Una buena pesca

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Hola *w* esta es una historia que se me ocurrió después de ver la imagen de Hijikata tiburón y Gintoki pirata, además de que como ya sabéis, eso de la sirenita me gusta bastante xD así que me vi en la obligación de escribir al respecto, es un 90% parodia, 5% idioteces y 5% Ginhiji xD así que espero que os guste ^^

Feliz San Valentín a todos *w*

Advertencia: Yaoi

Un pez fuera del agua

Primera parte: Una buena pesca

Érase una vez, en un reino muy lejano, dos hermanas sirenas, que deseaban ver la superficie, así que decidieron ir en busca del hechicero travesti y...

- ¿Qué demonios sucede con esta historia? Esto no es perlas del mar, no hay chicas adolescentes molestas con problemas de amoríos, no señor, aquí Gin es el protagonista, así que mejor seré yo el que cuente la historia – dijo el hombre de cabellos plateados

Esta historia trata de un joven valiente, hermoso, bondadoso y amado por las mujeres. El nombre de tal extraordinario protagonista era Gintoki, un hombre sin igual, dispuesto a ayudar a cualquiera.

- ¿Capitán, debemos robarle a este aristócrata también? – preguntó el segundo a bordo, un hombre sin futuro, al cual no le importaba ser comido por los tiburones

Bueno, quizás Gintoki no fuese tan genial como le gustaría pensar, pero al menos lo de apuesto nadie podía quitárselo, para ser un pirata, debía agradecer que tenía manos y pies, además de que no había cicatriz alguna en su rostro, eso ya era algo para envidiar, pues el antiguo capitán había perdido un ojo en una de sus batallas (hecho por el cual Gintoki le llamaba el emo tuerto, aunque la vez que el hombre lo escuchó, casi acaba sirviendo de comida para tiburones, más eso era otra historia).

Entonces, este apuesto pirata, que realmente era malo con las mujeres, solo tenía una misión en la vida, la cual era encontrar el One Piece.

- ¿No nos meteremos en problemas de nuevo por el copyright? – dijeron unas gafas embrujadas, pero nadie les hizo caso

Al contrario de lo que cualquiera pudiese pensar, la vida de pirata no era tan divertida como parecía, la mayor parte del tiempo, Gintoki se la pasaba leyendo en su camerino, casi parecía un nini.

Su mejor amigo prometió ayudarle con el puesto, pero el muy idiota olvidó que se mareaba en los barcos y acabó asomado por borda y vomitando, o al menos eso fue la última vez que lo vieron, probablemente ahora estaría contando peces desde el fondo del mar.

Gintoki encontró un buen reemplazo para él, un inútil de primera al que llamaban Madao y que pensaba nombrar capitán si alguien quería atacarlos y acabar con el "capitán". No se podía decir que Gintoki no era un hombre precavido.

Aunque nunca vio venir lo que cambiaría su vida ese día. Al igual que todas las mañanas, la tripulación dejaría caer las redes en busca de peces para la comida y cena, aunque normalmente solo acababan recogiendo pequeños moluscos o botas ¿Qué tan grande es la posibilidad de encontrar una bota sucia en medio del océano? Para ellos parecía demasiado alta.

Mas ese día tuvieron una buena pesca, una realmente grande.

- Capitán, creo que hemos recogido algo especial – dijo un miembro de la tripulación

Gintoki se acercó y no podía creer lo que sus ojos veían. Era una sirena, una bastante hermosa de hecho. Mientras los miembros de la tripulación ataban a la criatura que hacía todo lo posible para atacarlos, Gintoki se dedicó a darle un mejor vistazo al espécimen, su cola era de un color gris oscuro, se torso estaba bien formado y su rostro era hermoso, a pesar de ese ceño fruncido y flequillo en forma de "v" que tenía.

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