, probablemente, repetir a media noche. Sin embargo, había estado besándolo a él, ¿no? Le había besado como no lo habían besado jamás. Todavía podía recordar cómo le había bullido la sangre y cómo había querido derretirse entre sus dedos. Había querido que siguiera bajando la mano y que lo acariciara donde estaba ardiente y anhelante. ¿Él se reiría o se aterraría si supiera que él no había sentido nada parecido antes? ¿Le aterraría descubrir que no había tenido relaciones sexuales? Aparcaron el coche y llevó a Off por una de las puertas traseras mientras se daba cuenta de lo que se había jugado al llevarlo allí. ¿Sería tan buen actor como para fingir que estaba interesado por él cuando ese sitio estaría lleno de bombones de primera luciéndose con sus mejores galas? Abrió la puerta de su antiguo dormitorio, el cuarto donde había pasado casi toda su infancia… y se sintió como retrocediendo en el tiempo. Siempre le pasaba lo mismo. Hacía que se sintiera raro y pequeño. Nada había cambiado gran cosa y era como si el pasado se hubiese conservado en formol. Por primera vez, se preguntó por qué. ¿La negativa de sus padres a cambiar la decoración se debía a un deseo muy arraigado de no tentar al destino? Miró alrededor. Vio el retrato que le habían hecho cuando tenía seis años, algunos años antes de que cayera enfermo. Desconocía completamente lo que se avecinaba. Al lado estaba su primer pintura que había hecho, enmarcado. También estaban todos sus libros, su único contacto con el mundo exterior y su única escapatoria de su convalecencia, aparte de la pintura. Más tarde, había descubierto las películas, y cuanto más sentimentales y con final feliz, mejor. La fantasía había sido infinitamente mejor que la realidad. Algunas veces, había llegado a creer que vivía en una jaula de oro, aunque sabía que había un buen motivo, mantenerlo alejado de cualquier infección. Sin embargo, ese aislamiento inevitable y la protección de su familia lo habían dejado muy mal preparado para afrontar algunas situaciones, como esa, por ejemplo. Flora y Clover, que habían estudiado en la misma universidad que él, lo habían vigilado y protegido incluso cuando estaba estudiando. Durante mucho tiempo, solo había tenido fuerza para preocuparse de su salud y de conseguir un título aceptable, no había tenido la seguridad en sí mismo necesaria para añadir a los hombres aunque hubiese encontrado alguno lo bastante atractivo. Además, no había encontrado a ninguno tan atractivo como Off Jumpol. Lo observó mientras dejaba las bolsas y se acercaba a la ventana para mirar el ondulante paisaje de Sussex. Hasta que se dio la vuelta y lo miró con los increíbles ojos de lapislázuli entrecerrados. Él esperó que comentara algo sobre las vistas o sobre el inmenso tamaño de su casa, algo destartalada aunque hermosa. Sin embargo, y para sorpresa de él, no hizo ninguna de las dos cosas.

Mentira y Deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora