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Epílogo

Valentín

Había quedado en ver a Sol, en el camino a su casa sentía que mis manos transpiraban. Sentía los cosquilleos que solía tener cuando nos conocimos.

El efecto Sol estaba intacto, no estaba oculto, ya no.

Cuando abrió la puerta estaba sonriendo, mi pequitas, quería llorar al saber que todo iba a mejorar.

-Hola Valen-sonreí, me acerqué y le di un beso en el cachete.

-Hola Sol- ella me invitó a entrar, pensaba que iba a estar incómodo, pero todo lo contrario, sentía que estaba donde tenía que estar.

-Me alegra que hayas llamado ¿Cómo estuviste?- llevábamos casi un mes sin vernos, el mismo tiempo que pasó desde que Emilia se fue.

Me tomé un tiempo para mi, para pensar bien y estar con amigos. Sol también estuvo con sus cosas. Cada uno tenía sus asuntos, supe por Mateo que ella estaba yendo a terapia para superar el daño psicológico que Alejo le había causado.

-Bien, tranquilo ¿Y vos? -se sentó al lado mío.

-Ahora mejor que antes. Fue muy difícil al principio, digo saber que una persona que decía que te quería te lastime de tal forma es horrible. Si no podes confiar en alguien que conoces de toda la vida ¿Qué haces con el resto? Por eso fui a terapia, necesitaba ayuda y sabía que por el lado de mi familia no iba a poder. Es algo sano, entendí muchas cosas, pude ver o pensar en todo lo que pasó. Sin dudas estoy más tranquila- se veía relajada y feliz, definitivamente estaba donde tenía que estar.

-Tampoco se puede dudar de todo el mundo por alguien. Es como caerte una vez y no querer caminar más por miedo a que pase lo mismo. Estamos vivos Sol, nos equivicamos, ganamos, perdemos. Entiendo el dolor que te genera lo de Alejo, no era mi persona favorita pero era importante para vos. Y se que duele, tratar de entender lo que pasó por su cabeza es difícil y casi imposible. Es algo que nunca se puede lograr, pero tampoco vamos a estar todo el tiempo dudando o juzgando por las acciones de una persona- la vi sonreír.

-Gracias por bancarme siempre, a pesar de todo siempre estuviste para mi. No fui la persona más madura del mundo, pero como dijiste nos equivicamos. Y siento que mucho en mi vida cambio, no soy la misma y tengo miles de cosas para mejorar. Pero se que si es con vos va a ser más fácil y que también vas a ayudar a que yo sea mejor- sonreí y toqué su cara, ella cerró los ojos cuando la toqué.

-Sol, te amo así como sos. Siendo terca, tomando las peores decisiones, te amo hasta siendo un desastre. No me importa si cambias o no porque lo que yo siento va a ser igual. Si no dejé de amarte este tiempo ¿Cómo puedo hacerlo ahora? - sin verla podía saber que ella iba a llorar, era la persona más sencible que conocía.

-Pero mis defectos y todo lo que hago mal van a hacer que peleemos y no quiero eso-tenía la nariz roja, y por más que ella lloraba yo no podía evitar sonreír al ver que sus pecas resaltaban.

-Primero, me importan una mierda tus defectos, nadie es perfecto. Y si te amo es con todo lo que viene con vos, tus llamados defectos, tu familia, tus amigos, la loca de tu sobrina... Aunque lamento decirte que soy su favorito y me quiere más que a vos-la vi reír y le saqué las lágrimas-Así como nosotros no somos perfectos las relaciones tampoco. No es como que vamos a vivir peleando, pero todas las parejas discuten y tienen diferencias. Lo importante es que a partir de ahora, que además los dos dijimos que somos más maduros, seamos capaces de sentarnos a hablar sobre esas diferencias cuando algo pase. Y siempre tenemos que pensar en que nos amamos, bueno yo se que te amo- la vi sonreír.

-Te amo Valentín y se que este nuevo comienzo es todo un reto y que tenemos miles de cosas por arreglar, pero después de todo lo que pasamos confío en nosotros. Dijiste que la perfección no existe pero vos para mi lo sos. Sos todo lo bueno de este mundo y no puedo creer que existas y que me ames tanto. Te prometo que voy a intentar merecerte- negué.