Después de un largo día en la academia en donde lo más interesante fue que una nueva alumna entró, el rubio se percató de su energía demoníaca pero su personalidad muy buena, casi como un Ángel. El no le dio importancia a eso y siguió con su día laboral.
El rubio se encontraba en su casa aregándose para su reunión con los dioses sintoistas, al estar atando su corbata notó a Grayfia con su traje de sirvienta negro algo nerviosa, el sol se río un poco al ver como la siempre estoica Grayfia se encontraba nerviosa, el rubio siempre intentaba sacar una reacción de la peliplata y pocas veces lo conseguía. El se acerco a ella le acomodó una pequeña flor que tenía en su pelo mientras le sonreía amablemente.Naruto: tranquila, todo estará bien.
Grayfia: usted cree? En verdad nunca e organizado una reunión tan importante y menos para un Dios.
Naruto: todo saldrá bien, no tienes que preocuparte.
Grayfia: pero si pasa algo y decide revelar que estamos vivos.
Naruto: no pasa nada, de todos modos no podemos escondernos siempre.
El solo le dio un pequeño beso en su mejilla sonrrojandola, el solo se fue con una sonrisa dejando a una muy roja Grayfia, la peliplata después de unos segundos se fue y empezó a acomodar las cosas que se ocuparían para la vista de la diosa sintoísta acomodó todo sin magia ya que según ella era de mal gusto.
Después de uno minutos alguien llamó a la puerta, inmediatamente la peliplata abrió la puerta y con una pequeña reverencia le dio la bienvenida a sus invitados, la peliplata al ver a los sujetos se puso muy tensa pues según el rubio solo era Amaterasu, pero ahi estaba otro de los príncipales dioses sintoistas, era el dios de los mares y el viento, Susano, y atrás de los dos dioses se encontraba un muy sonriente Mephisto.
Amaterasu era una hermosa mujer de una apariencia joven, una figura delgada pero definida, un largo cabello negro que le llega a los muslos, una piel clara y suave, sus ojos negros... (suspiro)
(No soy bueno con las descripciones, así que aquí están sus apariencias)