Ven a sentarte a la sombra– comentó Off con indolencia. –No quiero que te quemes.- Gun se echó el sombrero de paja hacia atrás y sonrió a su marido.
–No creo que vaya a quemarme cuando te empeñas en ponerme crema protectora de factor cincuenta cada vez que tienes ocasión.
–Es verdad. Ahora que lo dices, creo que tengo que ponerte más en este momento– murmuró él mientras se levantaba.
–Me suena a excusa para frotarme el cuerpo.
–¿Cree que necesito excusas, señor Adulkkittiporn? Off lo tomó en brazos y lo llevó adentro, al aire acondicionado de su casa a la orilla de la playa. Gun se mordió el labio de placer cuando notó los labios de él en el cuello y pensó que no recordaba haber sido tan feliz, o tan afortunado. Llevaban un mes de luna de miel en una casa del Caribe. Se bañaban por la mañana, tomaban siesta por la tarde y hacían excursiones en el barco Adulkkittiporn, que había llegado desde Nueva York y estaba anclado en esa isla. Se habían casado discretamente en la capilla que había en los terrenos de la casa de sus padres y el edificio se había transformado para la ocasión, secretamente financiado por su futuro marido. El agujero del techo se había arreglado milagrosamente y el aire olía a jazmines y gardenias, como las que habían perfumado el bar del hotel Granchester la noche que Off le pidió que se casara con él.
–¿Te gustó la boda?– le pregunto Gun.
–Me encantó, hasta el último segundo.
–¿No te pareció demasiado discreta?
–No, fue perfecta, como tú.- Off le quitó aquella camiseta playera y empezó acariciarle los pezones. Él había querido una boda discreta. Todavía había mucho jaleo con las amantes perdidas de Giovanni, sus hermanos y hermanas iban de un lado a otro intentando encontrar joyas y cosas que habían pertenecido a su abuelo y nada estaba completamente resuelto. Como no se sabía quién iba a poder asistir, Off había decidido celebrar la más íntima de las bodas y que solo asistiera su hermano Tay como padrino. Le dijo a Gun que irían a Long Island durante las próximas vacaciones y que celebrarían una fiesta posboda. Sin embargo, él había sabido siempre que no necesitaba fastos ni celebraciones, si hubiesen asistido solo Gun y él, no se habría quejado. En definitiva, él era quien quería ponerle el anillo de oro y quedárselo para siempre. Había querido casarse con Gun como no recordaba haber querido nada porque él le daba todo lo que él necesitaba, y más. Además, si Gun le había preguntado una y otra vez sobre su necesidad de tener hijos, él lo había tranquilizado con una certeza a prueba de bombas. Le había dicho que había muchas otras posibilidades si no podían concebir un hijo. Como ya le había dicho, no era una condición indispensable. Hasta que un día Gun empezó a creerle y no volvió a mencionarlo. Además, si hubiesen podido ver el futuro, habrían visto a Gun Adulkkittiporn con dos gemelas de ojos tan azules como los de su padre.
Off dejó escapar un suspiro al acordarse del día de la boda. Gun había sido el novio más exquisito de la historia de la humanidad. Él había usado un collar de su abuela como también había usado aquélla diadema de Diamantes y esmeraldas que le hacían ver demasiado lindo. Tay le había ofrecido unos pendientes a juego, pero él, aunque se lo había agradecido mucho, había declinado la oferta.
–Alguien no puede llevar demasiadas joyas– le había susurrado a su inminente marido. Off se había reído con una sensación de placer absoluto. Había llevado un traje completamente blanco que se ajustaba a su pequeña y hermosa figura y en su tobillo había llevado una liga con llamas rojas y amarillas bordadas. Esa noche, cuando se la quitó lentamente, acarició la superficie que él había bordado con tanto amor.
–¿Unas llamas?– le había preguntado él con el ceño fruncido.
–Es una especie de homenaje a otro Off y a su famoso infierno, pero, sobre todo, porque mi vida sería un infierno sin ti.
–Interesante– él había sonreído. –pero creía que tenías que llevar algo azul- Entonces, Gun le acarició las mejillas y fue la caricia más delicada que había sentido en su vida, una caricia que hizo que se estremeciera de placer y diera gracias por la suerte que había tenido.
–Tus ojos son las cosas más azules que he visto, Jumpol Adulkkittiporn. Me conformaré con eso…
Fin
Gracias por leer...
⭐⚡💍🌈💚🐭🦁👶👴Y bueno hasta aquí llegamos con esta historia, se que esperaban más pero es lo malo de este tipo de historias porque son relativamente cortas pero realmente a mi me gusto mucho y quería compartirla con ustedes pero version OffGun 💚.
Gracias por seguir conmigo y seguramente pronto una historia historia mía 😘...
Nos estamos leyendo pronto 💚
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Mentira y Deseo
RomanceJumpol Adulkkittiporn podría perdonar al hermoso rubio al que había besado en el aeropuerto que se hubiese llevado por error la bolsa con la preciada diadema de su abuelo, pero, en ese momento, tenía la desfachatez de sobornarlo para que lo acompañ...