VD Desayuno

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Reeditado





Preparo un poco de fruta picada, cortes pequeños para luego servirlos en dos tazones, fresas, kiwi, melón, uvas y algunas pasas, tomo el frasco de granola para esparcir un poco sobre ambas porciones. Tan pronto estaban llenos los tazones, busco la miel; tal vez algo de queso y pan tostado para acompañar el desayuno. Fue entonces cuando me elevé sobre las puntas de mis pies que sentí sus brazos envolviendo mi cintura, me levanto a un mas al punto de no tocar el suelo.


-¿te ayudo? – no evite soltar una risa ante las cosquillas que sus labios provocaban cerca de mi oído, la sentir abrazarme mas de lo necesario. Pero bien aun así aproveche para tomar la miel del cajo superior.


-gracias, ya puedes bajarme – le agradecí su gesto, pero ella entonces hizo algo distinto. Me hizo girar para quedar frente a ella, me coloco sobre la formaica haciéndome sentar, tiene una hermosa sonrisa la cual uso para besarme logrando que cerrara los ojos, saboreé sus labios al tacto con los míos parecía ser un beso diferente, una extraña evolución al anterior y siempre era así, cada beso sobre pasaba al anterior. Por inercia mis manos pasaron atrás de su nuca, haciéndome quedar más cerca de ella.


Se coloco poco a poco entre mis piernas y sentí como sus manos se colaron bajo mis ropas justo a la altura de mi pecho, mis senos los sentí al instante libres, ella abandono mis labios para pasar hasta ellos y mamarlos. La opresión en mi vientre volvía... esa excitación cuando ella apenas me besa volvía a iniciarse, era una extraña necesidad de ser de ella y a su vez sentirla mía. Mi piel parecía erizarse mientras sus dedos se delineaban sobre mi a cada centímetro que recorría. Pronto mi torso quedo descubierto, con la respiración un tanto pesada por ambas y en las cortas miradas que cruzábamos, entendía que era mas que deseo el ser una. No había palabras para expresarnos siempre que me miraba de esta forma era como si las palabras sobraran, nuestros labios parecían hablar de mejor forma y entre ellos había pasión que parecía encenderse a cada leve roce. Es la vida fuera de mí.


--Dime – se detuvo a mirarme mientras sus manos quedaron quietas en mi talle -- ¿Cómo logras hacer esto en mí? – sonreí ante su pregunta, la besé al no tener palabra alguna para esa respuesta, simplemente la amo.


--te amo, ¿te parece suficiente? – otro beso más profundo. Sus manos bajaron hasta mis caderas.


--llama, di que se cancela – reí


--quien organizo la comida fuiste tú, así que --- otro beso la convencerá.


--lo sé, pero tu aquí, así y, dios me provocas tanto... no me imagino lejos de tus brazos – su escusa se me hace tan linda.


--lo tendré en cuenta para ti en la noche, lo prometo – sin tomar en cuenta tanto sus manos y yo embelesada con su mirada sobre mí que solo sentí sus pulgares acariciar mis pezones. Conoce bien mi cuerpo – yeobo, para con eso – sonreí. Pero no quería que se detuviera.


-hice mi mejor esfuerzo – levanto los hombros – pero no puedes negar, que mi oferta es mejor – solo negué mientras ella me besaba. No importa cuanto lo intente ella será siempre mi sueño hecho persona.


-ya, voy a la ducha o si no, no te dejo – me soltó y dio media vuelta mientras gruñía palabras no audibles para mí. En realidad, maldecía su mala suerte de una tonta apuesta de hace unos días, perdió y ella era quien organizaría la comida de día de la amistad, "nunca aprende que ella siempre le ganara si Ye won interviene".


-¡hey! – se giró –¿me devuelves mi pijama?—seguramente quería que estuviera así mucho rato antes de ducharme yo también.



-casi lo logro – me devolvió mi blusa y otro beso mas – es mi caso perdido.



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