Capítulo 5

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Off observó a los invitados que bebían champán en el césped recién cortado. Miró disimuladamente el reloj y se preguntó cuándo terminaría eso y podría llevarse a Gun a la cama, pero esa boda, como todas las bodas, parecía interminable. Aquello había sido un hervidero durante todo el día. La grandeza en decadencia de la casa de los Phunsawat había sido transformada por legiones de lugareños incondicionales, quienes habían llevado montones de flores desde el pueblo para decorar la casa y el jardín. Se habían podado los setos y se habían colgado farolillos chinos de los árboles. Las bastas mesas de madera se habían cubierto con manteles blancos antes de adornarlas con rosas, uvas y pequeñas velas. Enseguida se dio cuenta de que los Phunsawat eran la típica familia aristocrática con mucha categoría y muy poco dinero. La ceremonia se había celebrado en su propia capilla, algo que a él le costaba creerse, un edificio pequeño y gélido situado dentro los extensos terrenos. La novia estaba bien, aunque, para él, todas las novias estaban bien. Llevaba un vestido y un velo blancos y, como
siempre, el servicio religioso también había sido interminable. Sin embargo, no había podido apartar los ojos de Gun mientras recorría el pasillo hasta el altar. Estaba muy hermoso a pesar del traje tan poco favorecedor y una sonrisa que indicaba que preferiría estar en otro sitio, como él. Antes de la ceremonia, había tenido que conocer a la familia en una habitación llena de cuadros polvorientos y mientras tomaban un café imbebible. Ya había conocido a Flora y a Clover y Poppy, la otra hermana, era una joven muy guapa con los mismos ojos grises que Gun y las mismas ganas de interrogarlo que sus hermanas. Sentían un recelo indisimulado hacia él. Querían saber dónde se habían conocido Gun y él y desde cuándo tenían esa… relación. Al parecer, les sorprendía que viviera en París y se preguntaban con qué frecuencia veía a su hermano. Además, como a él no le gustaba que lo interrogaran y como no sabía lo que les había contado Gun, fue intencionadamente ambiguo. Sus padres aparecieron en un momento dado. Su madre era alta y seguía siendo hermosa. Tenía los pómulos tan prominentes como los de Gun con aquéllos oyuelos en sus mejillas y llevaba lo que parecía un batín viejo de su marido sobre un vestido y unas botas de goma. Sonrió distraídamente cuando él le estrechó la mano. Sin embargo, su actitud cambió completamente cuando vio a Gun, quien estaba en el extremo opuesto de la habitación sirviéndole una taza de café a él.

–¿Estás bien, cariño? No estarás
cansándote…- ¿Podía saberse qué le pasaba a esa gente? ¿La hermana
número tres le había dirigido una mirada de advertencia? Entendía que, probablemente, Gun no había llevado a muchos hombres a esa casa y que, como era el hijo menor, estuviese un poco protegido, pero lo trataban como si fuese una adolescente, no un chico de veintitantos años, y él parecía consentirlo. Sin embargo, la ceremonia ya había terminado, la sesión de fotos ya había terminado, era una soleada tarde de verano y él tenía una excitación sexual cada vez mayor. Se le secó la boca cuando miró a Gun, quien escuchaba a su madre y asentía obedientemente con la cabeza. Su cabello rubio bien peinado pero con movimiento y esos carnosos labios resaltados con labial humectante con un poco de color le hacía ver aún más etéreo. El lado bueno de ese traje es que resaltaba su pequeña cintura y trasero pués estaba ajustado en esas zonas, lo único era ese color que no le iba nada bien. Pero aún así parecía delicado y esa delicadeza podía ser el motivo de que todo el mundo lo tratara como si fuera de cristal y de que sus entrometidas hermanas fueran tan mandonas con él. Su madre se marchó y él dejó la bebida intacta en la mesa y se acercó a Gun. Estaba anocheciendo, pero vio que su expresión cambiaba varias veces. Vio timidez y esa cautela que ya conocía en sus ojos, pero también vio deseo y ese deseo despertó algo dentro de él e hizo que quisiera tocarlo otra vez.

–Baila conmigo.- Gun se mordió el labio inferior y sacudió la cabeza.

–No voy a poder, tengo que hacer un montón de cosas.

–No ha sido una pregunta, Gun– replicó él tomándolo entre los brazos. –ha sido una orden y no consiento que nadie desobedezca mis órdenes.-

Mentira y Deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora