Aquel niño..

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Neito de 6 años de edad caminaba por la orilla de la playa buscando conchas y caracolas, llevando unas cuantas ya en su balde así le fuere más sencillo. Estaba de vacaciones con su familia, de visita en la casa de la abuela del niño y de paso a la playa que estaba cercana a la casa. Alejado de sus padres para buscar y recolectar más caracolas todo le parecía una maravilla, una estrella en la superficie llamo su atención y corrió hacia ella tomándola en manos.

—Es linda está irá conmigo —dijo pero luego recordó.

Ellas morían fuera del agua así que decidió dejarla con calma dentro del agua y seguí su camino hasta unas rocas donde terminó por sentarse. Distraído no había notado que el nivel del agua había subido, eso era un gran problema.

—Podré hacer un collar con esto.. —musita abstraído por sus trofeos.

//En otra parte//

De nuevo había desobedecido a una barracuda, no era ni su padre ni su hermano, no tenía porque hacerle caso.

¿Desobedecido? Si pues ahora se encontraba camino a la playa, era la hora perfecta y podía ver a los humanos desde su escondite, más curioso pues ellos tenían esos dos miembros extras después de la cintura.

—¡Marea alta! —exclamó por lo bajo el.. niño?

El pequeño peli-morado sólo parecía un niño de la cintura hacia arriba, eso evitando las agallas en sus costados, las membranas entre sus dedos, las orejas peculiares (parecían aletas) y las múltiples escamas en distintas partes. De la cintura para abajo era.. por así decirlo cola de pez, un habitante del mar. Shinsō Hitoshi un merman.

Al llegar noto que en su lugar predilecto había alguien, un humano y pese a las estrictas reglas él sólo quiso acercarse más. Y más aún la segunda estricta regla, no interactuar con ellos.

•    •    •

El niño rubio estaba algo asustado al ver el agua llegar a la roca ya que no sabía nadar.

—¡Mamá! ¡Papá!—clamaba por su ayuda.

Con desesperación se aferra a la roca.. pero algo captó la atención del pequeño, era otro niño sólo que en el agua.

—Hey ¿Estás bien? Está algo hondo ¿no? ¿Quieres subir conmigo? —ofrecía mientras extendía la mano a él.

El rubio tenía mucho cuidado de no caer de la roca pero era difícil, estaba muy resbaloso y le complicaba para poder agarrarse con seguridad.

Con aleteos lentos debajo de agua el merman se fue acercando, claro aún el agua cubría gran parte de su cuerpo y como al parecer el humano estaba más ocupado en otra cosa no lo había notado. ¡oh! ¡Era un niño como él! Pero porque se preocupaba de que este en el agua.

Por otra parte los padres de niño buscaban a su hijo por todas partes, de lejos habían notado que la marea subía y no habían rastros de su pequeño.

—Espera.. ya casi estás cerca sube —dijo preocupado Neito por que fuera a caer.

Despacio Shinsō asintió aún no muy seguro de hablar, es decir, como no iba a estar seguro en el agua si alli vivía. Excepto por las corriente subacuáticas, esas si eran peligrosas.

Extendió su mano al niño curioso de él, no tenía membranas en los dedos. Tal vez no las necesitaba. Parecía asustando, ¿le tenía miedo al agua? Antes de seguir divagando paso..

En una mala posición de la pierna el humano termino resbalando y cayendo al agua, hundiéndose por completo.

—¡Cuidado! —grito el pequeño ojeroso al verlo caer.

Rápidamente se sumergió nadando hacia él, vio, se sofocaba y hundía. No se hizo preguntas, se asustó por el niño así que con la misma rapidez le alcanza llevándolo a la superficie, más precisamente a la orilla. Puso una de sus peculiares orejas sobre su pecho pues no subía ni bajaba, ya no sabía que hacer por lo que presionó un par de veces a pecho y soplo en su boca. Tenía entendido que los humanos están fuera del agua por lo tanto tenían aire dentro (eso es lo que su infantil mente le decía).

—Niño despierta, despierta ¡despierta! —grito exasperado nuevamente Hitoshi pero al escuchar más voces humanas no muy lejos tuvo que empujarlo más fuera del agua y sumergirse de nuevo.

Sólo para esconderse lejos en las rocas, aún debía ver si el niño despertaba. Una sonrisa adorno su rostro al ver que el niño si despertaba, aleteaba impaciente su cola debajo del agua mientras se mantenía cubierto por las rocas, escondido. Apenas asomado a la superficie observa como los humanos se llevaban al niño, Pero lo más notorio era que aquel niño lo vio, moviendo su mano en despedida y un pequeño "bye bye". Por reflejo también lo hizo sacando su brazo fuera del agua.

Después de ese día, siempre volvía cada vez que habia marea alta a ver si se encontraba nuevamente al niño, pero jamás lo volvió a ver. Sólo tenía como recuerdo esas conchas y caracolas en una especie de bolsa que el mismo se había dejado con todo lo que sucedió.

Algo que siempre llevo consigo sin explicarle a nadie.

Jamás te olvidé.. (Shinsō merman x Monoma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora